Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


Action disabled: source
06_mayo_18_sevilla

REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Domingo, 6 de mayo de 2018

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: cuatro novillos de Rocío de la Cámara y dos -primero y cuarto- de Cortijo de la Sierra (bien presentados, con buen juego en general; apludidos 1º, 3º y 4º).

Diestros:

Toñete. De verde manzana y oro. Estocada caída (saludos desde el tercio); estocada trasera y traviesa, dos descabellos (saludos desde el tercio).

David Salvador. De verde manzana y oro con ribetes negros. Estocada (oreja); media estocada tras aviso (vuelta al ruedo).

El Adoureño. De blanco y plata con ribetes negros. Tres pinchazos, estocada (silencio); pinchazo hondo, pinchazo, estocada (silencio).

Banderilleros que saludaron: Javier Cerrato y Raúl Gómez 'El Pela' saludaron tras banderillear al tercero.

Presidente: Fernando Fernández-Figueroa.

Tiempo: soleado y nublado al final. Con rachas de viento.

Entrada: media plaza.

Video:

Galería de imágenes: https://t.co/DY9TAijvCC

Crónicas de la prensa:

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Espectáculo a medio gas

Después de la feria abrileña retomamos el contacto en Sevilla con el toreo a través de un ramillete de novilladas dispersadas en los meses de mayo y de junio.

En esta ocasión, retornaron Antonio Catalán Toñete y David Salvador y debutó el francés Yannis Djenibla El Adoureño. Toñete, con recorrido en el escalafón novilleril, fue ovacionado. David Salvador, con actitud, consiguió los mejores naturales, al natural, en el quinto, en el que dio una vuelta al ruedo y cortó una oreja al segundo tras una faena desigual. El Adoureño, sin antecendentes taurinos y que tomó su apodo del río Adour, plasmó el mejor toreo a la verónica en un quite. Su historia es curiosa. Tenía más papeletas para ser esquiador -nació en Saint Martin D' Heres, a un paso de Los Alpes- que torero. Se marchó de vacío.

El festejo, a medio gas, no rompió a lo grande, con una novillada bien presentada de Rocío de la Cámara-Cortijo de la Sierra (misma casa ganadera y encaste) y de juego desigual; destacando el cuarto (ovacionado) y el quinto, yendo a menos. De los novilleros, sin dar en la diana, David Salvador, que contó con el mejor lote, se llevó el único trofeo de la tarde.

David Salvador recibió a su primero con una larga cambiada de rodillas frente a toriles. El novillo, salinero, picado con un picotazo al relance y un puyacete, resultó manejable. El novillero maño, entonado con la diestra, fue cogido tras unos muletazos por la espalda. Se libró por tablas de una cornada en el cuello, lo que encogió el corazón al público. Lo mejor lo consiguió al natural. Epílogo con unas manoletinas ceñidas. Mató de estocada efectiva y eso fue decisivo para la concesión del único trofeo de la tarde.

Ante el quinto, Salvador, tras la talla. Tras unos estatuarios ceñidos, de nuevo brilló al natural en dos series. La música arrancó cuando la faena estaba vencida y el novillero, que tenía en ese momento al público encandilado, se dilató en su labor, ya con el toro rajado, enfriando el ambiente. Cerró con unas bernadinas y recibió un aviso antes de entrar a matar, lo que hizo de estocada para dar una vuelta al ruedo.

Toñete, tras un desarme y tomar el olivo con el capote al recibir al castaño primero, vio como David Salvador apuntaba un quite por gaoneras marcado por la quietud. El madrileño, con la pañosa, no siempre encontró la colocación y cuando manejaba la izquierda fue cogido, afortunadamente, sin consecuencias. A la labor le faltó brillo y el toro no pasó de manejable. Mató de estocada y fue ovacionado.

El cuarto fue un buen novillo por movilidad y nobleza y porque humillaba tras la muleta, aunque se rajó. La faena de Toñete, en la que comenzó en la larga distancia y con temple, fue a menos, como el astado, que acabó buscando tablas. Falló con los aceros y fue ovacionado.

El Adoureño, con buenas formas en el capote, cuajó un quite a la verónica de suprema calidad en su primer novillo. En los medios, con la diestra, alternó muletazos por la espalda y logró una buena serie con un pase de pecho en circular, abrochando con uno del desprecio. Luego, la faena bajó el diapasón y tampoco estuvo acertado con los aceros.

El castaño sexto, que empujó en el caballo, se quedaba muy corto y El Aduareño resolvió con pundonor y un arrimón final para volver a matar mal. Tiene que resolver sus carencias en la suerte suprema. Ayer, no pasaba y… ya lo dijo Rafael el Gallo: “A quien no hace la cruz se lo lleva el diablo”.

En resumen, espectáculo a medio gas en el que los novilleros debieron alcanzar mayores cotas con una interesante novillada de Rocío de la Cámara.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. La triunfadora fue la ganadera

Hay oportunidades que se van para no volver. Y la lectura de la primera novillada del abono sevillano arroja una conclusión preocupante: el pésimo nivel de un escalafón de novilleros alto de edad y bajo de forma impide el relevo natural de la profesión. Los tres mozos de ayer tuvieron delante una sobresaliente novillada del hierro de Rocío de la Cámara que, en otra época, con otros nombres, habría sido el material más idóneo para montar una auténtica fiesta. El primer triunfo de la ganadera fue presentar un encierro entipado y mucho más cercano a lo que debería ser el novillo picado. Subieron, eso sí, el quinto y el sexto pero primero y segundo eran dos auténtica pinturas, el molde que no se debería abandonar en el futuro. Entre ellos hubo uno de auténtica revolución, que fue el tercero. Un cuarto de excelente comportamiento. Un primero más que potable en la muleta. Un exigente y manso -pero emotivo- quinto… Planteo más problemas por resolver el segundo, único ejemplar al que se le cortó una oreja. Y fue, a la postre, más espesito el informalete y basto sexto.

Y con ese material no había excusas. El novillero maño David Salvador ya era conocido de esta plaza. Hay que reconocerle los denodados esfuerzos para salvar los muchos problemas de ese segundo gazapón y andarín que unas veces se distraía y otras se orientaba. La firme voluntad de agradar del chaval caló en la parroquia, sobrecogida también por la fea volterera que estuvo a punto de costarle un serio disgusto. La verdad es que acabó metiendo en la canasta al animal y la espada, que cayó un pelín desprendida, no fue óbice para que paseara la única oreja de la tarde. Con el quinto, más complejo pero emotivo, tardó más de la cuenta en encontrar el acople. Ya era tarde…

Mucha menos disculpa tuvo El Adoureño, un novillero francés muy toreado que desaprovechó la oportunidad de su vida. Se la había puesto en bandeja el excelente y templado tercero, al que toreó forzado, descolocado y muy despegado desperdiciando una embestida de cine que merecía otro tratamiento. Ya lo hemos dicho en alguna ocasión: los toros, tantas veces, tampoco tienen suerte con sus matadores. El aspirante galo no iba a mejorar su pobre hoja de servicios con el sexto, al que quiso enjaretarle una faena de manual que no convenció a nadie. Mal asunto.

Había abierto cartel un madrileño, de gracia Toñete, que ya había pasado el fielato maestrante. Tuvo delante otra guinda que se quedó sin digerir. Fue ese primero mansito y bondadoso al que no pudo o no supo entender. Pero es que el novillero cheli se iba a llevar otra bola premiada, un cuarto que galopó de largo y se rebosó en la muleta. Toñete se relajó por momentos, apuntó chispazos de artista y hasta bordó un trincherazo que no redime una faena deslavazada que no apuró, ni de lejos, la clase que apuntaba el animal. Suspenso general…

ABC

Por Lorena Muñoz. David Salvador puntúa con un excelente encierro de Rocío de la Cámara

La primera novillada del abono nos deparó un extraordinario encierro de Rocío de la Cámara y Cortijo de la Sierra que ya lidió hace dos temporadas un interesante envío. Todos ofrecieron posibilidades y aunque los novilleros se mostraron dispuestos y participativos en los quites no aprovecharon las magníficas condiciones de sus astados.

Toñete sorteó un lote de Puerta del Príncipe y fue ovacionado en los dos. Un torito de hechuras fue el primero, de menos a más a medida que avanzó la lidia. Brindó al público y llegó a sonar la música desde el principio de su labor pero el novillero atacó muy pronto los terrenos del astado que se habría lucido más en otros terrenos y acudió con emoción a la muleta. Toñete, que se llevó hasta una voltereta, saludó la ovación la misma que se la llevó el de Cortijo de la Sierra en el arrastre.

Con el cuarto se lució en el recibo de capote en los medios y después por gaoneras y chicuelinas en el quite. Lo cierto es que «Soleá» fue de cante jondo, un novillo extraordinario al que bien se le pudo dar la vuelta al ruedo. Un novillo de lío, con el que Toñete estuvo correcto y dispuesto, que acudió a la muleta con codicia y muy buen son. Un novillo para encumbrarse con el que el novillero, que tiene prevista la alternativa a final de temporada, saludó una ovación después de que el público lo persuadiera de dar la vuelta al ruedo.

Quien se llevó los trofeos fue David Salvador que recibió en chiqueros al segundo, no sin cierta apatía del tendido, y tuvo que quitarse para que no lo arrollara en la larga cambiada. El de Pina de Ebro, que ya mostró buenas maneras el año pasado, estuvo muy dispuesto en los medios, con la zurda hasta que consiguió meter la humillada embestida en el engaño. Cuando andaba más confiado se llevó un revolcón tremendo y, de milagro, se salvó cuando lo enganchó por el cuello en el suelo. Abrochó con manoletinas y una buena estocada que le sirvieron para cortar la oreja aunque los aficionados tuvieron que insistir en su petición al palco.

Con el quinto, que habría pasado por toro en cualquier reconocimiento de la Feria de Abril, se mostró decidido hasta lograr que sonara la música toreando al natural con mucha calidad. Puede que fuera el novillo con más teclas pero también muy agradecido si se daba el paso adelante. Salvador estuvo dispuesto aunque no siempre acertara en la colocación y el astado acabó buscando la salida en una labor de largo metraje en la que sonó el aviso antes de entrar a matar. Dio la vuelta al ruedo tras una leve petición.

El Adoureño se presentaba en la Maestranza y mostró muy buenas maneras con el capote tanto en los quites como en su turno, con un galleo para llevarlo al caballo y a la verónica después. Sorteó un tercero que hizo honor a su nombre, «Guapo», de mucha calidad que se arrancó con distancia al peto y llegó al tercio final con alegría. El francés comenzó con el pase cambiado por la espalda pero la faena fue de más a menos. Acertó a la tercera con los aceros y fue silenciado. Brindó el que cerró plaza, que se paró pronto al mismo tiempo que el novillero también acortó los terrenos desde el principio. Lo intentó en cercanías pero la historia de la novillada ya la habían escrito los astados que estuvieron por encima de la terna.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Gran novillada de Rocío de la Cámara en Sevilla

La novillada de Rocío de la Cámara fue muy buena para la joven terna que abrió las novilladas del abono sevillano. Salvo el más desagradable sexto, todos se dejaron torear en la muleta. Algunos llegaron hasta el final, como el segundo y el buenísimo cuarto; otros se apagaron ea mitad de las faenas. Ese buen género ganadero permitió que los tes espadas mostraran su concepto.

El de Toñete es el temple y su permanente intención de hacerlo todo por abajo. Se lució en algunas verónicas y chicuelinas. El primero le permitió mostrar su toreo con la derecha, siempre con temple, así como vaciarse en los de pecho, algo que realiza con estimable estilo. Se quedó en la cara del novillo y fue atropellado sin consecuencias. Se le paró pronto el novillo y frustró su labor. El cuarto fue un gran novillo en la muleta. Comenzó de largo con la derecha y siguió por la misma mano en una faena de buen trazo, temple exquisito y algunos de pecho para enmarcarlos. Le faltó ajuste a su labor, ya se sabe que el concepto moderno del toreo es hacerlo por fuera. Los naturales, ya de uno en uno, fueron de mano baja y poderío. El animal aguantó una faena larga. La espada no funcionó y se llevó el premio.

El concepto del salmantino David Salvador es el buen gusto. Se fue a portagayola en el primero de su lote y fue un lance interruptus con el novillero tirado sobre el albero. Comenzó con la izquierda por delante, que era el pitón bueno. Se empeñó en seguir con dos tandas con la derecha, de buen gusto, pero sin remate. Y la obra tomó vuelos cuando de nuevo se la echó a la izquierda. Lo cogió en un descuido y todo quedó en el susto. Los naturales surgieron con gran belleza y sin posible ligazón. Las manoletinas animaron el cotarro, pero fue la espada quien lo arregló todo. La estocada fue perfecta, en lo alto y efectiva. La oreja, algo generosa, debió premiar el espadazo.

El quinto fue bueno en diez muletazos. Comenzó con estatuarios, siguió con la derecha, por donde el animal le apretó mucho, pero de nuevo fue con la izquierda por donde demostró sus buenas cualidades. Se rajó pronto el de Rocío de la Cámara.

El joven francés El Adoureño maneja con gusto supremo el capote. El tercero salió noble y suave y el chaval se durmió en las verónicas. Manejo elegante de las muñecas y cuarto ajustado en una composición llena de plasticidad. No fue casualidad porque lo repitió en el sexto. Este tercero fue tan noble como flojo. Se equivocó al comenzar con los pases cambiados por la espalada, que el novillo acusó doblando las manos. Las tandas de pases hilados en la periferia fueron simplemente correctos. El viento azotó fuerte en su faena y todo se vino abajo.

Con la espada lo tiene todo por aprender este francés. El sexto fue el más desagradable de la tarde. Se lució con el capote. El novillo llegó con poco viaje a la muleta. La faena no cuajó a pesar de su evidente buena voluntad.

El País

Por Antonio Lorca. Tres tercios son multitud

Los tiempos han cambiado, el toro ha cambiado, los toreros son todos iguales y el espectáculo dura una eternidad entre bostezos mil. Lo que pasa, entre otras cosas, es que lo de los tres tercios que marca el reglamento está desfasado; ni toro, ni torero ni público están ya para aguantar tal cúmulo de entrega, heroicidad y artisteo.

La primera novillada de abono celebrada en la Maestranza lo ha dejado claro: novillos muy justos de presencia, las fuerzas cogidas con alfileres, gotas de casta y bravura y abundancia de nobleza, que no habían nacido para aguantar tres tercios. En general, se dejaron torear con los capotes; como es habitual, hicieron una preocupadísima ‘pelea’ en varas (que no se les picó, en una palabra), acudieron como almas benditas en banderillas, y en la muleta aguantaron un par de tandas, no más, -a excepción del cuarto- antes de claudicar y pedir con urgencia el traspaso a una vida más placentera.

Es decir, que tres tercios son multitud; que no hay protagonista animal ni humano para tal exigencia.

Prueba de ello es que en Sevilla hubo más lucimiento con el capote que con la muleta. Comenzó Toñete con un quite por suaves delantales en su primero; se lució, después, en un par de sentidas verónicas y una media en el tercero, y cerró su actuación con tres verónicas y media de categoría en el recibo al cuarto.

David Salvador recibió su primero de rodillas en los medios con una larga cambiada y verónicas apasionadas, y dibujó un corto manojo de lentas chicuelinas en un quite al cuarto. Y El Adoureño se dio a conocer, primero, con unas tafalleras en el segundo de la tarde, y se lució de verdad con unas extraordinarias verónicas, muy templadas, tanto en el recibo como en un quite en su primero.

El tercio de muleta ya fue otro cantar. Primero, porque novillos tan bonancibles exigen manos muy embrujadas, y eso, amigo, no es un manjar que esté el alance de todos.

Hubo muchos pases, como suele ocurrir en festejo taurino que se precie, pero pocos de calidad. La cantidad -léase vulgaridad- predominó sobre la calidad.

Toñete, por ejemplo, es un novillero aventajado, que trazó mejores muletazos con la derecha que con la zurda y se esmeró en largos pases de pecho. Su primero se apagó pronto, y el torero dejó una huella que se borró al finalizar su labor. Mejor novillo el cuarto, nobilísimo y obediente, al que Toñete muleteó por ambas manos, con soltura, conocimiento, escasa hondura y casi siempre despegado.

David Salvador fue un ejemplo de entrega juvenil; y no solo porque recibiera al segundo de la tarde de rodillas en los medios, sino por su manifiesta decisión en todo momento. Se le vio muy motivado y solvente con capote y muleta. Hizo dos largas faenas, variadas ambas, e igualmente despegadas las dos -eso importa poco al público actual-, lo que afeó gravemente su labor. Cortó una oreja por una estocada de efectos rápidos en su primero, y solo pudo dar la vuelta al ruedo en el quinto porque atendió más a la música, que tocó a destiempo, que al reloj.

Y El Adoureño pasó entre silencios cuando se le vio en los primeros compases como un torero con sentido del temple, muy seguro y con aroma. Sus dos novillos duraron poco y el joven tampoco dijo mucho muleta en mano. En fin…

Que tres tercios son multitud; y, a veces, tres toreros, también.

La Razón

Sólo una oreja para una importante novillada de Rocío de la Cámara en Sevilla

La primera novillada del abono sevillano se ha saldado con el corte de una única oreja por parte del novillero maño David Salvador que no salva la pobre impresión brindada por la terna. Interesó mucho más el buen juego global del boyante y entipado encierro de Rocío de la Cámara.

Abría cartel el novillero madrileño Toñete, que no pasó de espeso y escaso de ideas con un novillo, el primero, que tuvo bondad y clase en la muleta. Mejoró en parte esa imagen con el boyante cuarto, que le permitió dejar algunos apuntes de artista sin lograr, ni de lejos, estar a su altura.

David Salvador se esforzó a tope para salvar las dificultades que le planteó el segundo, un ejemplar enterado y gazapón al que logró meter en la canasta a costa de una fea voltereta. Con el quinto, más basto y exigente, tardó mucho en encontrar el acople definitivo. Para entonces el novillo se había rajado.

Cerraba el cartel el aspirante galo El Adoureño, que sorteó un tercero excelente, templado y de embestidas rebosantes y enclasadas con el que dejó ir la oportunidad de su vida. Le quedaba le sexto, un ejemplar un punto informal, con el que se esforzó sin demasiados resultados. EFE.

06_mayo_18_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:26 (editor externo)