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PLAZA DE TOROS DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA

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Tarde del sábado, 4 de junio de 2011

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Se lidiaron seis toros de Hermanos Sampedro, bien presentados, nobles, faltos de fuerza en general y manejables en conjunto. Destacó el 3º por movilidad y el 4º por fijeza.

Diestros:

Enrique Ponce: Silencio y dos oreja.

Morante de la Puebla: Ovación con saludos y dos orejas.

El Juli: Dos orejas y dos orejas.

Cuadrillas: Curro Javier y Luis Blázquez saludaron tras parear al 2º y Juan José Trujillo en el 5º.

Tiempo: tarde calurosa.

Entrada: No hay billetes.

Crónicas de la prensa: PortalTaurino.com, ABC.

PortalTaurino.com Por Rocío Franco. Triunfo de la terna en lleno de no hay billetes

Único festejo de la Feria de la Manzanilla con una expectación máxima por lo atractivo del cartel. La calidad que anunció la empresa Carmelo y Caba, se vio reflejada en la taquilla que se acabó el papel y también en el ruedo, con triunfo total, incluido el ganadero. En definitiva, una tarde de las que crean afición. Abrió el cartel Enrique Ponce que lanceó a gusto por verónicas al primero de la tarde. Un astado, algo bastote de hechuras pero con la virtud de humillar desde su salida, aunque evidenció de primeras la falta de fuerzas. Ponce lo llevó en el último tercio a media altura, puesto que si lo obligaba se derrumbaba el cornupeta. El valenciano le administró bien los tiempos y le sacó las tres tandas que el Sampedro tenía dentro. Todo lo bien que estuvo el maestro lo estropeó con la espada. Se le esfumó el posible trofeo por los tres pinchazos antes de la estocada. Con el cuarto, al que recibió por chicuelinas hasta llegar a los medios, lo cuidó en los primeros tercios. Mimado en el caballo.

Enrique se encontró con un animal colaborador, que humilló, tuvo gran fijeza en los engaños y una embestida noble. Con él, Ponce estuvo templado, se le vio a gusto y su labor tuvo eco en los tendidos. Refrendó su notable actuación con un espadazo, antes se fajó en cercanías por perder fuelle su oponente.

El segundo espada del cartel, Morante de la Puebla destapó su tarro de las esencias con unas verónicas de capote desmayado, mentón hundido y manos bajas. La plaza estalló con el compás del sevillano en el recibo. La faena la inició Morante con ayudados y un par de trincherazos muy ajustados. Su enemigo no le regaló ni una embestida y tras la segunda tanda se tiró al piso. El sevillano se llevó al toro a los medios, terrenos donde se fajó con él, pero cuando exigía lo más mínimo perdía las manos. Con el otro, quinto de la tarde, fue uno más sin fuerzas. Muy protestado por el público que pedía la devolución al corral, incluso hasta después de banderillas, aunque el presidente no lo vio así. Con tan mal oponente, nos regaló una verónica a pies juntos muy ceñidas. Morante se fajó, tiró de raza y se inventó una faena de donde no había nada. Supo sacar agua de un pozo seco. Por encima de un toro que terminó desarrollando cierto sentido. Gran estocada y premio gordo.

El Juli estuvo intratable. En ambas faenas demostró la capacidad de un torero que cada vez más sorprende por la infinita tauromaquia que desarrolla. Otro día rotundo, y otro triunfo aplastante. Cortó las dos orejas del tercero, un toro que tuvo nobleza, calidad y movilidad. El madrileño sacó su poderío, le impuso ritmo, arrastró la muleta hasta tal punto que pareció barrer el amarillo albero. Todo lo hizo Julián en los medios con temple y ligazón. Al sexto, un toro noble que humilló pero protestó por la falta de fuerzas, El Juli volvió a rayar la perfección, aunque su labor no tuvo continuidad por la falta de gas de su oponente. Se apagó a mitad de faena. Gran estocada y otras dos orejas, que sumaban cuatro. Nueva lección de superación y capacidad de un torero sin límites.

ABC

Por Lorena Muñoz. Un poderoso Juli, a hombros con Ponce y Morante

Buenas faenas se recuerdan cada temporada en la Feria de la Manzanilla y este año no iba a ser menos. Convertida la feria en un único festejo al menos fue triunfal, con la terna a hombros, el empresario y con El Juli como triunfador no solo numérico. El madrileño demostró una vez más cuan poderosa es su muleta y en definitiva su toreo. Igual que si estuviera en Madrid o en Sevilla, salió a por todas dispuesto a demostrar que atraviesa un momento de madurez muy sólido.

La faena del tercero fue completa ya que se lució en el recibo con el capote y estuvo dispuesto en un quite por chicuelinas donde el astado dio una voltereta. De no ser así habría tenido aún más empuje del que tuvo. El Juli alargó el viaje en cada muletazo, llevándolo toreado hasta el final. Para terminar su labor se quedó quieto en un palmo de terreno y sin rectificar ni un centímetro su posición. Un circular y varios dechados pusieron la plaza del revés. La estocada, de magnifica ejecución, refrendó su labor.

Con el sexto, el único que se empleó en el caballo en todo el encierro, volvió a demostrar que domina los terrenos. Le costó más al publico meterse en la faena que fue técnicamente perfecta tanto con la diestra como con la zurda, midiendo los tiempos y las distancias. En las postrimerías de faena el arrimón definitivo que por fin hizo entrar al tendido que parecía no enterarse de lo que allí pasaba. Otro estoconazo arriba y sin puntilla que confirmaban una tarde completa.

Ilusiona ver cómo después de los veintiún años de alternativa de Enrique Ponce todavía hay una pancarta de su peña taurina de Navas de San Juan. Sin embargo, y aunque parte del publico le reprochó que estuviera fallón con la espada lo cierto es que topó con un primer ejemplar noble pero sin fuerza alguna que deslució mucho. Se le caía cuando le bajaba la mano y cuando no también así que no pudo pasar de correcto.

Su triunfo, quizá algo generoso, llegaría en el cuarto con el que estuvo variado y más animoso a la verónica y por chicuelinas. Nada que ver esta faena con la anterior ya que pudo desarrollar el toreo en redondo con toda la técnica que sabe. Circulares, cambios de mano y doblones ligados que conectaron de forma distinta. Al de Chiva, que le gusta alargar las faenas, acabó metiendo al publico en el bolsillo con desplantes antes de dejar una estocada que hizo rodar al toro sin puntilla.

Morante de la Puebla no tuvo fortuna con su lote de ahí que echara mano de su calidad y de la disposición. Con el segundo solo pudo lucirse con el capote, muy templado en el recibo y en un quite de dos verónicas, una media y la revolera. La faena, a pesar de tener buenos momentos, como los naturales citando de frente y a pies juntos, y muletazos abelmontados, no tomo cuerpo por lo deslucido de un astado sin fuerzas que perdía las manos.

Al quinto lo protestaron con fuerza para devolverlo a los corrales pero ante lo que tenia delante, el de la Puebla decidió apechugar y dar el paso adelante. Su empeño le valieron dos orejas justitas cuando nadie apostaba nada porque pudiera cuajar faena. Acabaron sonando palmas por bulerías antes de la vuelta el ruedo tras una faena trabajada del diestro.

Toros en Sanlúcar de Barrameda.

sanlucar_de_barrameda_040611.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:10 (editor externo)