Sergio Aguilar: «El triunfo me ha valido para dar la razón a la gente que creía en mí»
La Razón, 28/08/12 28
Sergio Aguilar es noticia. No todos los días se ve torear tan bien como lo hizo el pasado 19 de agosto, en la que se preveía como una tarde clave en su trayectoria. De hecho, se ve muy pocas veces. Aquellos naturales fueron de elegidos, de esos pocos toreros que están tocados por la varita del toreo grande. Pocos días antes, reconocía a LA RAZÓN que Madrid comprendía «su toreo perfectamente», pero esta vez se dio cuenta todo el universo taurino.
–¿A qué sabe el triunfo?
–He tenido un reconocimiento unánime entre los aficionados y la prensa. La dimensión que dejó la faena fue muy importante. Pero estoy muy apenado porque se me escaparon las orejas cuando las tenía en la mano.
–¿Se disfruta más después de tantas trabas en el camino?
–Sé que Madrid siempre me ha estado esperando, siempre ha confiado en mi toreo. Fui capaz de darles una alegría y eso es con lo que me quedo. El triunfo vale en cualquier situación, pero me ha servido para darle la razón a toda esa gente que creía en mí.
–¿Cómo recuerda la faena a ese toro?
–Ya con el capote empezó saliendo suelto pero en banderillas le vi con buena condición. Aunque era un toro fuerte de 620 kilos y un poco tardo, había que hacerle las cosas bien para que rompiese. En la muleta, prácticamente no me tocó los vuelos y pude rematar los muletazos por abajo. Desarrollé el toreo como lo siento: citarlo de frente y llevarlo muy largo para llevarlo lo más lejos posible. Hubo momentos muy emotivos, disfruté mucho.
–La faena rompió al natural.
–Por el pitón izquierdo surgieron muletazos muy bellos, casi rozando el estaquillador en el albero. Cada vez que lo recuerdo me emociono.
–Y al que mató de una buena estocada fue al primero…
–Ese toro que no me dio muchas opciones, le metí un gran espadazo. No se me estaban escapando triunfos por pinchar a los toros durante esta temporada y éste, sin embargo, me frenó el triunfo. La faena fue larga porque buscaba cortarle las dos orejas y el toro lo acusó al final. No me ayudó nada pero eso no me sirve de excusa.
–¿Se afronta de una manera diferente una tarde con un ganadería de garantías?
–Por eso iba con mucha ilusión. Tenía mucha fe a la ganadería y sabía que cuando medio me dejase un toro iba a demostrar lo que soy capaz.
–¿Duele perder la puerta grande o está por encima las sensaciones que dejó en los aficionados?
–Soy muy ambicioso y no cabe duda de que ese triunfo me habría ayudado mucho en mi carrera pero, por otro lado, es muy importante la sensación que se llevó todo el mundo. El otro día perdí una ocasión pero la plaza sigue ahí, quiero abrir la puerta grande de Madrid muchas veces.
–Apenas unos días después de esa corrida se cumplían dos años de la grave cornada que sufrió en Bilbao.
–En estas fechas recuerdo mucho esa cornada, pero lo que realmente quiero es volver a Bilbao para que me vean torear como lo hizo Madrid. Me alegra aún más que coincidiera con ese aniversario.
–¿Suena el teléfono? ¿Madrid le volverá a ver en Otoño?
–Está sonando poco, pero mientras que sea para bien estaré contento. Me encantaría volver a Madrid en la Feria de Otoño. Esta semana salen los carteles y se verá si estoy. Creo que me lo he ganado y a la afición le gustaría verme.
–Si ya era uno de los toreros de Madrid, ¿ahora puede convertirse en uno de sus consentidos?
–Para ser consentido de Madrid te lo tienes que ganar todos los días. Con la faena del otro día conseguí convencer a aquellos aficionados que me estuvieron esperando tanto tiempo. Debo seguir creciendo y cada día tengo que dar más, sobre todo en una plaza como Madrid tienes que entregar el máximo cada tarde.
Sergio Aguilar: «Madrid comprende perfectamente mi toreo»
LA RAZÓN, 16/08/12
Lo dijo Juan Belmonte, «En la vida se torea como se es». Pocas afirmaciones son tan representativas como en el caso del madrileño Sergio Aguilar. De toreo largo y profundo, lleva el canon de la pureza hasta las últimas consecuencias. Y a su vez tranquilo, pausado, reflexionando al término de cada pregunta. El domingo se enfrenta a una cita clave en Madrid. En los pasillos de Las Ventas todavía resuenan los soberbios naturales que pegó en la Goyesca del 2 de mayo.
-Tal y como están las cosas, torear en Madrid es el mejor escaparate. -Esta temporada no está siendo nada fácil arreglar contratos, para los toreros en mi situación Madrid es la única solución. Espero que el encierro de José Luis Pereda permita expresarme, porque a veces he venido a Las Ventas con corridas de pocas garantías. Hasta que no salga el toro nunca se sabe, pero tengo mucha esperanza.
-¿Por qué no tuvo repercusión la tarde del 2 de mayo? -Es algo que nunca me he explicado. Tuve una actuación muy seria con dos toros que no me dieron muchas opciones y todo el mundo salió hablando muy bien. Lo preocupante es que no se ha traducido en más contratos y en la posibilidad de haber entrado en otras plazas. Aún así, el domingo espero mejorarlo.
-Por ejemplo, no pudo entrar en San Isidro un torero tan querido en Madrid. -Esa tarde fue muy rotunda, pero estaba la feria cerrada. Lo pasado, pasado está. Lo importante es que tengo mucha ilusión, hay que mirar al futuro.
-¿Cómo lleva la temporada? -Me encuentro muy seguro porque me están saliendo las cosas bien. Aunque dependemos del toro, las sensaciones son muy buenas y en cuanto haya un toro lo podré aprovechar como ha sucedido en muchos sitios.
-Tan sólo ha toreado seis festejos esta temporada, ¿Cómo esta viviendo la reducción de festejos? -No es agradable estar tanto tiempo parado, no queda otra que aceptarlo y seguir en tu linea. Tengo claro el camino que debo seguir, se me tiene que respetar como torero en las plazas en las que estoy anunciado. Por eso estoy toreando poco pero con garantías. Verte anunciado en Madrid te transmite ilusión y te permite pensar que el camino se va a despejar con esa actuación.
-En Francia suelen darse cuenta antes de los toreros de más proyección. -Allí hay muchas plazas en las que existen comisiones. El sistema es otro y el que está bien lo repiten. Suelen fijarse en toreros jóvenes y tuve la fortuna de que lo hicieran en mí cuando empezaba. Y como respondía, me volvían a poner. Poco a poco vas ganándote el puesto. Esta gestión se traduce también en plazas llenas. Por ejemplo, en Dax toreé con Diego Urdiales y Juan del Álamo con «No hay billetes» en un cartel en el que en España no llenaríamos ni una plaza. Es un ejemplo de gestión.
-¿Un torero de su concepto, puro y sin alardes a la galería, puede en ocasiones ser frío para el tendido? -Por eso torear de Madrid ilusiona tanto. Allí entienden mi toreo perfectamente porque son muy aficionados, como en Francia. Pero también en otras plazas, el año pasado pude entrar en Andalucía y realizando mi toreo pude cortar muchas orejas. Creo que si tiene cabida en muchos sitios.
-En el recuerdo estará la grave cornada a Fernando Cruz. -Se me pusieron los pelos de punta cuando me enteré. Sentí una mezcla de rabia e impotencia… Porque es un torero que siempre que le han dejado ha dado la cara. yo le considero uno de los que debería estar en otra posición. La cornada es otro duro golpe a la lucha personal que lleva toda su vida. Ser torero te obliga a dejar mucho en el camino y fíjate lo que se ha llevado. Hablé hace dos días con él y estaba muy ilusionado porque le habían salido las cosas muy bien en el campo. Duele sentir tan cerca la cara más amarga del toreo.
Sergio Aguilar. Ficha Técnica