Sevilla, barrio de San Bernardo, 20 de julio de 1743
Alternativa: a los 20 años.
Temporadas 1762-63: lidia en la Real Maestranza de Sevilla, junto a Juan Miguel, Manuel Palomo, Antonio Albano y Jo de osé Candido. Se sabe que en las corridas del 30 de abril y 2 de mayo de 1863, anunciado como Joachin Rodriguez, cobró 1680 reales cada día, muy por encima de sus compañeros de cartel que cobraban 590 reales y los picadores que cobraban 600. Eso sí, el caché de Josef Candido de 1864 ya subía a los 2.400 reales, el máximo de la época.
Debut en Madrid: No se presenta en la capital del reino hasta 1767, ya cuajado como torero.
Temporada 1775: comienza su rivalidad con Pedro Romero.
Temporada 1776: se ajusta en la Real Maestranza, rechazando ir a Madrid.
Temporada 1780: resulta cogido grave en Madrid, el 27 de junio.
Temporadas 80-90: apogeo y consolidación. Parece ser que solo lidia en la Real Maestranza en 1782. En los carteles de Madrid aparece en 1786-87-88-89 y 90. A partir de 1790 trabaja con irregularidad.
Hecho notable: El 2 de julio de 1787 Costillares impone en una corrida en Madrid que los de a pie vistan también con galones de plata y oro como hacían los toreros a caballo, en lugar de los trajes de raso y tafetán. Alternó aquella primera tarde de luces de la historia con Francisco Garcés y Pepe-Hillo.
Despedida: El 8 de noviembre 1790 en Madrid torea por última vez vestido de luces.
Falleció: En Madrid el 27 de enero de 1799 (otros archivos dicen 1800), tras varios años convaleciente de carbunclo.
Otros datos: nacido en el número 13 de la calle Ancha del sevillano barrio de San Bernardo, en ambiente holgado y de familia muy ligada al Matadero de Sevilla y a la misma tauromaquia. Existe cierta confusión histórica sobre la fecha de su nacimiento dado que tiene el mismo nombre que su abuelo, su padre, su tio Juan Miguel “Costillares”, de gran importancia en la Maestranza sevillana en el XVIII, (los tres también toreros) y uno de sus primos. Fue hijo del también matador sevillano Joaquín Rodríguez “Costillares”, del que sabemos que en 1734 actuó como espada en la plaza del Mar de Ontígola, en Aranjuez, y que en 1738 figuró como capeador en fiestas de toros de Sevilla.
“La importancia de Costillares en la historia del toreo es decisiva. Se le tiene por inventor del volapié: el matar los toros yéndose a ellos era suerte antigua, pero sin duda la perfeccionó y regularizó. Así mismo se le atribuye también la invención de la verónica, debiendo entenderse que lo que debió hacer fue regularizar el lance de frente, imprimiéndole un estilo propio” (*). Imagen superior, óleo anónimo del s.XVIII. Sobre estas líneas, estampa de Devere, originalmente iluminada.