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Real Maestranza de Sevilla

<img width="300px" height="240px" src="http://www.plazadetorosdelamaestranza.com/images/stories/cronicas/2014/12oct.jpg">

Domingo, 12 de octubre de 2014

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de El Parralejo, Fuente Ymbro, Javier Molina, El Pilar, Daniel Ruiz y Luis Algarra (bien presentados, con diferente juego; 2º, 5º-bis y 6º, los mejores; pitado el 3º; el 5º fue devuelto a corrales por partirse un pitón al derrotar contra el burladero; 5º-bis, de Luis Algarra.

Diestro:

Lama de Góngora. De purísima y oro. Estocada (saludos); media estocada tendida, estocada (vuelta al ruedo tras petición); pinchazo hondo (silencio); 3 pinchazos, descabello (silencio); estocada contraria (oreja); pinchazo, estocada (oreja).

Sobresalientes: Fernando del Toro y Manuel Fernández.

Incidencias: festejo a beneficio de la Cruz Roja.

Presidente: Ana Isabel Moreno.

Tiempo: sol y nubes; fresco al final.

Entrada: menos de media plaza.

<iframe src="//player.vimeo.com/video/108727690" width="500" height="275" frameborder="0" webkitallowfullscreen mozallowfullscreen allowfullscreen></iframe> <p><a href="http://vimeo.com/108727690">Resumen 12 de Octubre 2014. Lama de Góngora</a> from <a href="http://vimeo.com/maestranzapages">Maestranza Pag&eacute;s</a> on <a href="https://vimeo.com">Vimeo</a>.</p>

Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: El final del comienzo. Lama de Góngora lo tenía claro. En la tarde de hoy sobre todo iba a mostrar entrega. Y lo ha hecho. Se le puede poner bastantes peros, como tal vez, el planteamiento de faena al de Fuente Ymbro. Pero conforme iba pasando el tiempo, Lama se iba asentando. Iba dejando atrás los nervios iniciales con los que hizo el paseíllo. Y en los dos últimos novillos se vino arriba y sacó la casta de novillero. Dos astados de Luis Algarra en los que confió el sevillano, tras un largo tiempo sin lidiar en la Maestranza. Se fue a portagayola, como en el primero, estuvo más variado con el capote, y toreó más despacio. El pinchazo tras la estocada en el último le privó posiblemente de volver a soñar con esa Puerta del Príncipe que cruzó de novillero sin caballos. Pero a Paco le queda un largo camino por delante. Posiblemente, la próxima vez que haga el paseíllo en su plaza del Baratillo, lo hará para tomar la alternativa. Una nueva y joven esperanza para el toreo sevillano. Buena suerte, Paco.

Lo peor: Hasta luego. Hoy se han cerrado las puertas de la Maestranza. Ahora viene el largo invierno en el que no podemos disfrutar de ella. Un invierno en el que tiene que haber demasiados cambios de cara a la temporada 2015. Sevilla debe volver a la cima. A recobrar su sitio. Pero eso no es cosa de uno u otros. Es de una lucha común por el bien de la Maestranza y de la Tauromaquia. Ya ha comenzado la cuenta atrás para que llegue el próximo 5 de abril y vuelvan a sonar los clarines.

ABC

<img src="http://www.portaltaurino.com/images/criticos/fdo_carrasco.jpg"/>Por Fernando Carrasco. Dos orejas para Lama de Góngora, pero faltó el triunfo de clamor

Una tarde con seis toros, novillos en este caso, suele tener un momento clave. Lama de Góngora, novillero sevillano que ha despuntado en las últimas temporadas y que ayer asumía uno de los compromisos más importantes de su incipiente carrera, lo debió comprobar.

Fue en el segundo de la tarde, el astado de Fuente Ymbro. Un animal con motor, «carbón» como dicen los taurinos. Y con mucho que torear. Ahí estuvo la clave de este festejo. Porque si Paco Lama de Góngora llega a cuajarlo, a entenderse del todo con él, la tarde hubiese dado un vuelco tremendo. Pero no fue así. Y eso que se sobrepuso en los dos últimos y al final logró cortar dos orejas. Pero faltó el triunfo de clamor, la faena maciza y rotunda para haber roto la tarde.

A portagayola se fue a recibir al primero, de El Parralejo. Se frenó de salida y no acudió a los engaños, huyendo despavorido en cuanto sintió el hierro de la puya. Hasta cuatro veces entró en el caballo. Brindó al respetable y el comienzo de faena fue bastante bueno, doblándose con su enemigo. Tenía, empero, movilidad el de José Moya aunque iba algo brusco y violento. Le costó trabajo al chaval cogerle el ritmo por lo que las primeras series resultaron ligeras y enganchadas. Mejor cuando pudo templar y bajar la mano. Pero a zurdas tampoco hubo acople e incluso llegó el desarme.

Y salió el segundo, de Fuente Ymbro. Un novillo que se venció de salida pero que luego empujó en el caballo. Y que llegó al tercio final con mucho que torear. Repetía una y otra vez y tomaba la muleta con avidez. Paco anduvo resuelto, con ganas y ligando si bien las series pecaron de pocos muletazos. Pero había conjunción. El astado pedía más sitio y distancia y el chaval lo toreaba demasiado en corto. La faena fue transcurriendo en ese son y, claro, aquello no acabó de despegar del todo. Una pena. Dio una vuelta al ruedo que se antoja excesiva.

El tercero fue un marmolillo de Javier Molina parado desde su salida. No pudo darle ni un solo muletazo. Con el que hizo cuarto, de El Pilar, la cosa tampoco mejoró. Aquí estuvo el torero demasiado acelerado en los primeros momentos ante un animal que cabeceaba y tenía un feo embestir. Alargó la faena demasiado. A portagayola

Devuelto por partirse un pitón el quinto, de Daniel Ruiz, salió en su lugar un sobrero de Luis Algarra. Pareció Lama venirse arriba y querer transmitir emoción a los tendidos tanto a portagayola, como en las siguientes largas cambiadas —al menos cuatro— por distintos lugares de la plaza. La faena tuvo muy buenos comienzos por bajo en los terrenos de chiqueros. Aquí sí apareció más templado y pausado. Tuvo calidad el de Algarra y esta vez se dejó los nervios aparcados. La pena es que el astado tenía el fuelle justo y se fue apagando poco a poco, algo que se puso de manifiesto al torear al natural. Otra faena con altibajos y sin acabar de macerar. Pero mató de forma contundente y cortó una oreja.

Quedaba el sexto, también de Algarra. El último cartucho. Se había animado el cotarro con el trofeo del quinto bis. Y de nuevo se fue a portagayola. Las ganas no se le pueden reprochar a Paquito. Y bien que las demostró. Un buen novillo, con nobleza en sus embestidas. Aquí vimos al Lama de Góngora relajado, templado y pinturero en tres series diestras muy acompasadas, llenas de empaque. Rugió por vez primera con fuerza la plaza. Una pena que a mitad de trasteo hubiese algún enganchón que hizo bajar el nivel. El astado fue acortando embestidas y la faena diluyéndose en intensidad. Pero la gente estaba con el torero y tras pinchar y cobrar una buena estocada cortó otra oreja.

El País

Por Antonio Lorca. Lama de Góngora, una desilusionante encerrona sevillana

No resulta fácil vestir de limpio a un chaval que se atreve con la heroicidad de encerrarse él solito con seis novillos en una plaza de la categoría de la Maestranza de Sevilla. Vaya, pues, de entrada, el sombrerazo de respeto y admiración para quien se somete a un tribunal tan prestigioso a las puertas de su alternativa. Por eso, al margen del resultado final, es necesario que quede claro que no todo el que se viste de luces está dispuesto a vivir y a sufrir la soledad de tamaño compromiso en plaza de tan grande responsabilidad.

Hechos los cumplidos a los que obliga la justicia, no sería bueno engañar a nadie; y el primero que debe saber la verdad —que la sabe antes que nadie— es el propio torero.

Lama de Góngora cortó dos orejas y salvó los muebles in extremis cuando la tarde se había deslizado por ese preocupante precipicio del aburrimiento y la decepción. Se esperaba más, mucho más, de quien ha concitado la ilusión de la afición sevillana y se presenta para el próximo año como una de las fundadas esperanzas del toreo de pellizco. Pero Lama desilusionó, no estuvo a la altura deseada, y a pesar de que se enfrentó a un lote de novillotes comodones, con las mejores hechuras para embestir y todos del muy apreciado encaste Domecq, se mostró como un torero frágil, poco cuajado, con pocos mimbres, con una corta tauromaquia, que torea bien, pero dice poco, que da muchos pases, pero ayunos de hondura; y que lo hace todo muy despegado y con muchas prisas; y que las tandas resultan muy cortas, un visto y no visto, y que no toreó con la mano izquierda, lo que es pecado mortal, que el capote en sus manos fue un manojo de intentos baldíos…

Recibió a su primero de rodillas en la puerta de chiqueros, muy diligente, pero se desinfló en una faena de muleta con poco mando a un muy noble oponente. Brilló más la movilidad encastada del bravo segundo que el toreo de Lama, sin ajuste ni empaque. Se justificó ante los deslucidos tercero y cuarto, y se enrabietó cuando se anunció la salida del quinto y solo había dado una vuelta al ruedo por su cuenta. Hasta cinco largas cambiadas de rodillas le dio al sobrero que huía de su sombra, y destacó, después, en algunos redondos que tuvieron menos enjundia que lo que hacían notar sus muchos partidarios. Mató bien y se le concedió el primer trofeo de la tarde. Volvió a la puerta de chiqueros en el sexto, lució en un quite por garbosas chicuelinas y buscó el triunfo con renovada ilusión. Sonó la música mientras el novillo embestía con calidad y Lama lo muletaba, otra vez, despegado y sin sosiego. Pinchó y le ahorró a la presidenta el mal trago de decidir un doble trofeo que en modo alguno mereció.

En fin, que la tarde no fue redonda. Ya se sabe que encerrarse con seis toros, aunque sean novillos muy viene escogidos, es una lotería que te encumbra o pasa factura. Ojalá Lama de Góngora sea protagonista de una alternativa de categoría y pueda demostrar que su desilusionante gesta sevillana no fue más que un mal sueño.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Lama salva su reto sin contundencia

El novillero sevillano Lama de Góngora, quien se anunció en Sevilla con seis novillos de distintas ganaderías, saldó su gesto cortando dos orejas en el cierre del festejo -una al que saltó como quinto bis y otra al sexto, ambos de Luis Algarra-, contando a lo largo de toda la tarde con un apoyo sin reservas de sus partidarios.

Con un cuarto de entrada, el viento fue un factor negativo al comienzo en un espectáculo que resultó tibio. Se echó en falta una mayor calidad y variedad en el toreo de capa y, fundamentalmente, participación en quites. Como factor más positivo del torero, afloró su entrega, especialmente en largas cambiadas de rodillas. El diestro del Arenal estuvo siempre arropado por el público, que le dio varias ovaciones de ánimo a lo largo del festejo, comenzando con una de gala, al término del paseíllo; correspondiendo el espada con el brindis de su primera faena.

En esa primera labor cumplió con el castaño Olivarero, del hierro de El Parralejo, un ejemplar exigente. Lama puso sobre el tapete dorado de la Maestranza su mejor carta, la de la actitud, recibiendo al novillo con una larga cambiada de rodillas a portagayola y lanceó bien a la verónica. Tras desmontar el astado al picador, la labor muleteril no pasó de entonada.

El segundo, Soplón, de Fuente Ymbro, fue el novillo del encierro. Romaneó en el caballo y embistió con celo en la muleta. Lama, en las afueras, comenzó bien con la diestra, en una tanda con ligazón y otra mejor, de mano baja. Alguna otra careció de reposo. Bellos remates, como un pase mirando al tendido. Faltó más toreo al natural. Tras un pinchazo y una estocada, dio una vuelta al ruedo tras petición de oreja.

El tercero, Luchador, un castaño de Javier Molina, no dio opciones. El novillero no se anduvo por las ramas y pasaportó rápido al aplomado animal.

Liebrote, de El Pilar, fue toro altote. El novillero, que ganó terreno a la verónica, porfió sin frutos ante un ejemplar colorao, manejable y de escaso recorrido.

La tarde no remontaba vuelo y para colmo, el quinto, de Daniel Ruiz, se partió un pitón al rematar en un estribo de un burladero. Pero el torero salió ganando con el cambio, porque el sobrero, Lubinito, de Luis Algarra, corretón de salida, fue noble y no apretaba en exceso, ya que tenía el motor justo. Lama de Góngora se vino arriba en este acto y tras recibirlo de rodillas con una larga cambiada, frente a toriles, dio hasta otras cinco de hinojos en distintos terrenos en una especie de juramento de compromiso, con la parroquia enardecida. La faena, con brindis a los areneros, se basó en la diestra y hubo muletazos de calidad. La rubricó al primer envite y fue premiado con la primera oreja.

El sexto, Jaranero, un colorao de Algarra, al que cuidó en varas, dio buen juego por nobleza y recorrido. Lama lo recibió con una larga cambiada a portagayola y, por fin, un quite en toda regla, en el que se marcó unas chicuelinas. En el comienzo de faena, en los tercios, enjaretó buenos derechazos, para superarse en otra serie con ligazón, fuertemente ovacionada. Entonces llegaron los mejores muletazos, con un toreo reposado. El remate de una bella trincherilla fue sensacional. Era como si se hubiera soltado los nervios que le habían atenazado en varios pasajes. Con la izquierda también dibujó algún natural de calidad y remató con un precioso pase del desprecio. En el arrimón final, se salvó de un apuro con un improvisado fallero. Tras pinchazo y estocada fue premiado con una oreja como punto final en un reto que solventó a última hora, aunque en conjunto faltó contundencia.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Dos orejas y alguna duda

El empeño de Lama estaba mediatizado por algunos condicionantes previos y por algunas premisas futuras pero ahora no es el momento de hablar de eso. Ya tendremos tiempo de hacerlo largo y tendido. Sin salir de las dos horas y media del festejo hay otros argumentos y algunas preguntas que permiten dibujar perfectamente el desarrollo de un espectáculo -cogido con alfileres en su planteamiento- en el que se apuntó más de lo que se disparó. ¿Qué habría pasado si Lama hubiera entendido y aprovechado la emotiva embestida del ejemplar de Fuente Ymbro que hizo segundo? Seguramente habría cambiado la decoración por completo. Pero el joven novillero del Arenal, que había tenido muy pocas opciones con el tardo y soso pupilo de El Parralejo que rompió plaza, no siempre lo vio claro. Y lo pagó caro.

Ese segundo no se había empleado con nobleza en los capotes pero hizo atisbar otras posibilidades durmiéndose en el peto en dos largos puyazos que calibraron su motor. El novillo de Fuente Ymbro llegó al último tercio pidiendo guerra y queriéndose comer la muleta. Lama le cuajó un puñado de muletazos intensos, bien hechos y bien dichos. Supo darle esa fiesta en las primeras series de su trasteo pero en la tercera tanda de muletazos comenzó la cuesta abajo y afloraron las dudas. El joven valor sevillano fue incapaz de remontar ese hondo bache y aunque esbozó algún natural de buen trazo en el ambiente quedó la sensación de haber quemado en balde un cartucho muy, pero que muy valioso. La cuesta empezaba a empinarse…

El tercero, de Javier Molina, había cubierto el hueco del anunciado ejemplar de Victoriano del Río. Fue, con mucho, el peor del combo ganadero escogido para la ocasión. El novillo de los campos de El Sardinero buscó los novillos de Lamita, que también pudo contemplar como había echado el freno en las primeras arrancadas resultando intoreable. En ese punto, la tarde comenzaba a entrar en terrenos muy resbaladizos y con las tres bolas que aún quedaban en el bombo había que apostar a todo o nada. Pero el peor tramo del festejo se viviría con el cuarto, del hierro de El Pilar, un utrero que hizo cosas esperanzadoras en el capote sin que Lama acertara a estirarse. Sí equivocó por completo la estrategia prolongando sin sentido un trasteo ayuno de rumbo con un animal deslucido, de viajes cortos que demandaba brevedad y resolución inmediata.

Devuelto el quinto titular por partirse el pitón en una tronera, Lama de Góngora se fue a chiqueros a recibir al sobrero de Algarra, al que enjaretó media docena de largas cambiadas que también trocaron el signo de la tarde. Había levantado los ánimos: el del público y el suyo propio. Brindó a la brigada de areneros -mire usted- y planteó la faena en los terrenos que pedía el temperamento manso de su enemigo, que sólo se empleó en diez o doce pases cuajados con buen trazo y templanza antes de renunciar a la pelea. La estocada, cobrada en la puerta de chiqueros, validó la concesión de una oreja de circunstancias a favor de palco y público.

Aún cortaría otra oreja del sexto, un importante ejemplar de Luis Algarra -la vacada llevaba casi treinta años sin pisar la plaza de su tierra- al que cuajó una faena de más a menos que perdió el hilo cuando cambió el engaño de la mano derecha a la izquierda. Había logrado torear con sentido de la expresión y muy reunido a ese novillo pero tal y como le había pasado en lidias anteriores, fue incapaz de salir del hondo sumidero en el que se había metido la faena. Se estaba acabando la mecha pero la solvencia de su acero y el cariño de los suyos pusieron en sus manos otra generosa oreja.

La Razón

Por Paco Moreno. Lama de Góngora y Luis Algarra, triunfo in extremis en Sevilla

Lama de Góngora salvó con decoro y hasta con brillantez su encerrona con seis novillos, de distintas ganaderías, en La Real Maestranza de Caballerías de Sevilla. Fue un digno final a una temporada atípica en el albero hispalense. No tuvo suerte con el juego que depararon los novillos tercero y cuarto, que se pararon muy pronto y no le dieron ninguna opción, pero estuvo brillante y solvente con aquellos utreros que mostraron mejor son en su comportamiento, sobre todo con el bravo y encastado segundo animal del hierro de Fuente Ymbro y la calidad de embestida de los que cerraron plaza, de Luis Algarra, ganadería que llevaba varias décadas ausente de Sevilla.

El utrero que abrió plaza, de El Parralejo, obtuvo un juego a veces manejable y otras más brusco, aunque siempre le faltó chispa en sus embestidas. Lo recibió a portagayola y lo lanceó con gusto, aunque salía distraído de la suerte. Manseó en varas y tuvo un comportamiento cambiante en sus embestidas. Anduvo dispuesto el novillero sevillano en una labor con altibajos que brilló más y mejor sobre la diestra hasta que el animal se fue apagando. Subió el tono de la tarde ante el segundo. El de Fuente Ymbro resultó bravo y vibrante en sus acometidas, recordando a sus hermanos lidiados el pasado 2 de junio y que posibilitaron entonces la salida por la Puerta del Príncipe de Borja Jiménez, José Garrido y el propio ganadero, Ricardo Gallardo. A punto estuvo Lama de Góngora de cortarle la oreja. Fue una faena basada en la derecha, con temple, gusto y dominio, bajando la mano y dejando tandas de muletazos de amplia respuesta en los tendidos, pero la media estocada tendida le restó la posible oreja, que no obstante fue pedida por parte del público.

Queda dicho que ni tercero ni cuarto dieron opciones de lucimiento, por resultar ambos sosos en sus acometidas y agotarse pronto. Sin embargo, ante el cuarto Lama de Góngora dejó un ramillete de excelentes verónicas en su recibo de capa. Después no pudo pasar de tesonero en su intento de sacar faena.

El quinto novillo, de Daniel Ruiz, se partió el pitón derecho por la cepa al derrotar contra un burladero al poco de salir al ruedo. Fue devuelto y el destino quiso que saliera el sobrero de Luis Algarra con mucha calidad en sus embestidas. Lo recibió a portagayola el novillero y tras una larga cambiada de rodillas a modo de recibo, le enjaretó otra más junto al tercio y otras tres en el centro del ruedo. Subió el termómetro ambiental y se enrachó el final de la tarde. Cerca del terreno de chiqueros embistió con dulzura el novillo, la misma que hubo en los muletazos de Lama de Góngora, sobre todo por la derecha. Tras cortarle la primera oreja, se fue de nuevo a portagayola para recibir al sexto, del mismo hierro ganadero, con el que se lució posteriormente en bonitas verónicas, preámbulo de otra faena con mucho empaque en la que predominó el temple y el gusto en el primer tramo para mostrar después un valor seco y sereno en terreno de cercanía para cerrar su obra y la tarde. El pinchazo previo a la estocada no restó grados al premio.

El definitiva, Lama de Góngora saldó con suficiencia artística su encerrona sevillana y el cierre de temporada y Luis Algarra, su ganadería, volvió con dignidad y buen juego de los utreros a la plaza de Sevilla. Quizá faltase mayores recursos y variedad de repertorio, pero rubricó con brillantez a los novillos más lucidos del encierro.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Lama de Góngora, buenos detalles y muchas dudas

Lama de Góngora, novillero sevillano que un día sorprendió a la plaza con un toreo preñado de la alegría y la pinturería de la tierra, ha ganado en técnica y ha olvidado aquellos principios que cautivaron a sus paisanos. Ahora es un torero que da pases de forma algo mecánica, pero que apenas deja entrever el empaque y la prestancia del pasado. Debe ser el camino natural de quien aprende el oficio. En una tarde en la que lidió en solitario seis novillos, este predominio del oficio sobre la naturalidad logró que el sevillano apareciera tan solvente como poco apasionante. Se enfrentó a la dura prueba de matar seis en solitario, cortó dos orejas generosas, dejó algunos detalles buenos y también sembró de dudas su futuro.

No respondió en la medida esperada el público. Los que estaban en los tendidos apoyaron de forma sonora al diestro sevillano. En realidad, todos empujaron algo para que los logros fueran mejores. El público lo hizo con palmas ante casi todo y la banda también se sumó a la fiesta. Al final del paseíllo salió a saludar una ovación cariñosa. Estuvo bien arropado por los presentes.

A Lama le pesaron los nervios, que fueron en aumento conforme la novillada se acercaba a su final. De los enemigos a los que se enfrentó, todos bien presentados, el de Fuente Ymbro y los dos de Algarra fueron buenos colaboradores. El manso de El Parralejo no se entregó; los de Molina y El Pilar fueron deslucidos. No se lidió el de Daniel Ruiz, un novillo de pitones lamentables y altamente sospechosos. El animal se partió el izquierdo en un derrote. Menos mal que así ocurrió, ya porque el sobrero de Algarra se dejó torear, ya porque nos libramos de presenciar la lidia completa de un novillo impresentable en sus defensas.

Lama apenas pudo lucirse a la verónica. Se fue a portagayola en el primero, quinto y sexto, lo que resolvió con suficiencia. Al quinto, después de la primera portagayola, aún le dio cuatro más en distintos terrenos de la plaza. Entre los pocos quites que pudo rematar, uno por verónicas y otro por chicuelinas. El bagaje con el capote, salvando las largas, fue escaso.

Con la muleta sus mejores momentos llegaron en los novillos segundo, quinto y sexto. El de Fuente Ymbro, encastado y repetidor, le permitió lucirse en tres tandas con la derecha de buen corte. Alargó su labor de forma absurda y la faena perdió intensidad.

Al sobrero de Algarra que salió en quinto lugar lo toreó en toriles con decisión, a veces con toque muy fuertes, pero siempre por el pitón derecho y con más velocidad de la cuenta. No fue su mejor tarde al natural.

El novillo sexto de Algarra tenía quince pases de calidad. Algunos fueron buenos y otros más acelerados. A esas alturas se palpaba que los nervios lo tenían ya atenazado. De nuevo alargó su labor y llegaron enganchones de poca vistosidad. La derecha fue la mano dominante. Los muletazos de la primera parte de la faena, con el animal encelado y muy tapado, fueron lo más brillante de la corrida.

Con la espada estuvo muy desigual. Las estocadas al primero y quinto, así como la del sexto en segunda entrada, salvaron su honor estoqueador. En los demás anduvo desacertado.

Cierra al año sevillano, nefasto año, con una novillada en la que Lama dejó tanto detalles buenos como dudas en el ambiente. Dos orejas a favor del cariño de sus seguidores y la sensación de que aquel novillero fresco y pinturero del comienzo se ha reconvertido en un torero que da muchos pases, algunos buenos y otros menos buenos.

Toromedia

Lama de Góngora corta dos orejas en el cierre de temporada

El festejo que cerraba el año taurino en la plaza de toros de Sevilla se ha saldado con dos orejas. El novillero Lama de Góngora culminó con triunfo su gesta de estoquear en solitario seis novillos de distintas ganaderías en el tradicional festejo organizado para la Cruz Roja.

En el primero de la tarde, Lama de Góngora se fue a portagayola. El novillo de El Parralejo salió distraído pero le dejó lucirse a la verónica en un recibo de mucha disposición. Manseó con el caballo y en la muleta embistió con brusquedad, lo que unido al viento dificultó las primeras series. Poco a poco lo hizo romper y logró una buena tanda por ese pitón. El viento no le dejó torear al natural y la faena no pudo volver a remontar. Mató de estocada y fue ovacionado.

No hubo lucimiento de capa en el segundo de la tarde, un novillo de Fuente Ymbro que no se empleó de salida y que sin embargo empujó fuerte en el caballo. En la muleta embistió con vibración y Lama ligó dos buenas series diestras que hicieron sonar la música. Hubo una tercera buena y cuando cambió a la zurda el novillo se vino abajo. La faena estaba hecha y la concluyó con ayudados antes de pinchar lo que podía haber sido el primer triunfo. Logró una estocada al segundo intento. Hubo petición de oreja que la presidenta no atendió. Vuelta al ruedo.

El tercero, de Javier Molina, resultó parado y más complicado, sin ofrecer oportunidad de lucimiento a Lama de Gongora, que tuvo que optar por el camino de la brevedad. Mató de pinchazo hondo. Silencio.

El cuarto fue un novillo de El Pilar que manifestó falta de fuerza de salida. Lama lo toreó de forma animosa a la verónica e intentó sacarle partido en la faena de muleta. Para ello tuvo que provocar a un enemigo que cada vez fue a menos hasta desinflarse por completo. Insistió hasta apurar por completo las embestidas de su oponente. Pinchó tres veces y tuvo que descabellar. Silencio.

Muy brusco embistió en el capote el novillo de Daniel Ruiz, que se partió un pitón al rematar en un burladero. Fue devuelto y en su lugar salió el sobrero de Algarra, al que recibió a portagayola y dio cuatro largas cambiadas mientras que el novillo que no paraba de corretear por el ruedo. La faena la brindó a los areneros y la planteó cerca de chiqueros, ligando tres buenas series con la derecha que hicieron que la música sonara y la tarde se entonara. El novillo hizo amago de rajarse y se desentendió cuando intentó torearlo al natural, pero el torero supo sacarle partido hasta cortarle la oreja.

En el sexto, también del hierro de Algarra, volvió a irse a portagayola y se lució especialmente en un quite por chicuelinas. Fue un novillo de gran calidad al que entendió muy bien desde el primer momento dándole tres series muy buenas. Al coger la zurda el astado se vino a menos, por lo que volvió a la diestra para apurar las últimas embestidas y meterse en el terreno de su enemigo con mucha solvencia. Un pinchazo y una estocada sin puntilla pusieron en su mano una nueva oreja.


Sevilla Temporada 2014.

sevilla_121014.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:26 (editor externo)