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Antonio Martínez Díaz, Finito de Triana

Triana (Sevilla), 9 de abril de 1936

Tempodada 1954: triunfador en Sevilla del ciclo de novilladas de promoción. El 20 de junio corta oreja en la Real Maestranza de Sevilla.

Temporadas 1954-1991: torea en más de 30 novilladas. Tras ellas, en 1962, se pasa a las filas de plata a las órdenes de Miguel Báez Espuny “Litri”, José Fuentes, Beca Belmonte, Antonio Ordóñez, Manolo Vázquez, Paco Camino, José Luis Parada, Miguelín, José Antonio Campuzano, Manuel Caballero, El Cid“: más de 1.500 festejos hasta que en 1991 tuvo que retirarse por unos problemas de espalda.

Otros datos: conoció el toreo en la vega de Triana, adonde se escapaba del colegio para ver a los chiquillos del barrio torear de salón. Posteriormente entrenaba en Camas con compañeros como El Pío, Curro Romero, Curro Puya, Salomón Vargas o Antonio Gallardo. Sus referentes fueron Gabriel Moreno y Pepe El Andaluz con el capote. Y por supuesto, Tito de San Bernardo, Chaves Flores, Luis González, Andrés Luque Gago y Almensilla. Se inició como torero en el espectáculo cómico-taurino-musical de Los Califas y concluyó su carrera como asesor de los equipos presidenciales de la Real Maestranza de Sevilla, responsabilidad que ostentó desde 1992. Socio de honor de la Asociación Malagueña de Tauromaquia, recibió varios trofeos en la Maestranza de Sevilla donde escuchó la música más de treinta tardes. Y el trofeo Mayte de Madridy condecoraciones en Huelva, Francia… En 2013, fue «Trianero de Honor» en la Velá de Santa Ana. La localidad de Tomares, en 2015, inauguró una calle con su nombre. Uno de los grandes hombres de plata del toreo fallece en la madrugada del 22 de julio de 2020 a los 84 años.

Fallece a los 84 años Finito de Triana, un brillante torero de plata

El País, 22/07/2020. Por Antonio Lorca. Estaba lleno de achaques, pero tenía planta de torero de los pies a la cabeza. Contaba 84 años, pero, como todos los que han soñado con la gloria ante un toro, mantenía joven el semblante y el corazón siempre dispuesto para hacer el paseíllo esa misma tarde.

Antonio Martínez Díaz, conocido en los anales taurinos como Finito de Triana (Sevilla, 1936), acaba de fallecer en su ciudad natal -vio la luz en la calle Castilla del barrio de Triana- y ha dejado un vacío en el taurinismo sevillano. Y no solo porque ejerciera como asesor artístico de la presidencia de la plaza de la Real Maestranza desde 1992, sino porque su hoja de servicios está plagada de torería. Valga como ejemplo que escuchó los sones de la banda de música maestrante más de treinta veces por su labor como excepcional banderillero, y en dos ellas por su manejo del capote.

Nació en los albores de la Guerra Civil -el 9 de abril-, y era un niño cuando descubrió su vocación en compañía de quienes entonces se afanaban en aprender las primeras lecciones del toreo -Curro Romero, Curro Puya, Antonio Gallardo, El Pío…-. A los 10 años conoció a Juan Belmonte y tuvo la fortuna de acudir en muchas ocasiones a la finca de Gómez Cardeña para verlo torear.

Sus inicios como torero fueron en el espectáculo cómico-taurino-musical Los Califas, y en 1954 se erigió triunfador de las novilladas sin caballos que se organizaban en La Maestranza. Queda en su currículo que el 20 de junio de ese año salió a hombros y así lo llevaron hasta el puente de Triana.

Finito de Triana participo en más de 30 novilladas con picadores, pero en 1962 decidió cambiar el traje de luces y pasar al escalafón de banderilleros.

Antonio Ordóñez fue su primer jefe de filas; después, actuaría a las órdenes de El Litri, José Fuentes, Beca Belmonte, José Luis Parada y José Antonio Campuzano, con quien hizo el paseíllo desde 1978 hasta 1987.

Finito de Triana ha sido un subalterno excepcional, completo con las banderillas y eficaz con el capote. Se retiró de los ruedos en 1991 y al año siguiente subió al palco maestranza como asesor artístico, y desde allí se ha sentido torero al lado de varios presidentes.

Su familia guardará en su casa los numerosos trofeos que Finito de Triana consiguió como torero, pero entre sus paredes quedará para siempre el olor de quien nació y soñó para la gloria en el ruedo.


“De niño veía a Belmonte en su finca y me impactó su temple”. Actual asesor en La Maestranza sevillana, brillante banderillero, fue llevado a hombros de novillero en una ocasión hasta su barrio.

Diario de Sevilla, 18/11/2019. Por Luis Nieto. Antonio Martínez ‘Finito de Triana’ afirma que nació “en la capital del mundo, en Triana, en 1936, en la calle Castilla”. El torero nos habla con cariño de aquella Triana ya prácticamente desaparecida: “Era un arrabal, un barrio con gente cariñosa, que vivíamos en los corrales de vecinos. Como todos los chavales jugaba al toro. Formábamos una placita con medios ladrillos. Y así aprendí los tercios. Toreaba con una colcha”. Luego, con los sueños a flor de piel, “entrenaba en Camas con El Pío, Curro Romero, Curro Puya, Salomón Vargas y Antonio Gallardo”.

Asevera que quedó impactado cuando conoció a Juan Belmonte: “Tendría 8 o 10 años y me lo presentaron en la capillita del Carmen del Altozano. Entonces comencé a ir a Gómez Cardeña –la finca del genial torero trianero– Aquello era maravilloso. Verle torear ¡Con qué temple toreaba en los tentaderos!”.

Comienza su singladura “toreando en Sevilla, con ‘Los Califas’ –un espectáculo cómico-taurino en el que llegó a iniciarse Manolete–. Manolo Belmonte me puso en una novillada sin caballos. Fui el triunfador de las de promoción en 1954. El 20 de junio corté una oreja, con petición de otra, tocábamos a un solo novilllo, me sacaron a hombros y me llevaron por el puente hasta Triana. Es de lo más sentido que he vivido”.

Desde entonces y hasta 1962 “sumé más de una treintena de novilladas”, pero abandonó “porque me pedían dinero por torear”. Tiempos en los que “mis ídolos eran Pepe Luis Vázquez y Antonio Ordóñez”. Llegó a torear con Ordóñez, “aunque no fui fijo, lo hice en la goyesca de Ronda del 76” y recuerda como anécdota: “Cuando iba con Litri, Ordóñez me pidió en Bayona que le apuntillara un toro. Le dije:‘-Yo no soy puntillero y si fallo…’. Cayó el toro contra las tablas de un batacazo. Y Ordóñez, con el brazo sobre mi hombro me hizo cruzar la plaza en medio de una grandiosa ovación”.

Ya en 1962 comienza como banderillero suelto en varias cuadrillas “hasta que me llamó El Vito para colocarme fijo con Litri. Luego, estuve con José Fuentes, Beca Belmonte, José Luis Parada, Fuentes otra vez y José Antonio Campuzano, con el que más he toreado, desde el 78 al 87. Y continué hasta el 91 suelto con muchos, desde Manuel Caballero hasta El Cid”.

De su dilatada trayectoria afirma: “Me han tocado la música en la plaza de Sevilla una treintena de veces, dos de ellas en el capote. Yel mejor par de banderillas fue a un toro de Pablo Romero en Málaga, toreando con José Fuentes”.

Finito de Triana enumera entre sus referentes a “Gabriel Moreno y Pepe El Andaluz con el capote. Y por supuesto Tito de San Bernardo, Chaves Flores, Luis González, Andrés Luque Gago y Almensilla”.

De esa labor esencial del torero de plata, explica: “Todo es importante. La del capote es una labor extraordinaria y si además pones muy bien las banderillas, que son fundamentales para el espectáculo en sí, eres completo. Yo, en banderillas, fui espectacular, según la gente y la prensa”.

En su actual tarea como asesor en La Maestranza refiere: “Comencé en el 92 y he coincidido con presidentes que han sido y son grandes aficionados, como Delmiro Salazar, Antonio Pulido, Fernando Carrasco y Ana Isabel Moreno”.

De sus tiempos a los actuales cree que el cambio fundamental está en el toro: “Ahora tiene menos movilidad”. Y en estos de convulsión para la Fiesta, sobre el movimiento antitaurino es explícito: “A quien no le gusten los toros que no vaya, pero que no falten el respeto a los toreros”.

finito_de_triana.txt · Última modificación: 2020/07/23 12:09 por Editor