Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


sevilla_160510

REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

<img width="250px" height="240px" src=" https://www.plazadetorosdelamaestranza.com/downloadObject.do?id=7520">

Tarde del domingo, 16 de mayo de 2010

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Javier Molina (bien presentados, descastados).

Diestros:

Thomas Joubert: De malva y oro. Estocada desprendida, descabello (saludos desde el tercio); municipal, estocada (silencio).

Miguel de Pablo. De rosa y oro. Tres pinchazos, estocada tendida (silencio); estocada caída (silencio).

Juan Cervera. De turquesa y oro. Estocada trasera y tendida (silencio); media estocada, cuatro descabellos (silencio).

Incidencias: en esta fecha de cumplían 90 años de la cogida mortal de Joselito el Gallo. Siguiendo la tradición en esta plaza el paseíllo rompió con el pasodoble Gallito y posteriormente se guardó un minuto de silencio en memoria del maestro sevillano.

Presidente: Julián Salguero.

Tiempo: Soleado.

Entrada: Media plaza.

Crónicas de la prensa: El Mundo, ABC, El Correo de Andalucía.

<img width="250px" height="190px" src=" https://www.plazadetorosdelamaestranza.com/downloadObject.do?id=7525"> <img width="250px" height="190px" src=" https://www.plazadetorosdelamaestranza.com/downloadObject.do?id=7527">

© Thomas Joubert con el capote (arriba). Miguel de Pablo y Juan Cervera. Fotos Arjona.


Lo mejor, lo peor

Por Juan Carlos Gil.

Lo mejor: la disposición de Joubert

Con ganas de triunfar llegó el torero francés a la tercera novillada continuada del abono. Jugó bien los brazos a la verónica en el saludo a su primero y corrió bien la mano por el pitón derecho en dos tandas largas y bien hilvanadas. Ante el cuarto se mostró tesonero y con ganas, que es lo mínimo que se puede exigir a uno que quiere llegar a ser. Sus compañeros lo intentaron con más o menos disposición pero no hubo historia por la sosería y mansa condición de sus oponentes.

Lo peor: la mansedumbre del encierro

Aunque el primer utrero tuvo veinte aterciopeladas embestidas, todos los novillos se rajaron estrepitosamente en el último tercio. Dos de ellos, quinto y sexto, recibieron el primer puyazo al relance de un capote en el picador que guarda la puerta. Casi todos salieron sueltos de los montados y en cuento veían un hueco se marchaban para la querencia. Con todo, el tercero, un colorao, bien hecho y protestón, tuvo recorrido a media altura… Sin embargo, tropezó varias veces en la muleta del su matador, un Juan Cervera que no terminó de cogerle la distancia, y agudizó su calamocheo. Este chaval tiene buena compostura pero abusa de los toque con el pico de la muleta al pitón contrario, sobre todo con la diestra. Da la sensación de que imita demasiado al maestro de Chiva.


El Mundo

Por Carlos Crivell. Homenaje al rey de los toreros

La Real Maestranza rindió el homenaje debido a Joselito El Gallo en la fecha del 90 aniversario de su muerte en Talavera. Era lo justo y adecuado, aunque en otras ocasiones la plaza sevillana no haya a la altura de las circunstancias para recordar al rey de los toreros. El pasodoble Gallito sonó en el paseíllo y se guardó un minuto de silencio en memoria de quien fue uno de los más grandes de la historia.

Cuando la novillada del abono pasaba sin que nada ocurriera, el recuerdo del inmenso lidiador se hacía muy presente. ¿Cómo sería Joselito en nuestros días antes estos novillos tan descastados? Seguro que diferente a los aspirantes que llegan al coso del Baratillo sin la ambición a tope o la preparación afinada. Las plazas de primera se han convertido en bancos de pruebas para los que aún están en el parvulario del toreo. Se les presenta en la Universidad y casi no saben ni leer. Cuando Joselito El Gallo llegó a la Maestranza ya sabía latín, aunque dicen los historiadores que era tan precoz que dominaba todas las lenguas del toreo con apenas unos añitos.

De la terna, sólo queda como mejor recuerdo el buen concepto del francés Thomas Joubert, por otra parte el más placeado. Es un torero templado, que mantiene esa tendencia nociva de la imitación de sus mayores – en este caso de Castella -, aunque en su actuación de hoy ha soltado parte de ese lastre. El primero de la tarde, manso como sus hermanos, se dejó torear por ambos pitones. Joubert ligó y templó por la diestra, no acertó a resolver con la zurda y se encontró con que el animal le jugaba la mala pasada de la huída, motivo por el que la faena perdió consistencia. Anduvo resolutivo en los circulares y se le vio muy seguro.

El cuarto sufrió el castigo añadido de dos costaladas que le dejaron para el arrastre. El animal se paró y la insistencia de Joubert sólo logró pases carentes de la más mínima emoción.

Miguel de Pablo tiene hechuras de niño y cara de travieso. Se enfrentó a un manso en primer lugar con el que demostró voluntad y unas formas mecánicas. El novillo fue muy deslucido. El madrileño se mostró correcto. Al quinto le echó más carbón en una larga en el tercio y lances muy compuestos. El novillo se fue también a los terrenos de toriles. Allí le dio muchos pases por alto con cierta aceleración en las formas.

El valenciano Juan Cervera ha debutado este con picadores. Salió al ruedo maestrante con un bagaje mínimo. Dicen que se parece a Ponce. Pienso que no es bueno que digan de un novillero que se parece a alguien. Cervera está es las primeras letras de su aprendizaje. Además, tampoco fue afortunado con los novillos, aunque tiene un problema grave que resolver. Está reñido con el temple. El tercero era un novillo desordenado, que embestía a oleadas. No le cogió la distancia nunca y, para colmo, Cervera es frío como una calle de Moscú en diciembre.

El sexto se dejó la vida en manos de los picadores del joven valenciano. Los dos puyazos fueron mortíferos. El animal, lógicamente, se paró. Cervera, más frío aún que en el tercero, volvió a tropezar con su destemplanza.

Es posible que para estos jóvenes no haya otro camino que torear en Sevilla para salir a flote. Seguro que Gallito hubiera dado otra imagen en un día tan crucial. Los tiempos de hoy están montados al revés que hace cien años, cuando el niño de Gelves dejaba a los profesionales con la boca abierta por su sabiduría ante las reses. En el siglo XXI no parece que vayan a aflorar muchos con la afición de Joselito, sin ninguna duda, el rey de los toreros.


ABC

Por Lorena Muñoz. Otra oportunidad perdida

Abrió el paseíllo el pasodoble Gallito que sustituyó al tradicional Plaza de la Maestranza que cada tarde suena cuando las cuadrillas pisan el albero. Y se guardó un sentido minuto de silencio por la muerte de José Gómez Ortega ‘Gallito’ en la plaza de toros de Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920. Este bonito detalle en recuerdo del máximo exponente del toreo sevillano fue lo más emotivo de la tarde. Muy mal debieron rodar las cosas para hacer esta afirmación.

La novillada, una tarde más y ya van tres, fue de nulo contenido artístico. Amén de que al encierro de Javier Molina le falló la casta, los novilleros pecaron de lo mismo: poca actitud, menos disposición y aún menos raza. Algo le pasa al escalafón de novilleros. Algo y grave si quienes tienen que empujar para hacer el relevo generacional no llegan empujando fuerte. La de esta tarde fue otra oportunidad perdida para quienes pretenden ser figuras del toreo.

El festejo fue de más a menos para acabar en nada. Thomás Joubert corrió el lote más potable del encierro sobre todo el primero, que aunque bajo de casta tuvo veinte o treinta arrancadas importantes antes de rajarse. Pero allí no hubo un novillero dispuesto a aprovechar cómo se desplazaba el astado, con recorrido y claridad en la embestida. La faena no tomó cuerpo y sólo quedaron muletazos aislados que no sirven para triunfar en Sevilla.

En el cuarto no se acopló ni encontró la medida al de Javier Molina, que a pesar de ser soso y desrazado, le pegó más de cuarenta pases sin decir nada. Con más recorrido por el pitón izquierdo se perdió sin dar el paso adelante.

Miguel de Pablo sorteó un lote complicado. El segundo manseó de salida y lo puso en apuros en el capote y en la muleta donde hubo poco que destacar. Con el quinto se mostró un poco más dispuesto, lo recibió de rodillas en el tercio pero ahí acabó la historia de este astado que desbordó al novillero en muchos momentos al desarrollar genio.

Juan Cervera, que actuó el pasado año en el ciclo de promoción, tampoco acertó en las distancias y toreó acelerado. Ambas cosas son lógicas en un novillero pero no que anduviera más pendiente de componer la figura que de torear de verdad. El sexto sufrió un severo castigo en el caballo y terminó parado. Si le quedaba algo de clase fue imposible saberlo.


El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Pocos relumbrones para el aniversario de Joselito ‘El Gallo’

El minuto de silencio se orquestó esta vez desde las alturas y hasta se anunció oficialmente para que no cupieran demasiadas dudas. Ayer se cumplían 90 años de la muerte en Talavera de la Reina de José Goméz Ortega, el gran Joselito, en las astas de Bailaor, de la Viuda de Ortega. Casi un siglo de distancia marca ya la entrada en la inmortalidad de una de las piedras angulares del toreo moderno, de uno de los eslabones fundamentales del frondoso árbol del toreo sin el que no se puede entender la evolución de la lidia de reses bravas.

Y aunque el pasodoble Gallito -que fue compuesto para su oscuro hermano Fernando- saludó la efemérides en el paseo de las cuadrillas, los novillos de Javier Molina -encastados en la mejor sangre de Domecq- no quisieron sumarse ésta vez a la celebración brindando un común fondo de mansedumbre que la terna de novilleros sorteó con dignidad. Esta vez podemos apagar la alarma encendida otros domingos. Los chicos de ayer, cada uno en función de sus posibilidades, resolvieron la papeleta sin que el agua les llegara al cuello, sin abusar de la paciencia del santo público dominical que salió del coso maestrante alabando la refrescante celeridad con la que se verificó el espectáculo.

El novillero francés Thomás Joubert ya era conocido por estos lares. Para él fue el novillo con más posibilidades del encierro, un primero que brindó un puñado de arrancadas codiciosas antes de cantar su condición de manso hasta rajarse por completo. El Tomasito de otros tiempos anduvo solvente, mostrando el oficio adquirido y buscó el relajo en un trasteo en el que hubo más esfuerzo que brillantez. Joubert se mostró mucho más resolutivo con el cuarto, un animal tardo y aplomado al que siempre buscó la cara, tapándole las querencias para impedirle una huída que buscó por todos los terrenos. Después de un sablazo que asomó dejó una gran estocada que tumbó fulminantemente a su soso enemigo.

Pero el juego del resto del encierro no iba a permitir que remontara la tarde. Al segundo le sobraron demasiadas complicaciones y desconcertó a las cuadrillas y a su matador desde que salió por la puerta de chiqueros. Probón, quedándose debajo del palillo de la muleta, salía mirando al tendido en el embroque de los muletazos. El colmenareño Miguel de Pablo anduvo dispuesto pero los viajes cortos del novillo de Javier Molina le impidieron sacar nada en claro. El mansísimo quinto de la tarde, que huía hasta de su sombra, sólo le permitió andar por la plaza con decoro. Quedó inédito.

El valenciano Juan Cervera tiene buen corte, se mira sin disimulo en el espejo de su paisano Enrique Ponce y anda fácil y sobrado en la cara de los novillos. En el debe, hay que ponerle cierta falta de compromiso, hay que poner unos gramitos más de riesgo para no parecer un ratón habilidoso. Más compuesto que poderoso, Cervera pudo sacar poca agua del tercero, un novillo que no llegó a romper en la muleta. El sexto fue machacado sin piedad en el caballo y el valenciano volvió a enseñar su habilidad aunque abusó demasiado de las ideas preconcebidas.


Sevilla Temporada 2010.

sevilla_160510.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:26 (editor externo)