Desde tiempo inmemorial Rincón de Soto cuenta con una honda tradición torera y torista. En su vega existían varios sotos donde pacían manadas de reses bravas.
Antiguamente la plaza se construía a base de maderas, ancladas en tijeras empotradas en tierra.
Para autoridades y música se elevaban sendas plataformas sobre postes una frente a otra.
El ruedo se circundaba con carros, donde se acomodaban los vecinos y se instalaban burladeros particulares en los que se colocaban las cuadrillas de aficionados para citar y recortar a las vacas bravas.
En el año 1979 se contrató una plaza de toros portátil.