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Real Maestranza de Sevilla

<img width="270px" height="175px" src="http://www.abc.es/Media/201505/17/gines-marin--644x362.JPG">

Domingo 17 de mayo de 2015

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Fuente Ymbro (bien presentados, con diferente juego, sosos y descastados en general; los mejores, 1º, 2º y 5º, muy bueno).

Diestros:

Clemente. De nazareno y oro: Dos pinchazos, media estocada y cinco descabellos (silencio tras aviso). Pinchazo hondo y un descabello (silencio).

Ginés Marín. De rosa palo y oro: Estocada contraria (vuelta tras petición). Pinchazo y estocada desprendida (una oreja).

Varea. De grana y oro: Estocada (silencio). Pinchazo y estocada desprendida (silencio).

Banderillero que saludó: José Manuel Calvo 'Montoliú'.

Presidente: Gabriel Fernández Rey.

Tiempo: caluroso al principio.

Entrada: menos de media plaza.

<iframe src="https://player.vimeo.com/video/128087955" width="500" height="275" frameborder="0" webkitallowfullscreen mozallowfullscreen allowfullscreen></iframe> <p><a href="https://vimeo.com/128087955">Resumen Novillada 17 Mayo 2015 Sevilla</a> from <a href="https://vimeo.com/maestranzapages">Maestranza Pag&eacute;s</a> on <a href="https://vimeo.com">Vimeo</a>.</p>

Crónicas de la prensa:

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Muy esperada esta novillada de Fuente Ymbro en la Maestranza. Y gustó y decepcionó a medias, empate técnico, como dicen ahora en las encuestas, en toros y toreros. Hubo tres novillos interesantes y un lote, el del valenciano Varea, que tendrá ocasión de reivindicarse en Sevilla pues está cuajado, más bien imposible. Al galo Clemente le pesó la tarde y la plaza para qué vamos a decir otra cosa. Y Ginés Marín confirmó en su debut maestrante lo que se sabía y esperaba de él, que es uno de los buenos de su generación. Dos faenas distintas a dos toros distintos que dieron la medida de su capacidad taurómaca. El único pero que se le puede y debe poner al extremeño es que 24 horas antes se cayera del cartel de Osuna alegando lesión en una mano y que milagrosamente ésta curara para estar en el paseíllo sevillano. Si empiezan a hacer estas cosas cuando acaban de empezar con picadores, qué van a hacer después…En su descargo hay que suponer que el chaval quería torear en Osuna y fueron sus mentores los que no le dejaron. Digo yo, que con esto de la FIT ya uno no se entera de nada.

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Ginés sigue sumando. Ginés Marín ha confirmado en la Maestranza las buenas sensaciones que se tienen de él. El novillero extremeño ha paseado el único trofeo de la tarde. Con el quinto, un animal que fue a más, Marín toreó al natural con mucho gusto y torería. Se mostró variado desplegando su tauromaquia. El pinchazo previo a la estocada enfrío al público, que no llegó a pedir la otra oreja. En el segundo, lo mejor llegó con el arrimón final y las ajustadas bernardinas. Con este le faltó tal vez un poco de acople en los primeros compases para haber terminando de redondear su labor.A Clemente le tocó en suerte un primer novillo con muchas virtudes y un muy buen pitón izquierdo. El galo no terminó de acoplarse con él pero sí dejó algunas pinceladas. Con el cuarto estuvo firme, pero el de Fuente Ymbro duró poco. Por su parte Varea estuvo por encima de un lote con nulas condiciones para el triunfo.

Lo peor: Tarde de expectación descafeinada. La novillada prometía. Los novillos de Fuente Ymbro volvían a Sevilla rememorando la histórica tarde del 1 de junio del pasado año cuando Ricardo Gallardo salió por la Puerta del Príncipe junto con Borja Jiménez y Garrido. La apuesta era firme. Ginés Marín y Varea podrían repetir la hazaña o tal vez el joven Clemente podría sorprender. No fue una mala novillada de Fuente Ymbro, pero por una cosa u otra no pudo ser un día redondo.

ABC

<img src="http://www.apcnet.org/archivos/LorenaMunoz.jpg"/>Por Lorena Muñoz. Solo la torería de Ginés Marín en la novillada de Fuente Ymbro

La de Fuente Ymbro era la decimoséptima de abono, el mismo número que la del 1 de junio del año pasado. Aquella fue la del triunfo histórico con Borja Jiménez, Jose Garrido y el ganadero a hombros por la Puerta del Príncipe. Ayer, era un cartel atractivo de tres debutantes en el que solo Ginés Marín supo aprovechar la oportunidad.

El jerezano le hizo una faena solvente al quinto, de mucho sabor al natural en el centro del ruedo, con muletazos largos y templados. Con la diestra se gustó, en un toreo de mano baja y mucha torería. Firmó, sin duda lo mejor de la tarde. Ya en el segundo había mostrado su buen concepto, un novillo que se pensaba ir a la muleta pero que lo hacía con importancia. Dejó detalles y un final por bernadinas muy ajustadas aunque la faena no llegó a tomar cuerpo. Cobró una buena estocada y hubo leve petición de oreja que quedó en vuelta.

El novillero francés Clemente fue silenciado en su lote. Sorteó un primer novillo codicioso y con recorrido con el que el no llegó a encontrar las distancias en una faena larga. Dejó buenos muletazos pero también algunos enganchados y muchas voces en los cites que contrastaron con el silencio expectante de la plaza. Lo mejor, la competencia en quites con Ginés Marín, que hizo uno muy ajustado por chicuelinas. Lo peor, la espada. Por estatuarios empezó con el cuarto otra faena sin historia y de excesivo metraje que no llegó a romper hacia delante tras muchos muletazos.

Cerraba el cartel Varea que encontró en el tercero a un novillo justo de casta, mejor por el pitón derecho pero que se fue apagando. El de Castellón hizo una faena a media altura y demasiada parsimonia antes de dejar una buena estocada y ser silenciado. En el que cerró plaza no pasó de dispuesto. Se lo llevó al centro del anillo pero la labor quedó difuminada. Al menos estuvo eficaz con la espada.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Expectativas defraudadas

Se hablaban cositas. Se repasaban triunfos; sensaciones; las impresiones de esos taurinos que viajan, andan en el secreto y conocen el paño. Con ese run run, la novillada había logrado levantar cierta expectación en la mermada secta de los aficionados. En otro tiempo se habría notado también en la taquilla y los escaños maestrantes pero eso ya era pedir demasiado en estos difíciles tiempos de tribulaciones.

El caso es que se esperaban muchas cosas y muy buenas de la terna reunida ayer en torno al envío de Ricardo Gallardo. Pero tuvimos que frotarnos los ojos para intentar adivinar las maravillas que venían contando de una terna perdida en un mar de pausas, tiempos muertos e hipnotizada por esa apoteosis del muermo y la parsimonia que ha convertido cualquier espectáculo taurino –por llamarlo así– en un martirio interminable. Y el aburrimiento es el peor enemigo del toreo. El caso es que la sosería de los novillos de Fuente Ymbro también se alió con el escaso sentido de la escena y el cómputo del tiempo de la terna de debutantes brindando un espectáculo largo, plomizo y de escaso contenido, remendado a duras penas por la faena entonadita de Ginés Marín al potabilisimo quinto.

El novillero francés Clemente fue el encargado de abrir la tarde con un ejemplar terciadito, tardo y reservón que le permitió mostrarse firme y resuelto pero poco brillante. La movilidad engañosa del novillo no le dejó entregarse en la muleta del torero galo, que apuró sus últimas embestidas sin lograr elevar el tono de un trasteo esforzado, trabajoso y muy apoyado en la voz. Con el cuarto, ayuno de fuerzas pero de noble embestida, se mostró más compuesto que profundo en una labor pulcra y superficial que volvió a abusar del reloj y la paciencia del público. La bisagra del cartel era el jerezano Ginés Marín, un valor en trance de eclosión definitiva que se enfrentó a un segundo tan manejable cómo soso, que tampoco estuvo sobrado de clase y al que toreó con suficiencia y exceso de minutos. Con el quinto, que rompió en el último tercio, mejoró en el trazo, la forma y el fondo en una faena variada, entregada y meramente entretenida que le sirvió para cortar la única oreja de la tarde.

El tercero fue un jabonero tardo, blando, reservón y de escaso recorrido que sólo permitió a Varea mostrar firmeza pero escaso sentido de la medida del tiempo y de la escena. Con el sexto, un punto bruto, hubo correción de formas, exceso de parsimonia y demasiadas dudas.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Marín apunta buenas maneras

El cartel compuesto por tres novilleros prometedores: Clemente, Ginés Marín y Varea concitó una media entrada en la Maestranza. La terna, que debutaba en esta plaza, se enfrentó a un encierro de Fuente Ymbro, de presentación desigual y de comportamiento dispar.

De la terna destacó por sus buenas maneras el jerezano, afincado en Extremadura, Ginés Marín en una tarde en la que los jóvenes toreros compitieron y ofrecieron variedad en el capote. Así, en el primer acto, Marín se marcó unas buenas chicuelinas a las que respondió Clemente por chicuelinas.

Ginés Marín consiguió el único trofeo del espectáculo gracias a una faena en la que con oficio desplegó su clase ante un ejemplar Vivales, que fue ovacionado en el arrastre por su movilidad y transmisión, tras un tercio de varas en el que acabó saliendo suelto. El jerezano no dudó y se colocó en los medios de inmediato, con la muleta en la zurda. Tres series. Destacó la segunda, con más aplomo, rematada con un trincherazo. Arrancó la música y con la diestra continuó ganando enteros su obra con una tanda en la que hilvanó con ligazón los muletazos y endulzó con un cambio de mano. De nuevo, pases de mano baja, arrucina y pase de pecho, estallando la ovación más fuerte. Con la izquierda estuvo a buena altura, siempre jugando la cintura y componiendo bien. Unas manoletinas ceñidas, un fallero y un pase de pecho fueron un colofón notable a su faena. Aunque pinchó en el primer envite, mató de estocada entera y el público solicitó mayoritariamente una oreja, que fue concedida.

Con el segundo novillo, al que le faltó empuje y fue a menos, Marín desplegó valor y oficio. Vistoso galleo para llevar al astado al caballo. El comienzo, con estatuarios, engarzados con una trincherilla y un pase del desprecio fue muy aplaudido. En las afueras, estuvo por encima de la condición del novillo, imponiéndose especialmente con la derecha, dibujando algunos muletazos de mano baja de bello trazo. En el inicio de un circular invertido se salvó de una cornada por reflejos. Cerró con bernadinas y mató con habilidad de estocada entera. Dio una vuelta al ruedo tras petición.

El francés Clemente, más pendiente de la estética que de la profundidad, no llegó a sacar todo el partido al que abrió plaza, un novillo con movilidad y manejable. Bello comienzo con muletazos genuflexos. Luego, dibujó pases sueltos aislados de calidad, como un excelente natural. Pero a la labor le faltó ligazón y más intensidad. Dio un mitin con los aceros. Al cuarto lo cuidaron en el caballo. Con escaso motor y tras una voltereta, persiguió bien la muleta. Clemente realizó un trasteo desigual que comenzó con muletazos por alto a pies juntos y que se fue diluyendo, prevaleciendo el toreo accesorio sobre el esencial.

El castellonense Varea, con el peor lote, dejó la impronta de novillero placeado. Con el jabonero tercero, flojo, desclasado y mirón, se mostró porfión en una faena correcta. Al sexto, tardo, le faltó recorrido. Tras dos buenos pares de banderillas de José Manuel Montoliú, Varea concretó una labor voluntariosa en las afueras, sin que tuviera eco en los tendidos, tras un desafortunado comienzo con varios enganchones.

En definitiva, el jerezano Ginés Marín se alzó como claro triunfador del festejo, consiguiendo el único trofeo de la tarde y convenciendo al público sevillano por sus buenas maneras.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Ginés Marín presenta sus credenciales

De una terna muy esperada con los novillos de Fuente Ymbro se esperaba un festejo de mayor contenido. Al final, solo Ginés Marín justificó su cartel y dejó pruebas sobradas de que estamos ante un joven más que prometedor. Sus compañeros de cartel no estuvieron a la altura de los buenos novillos de Fuente Ymbro que les tocaron en suerte.

La novillada de Fuente Ymbro, justa de trapío, tuvo tres novillos buenos, uno para cada aspirante. Solo el extremeño nacido en Jerez lo aprovechó. Es cierto que el conjunto, nada aparatoso y parejo, no alcanzó el nivel de los utreros que hace un año proporcionaron el triunfo de los novilleros. Sin embargo, fue un encierro apto para el triunfo.

Ginés Marín demostró un oficio bien aprendido y buen gusto torero. Con el primero de su lote se lució en los lances del saludo y en un galleo por chicuelinas para llevarlo al caballo. La faena fue tesonera con uno de los novillos que menos se prestó. En su labor hubo buen trazo pero faltó la ligazón. Su empeño y la estocada le permitieron dar la vuelta.

El triunfo llegó en el quinto, mansito en los primeros tercios, pero que encontró en la muleta de Marín la batuta que dirigió sus buenas arrancadas por abajo. El chaval toreó con un gusto exquisito en tandas por ambos pitones con mando y largura, para rematar con vistosas trincherillas o buenos pases de pecho. No faltó la improvisación de las arrucinas y el toreo desmayado. El final obligado en estos tiempos con manoletinas - antes habían sido bernadinas - le permitió cortar una oreja valiosa a pesar de un pinchazo.

El francés Clemente no dijo nada en el que abrió plaza, un novillo bueno que repitió mucho y al que le dio muletazos rápidos y mecánicos. Su quehacer no levantó ningún tipo de expresión en el tendido. Ese primero fue su novillo bueno, porque ya el cuarto le planteó más problemas. Se quedó corto y el francés muleteó por ambos pitones de forma reiterativa. Dos silencios saludaron su presentación desafortunada en Sevilla.

Otro tanto le pasó a Varea. Nada que objetar con el tercero, el más complicado de la tarde, con el que se mostró frío y pecó de mala colocación a la hora de citar a su oponente. La falta de celo del de Fuente Ymbro tropezó con las heladas maneras del de Castellón.

Su novillo para el triunfo fue el sexto, pero no lo aprovechó. Saludó en banderillas José Manuel Montoliú con sus pares de estilo valenciano y el novillo repitió en la muleta. Necesitaba temple y mano baja, pero se encontró un novillero atenazado al que le engancharon el trapo varias veces y ahí se perdió toda posibilidad de triunfo. El novillo se quedó sin torear.

Todo esto ocurrió en una novillada de la que se esperaba mucho más. De nuevo el festejo se eternizó en el tiempo. Es inexplicable que en la Maestranza se alarguen tanto las corridas. Es para examinarlo, pero si encima no pasa nada el cuerpo acaba extenuado.

ABC

Ginés Marín corta una oreja en su debut en Sevilla

La sosería del envío de Ricardo Gallardo se alió con el escaso sentido de la escena y el cómputo del tiempo de la terna de debutantes brindando un espectáculo largo, plomizo y de escaso contenido, remendado a duras penas por la faena entregada de Ginés Marín al más que potable quinto.

El novillero francés Clemente fue el encargado de abrir la tarde con un ejemplar terciadito, tardo y reservón que le permitió mostrarse firme y resuelto pero poco brillante. La movilidad engañosa del novillo no le dejó entregarse en la muleta del torero galo, que apuró sus últimas embestidas sin lograr elevar el tono de un trasteo esforzado, trabajoso y muy apoyado en la voz.

Con el cuarto, ayuno de fuerzas pero de noble embestida, se mostró más compuesto que profundo en una labor pulcra y superficial que volvió a abusar del reloj y la paciencia del público.

La bisagra del cartel era el extremeño Ginés Marín, un valor en trance de eclosión definitiva que se enfrentó a un segundo tan manejable cómo soso, que tampoco estuvo sobrado de clase y al que toreó con suficiencia y exceso de metraje.

Con el quinto, que rompió en el último tercio, mejoró en el trazo, la forma y el fondo en una faena variada, entregada y meramente entretenida que le sirvió para cortar la única oreja de la tarde.

El tercero fue un jabonero tardo, blando, reservón y de escaso recorrido que sólo permitió a Varea -debutante cómo sus compañeros- mostrar firmeza pero escaso sentido de la medida del tiempo y de la escena.

Con el sexto, un punto bruto, enseñó su buen concepto con escaso rendimiento.

Toromedia

Ginés Marín corta una oreja en su presentación en Sevilla

Clemente estuvo firme con el capote en el novillo que abrió plaza, pero fue desarmado en el remate. Ginés Marín hizo un buen quite por chicuelinas y Clemente respondió con gaoneras. Brindó al público y logró buenos momentos con la zurda y posteriormente con la derecha en una labor aseada. Conectó más con el público cuando toreó al natural en la última fase de la faena. Mató de dos pinchazos, media estocada y descabellos. Silencio.

Clemente manejó con soltura el capote en el recibo al segundo de su lote, un novillo que se dejó en las primeras series, en las que el francés ligó por ambos pitones pero sin lograr la necesaria conexión con el público. Prolongó su labor y mató de pinchazo y descabello. Silencio.

Ginés Marín brilló en un galleo por chicuelinas para llevar a su primer novillo al caballo. La faena la comenzó con estatuarios y bonitos muletazos de remate. Hubo dos series diestras ligadas y limpias. Otra más al natural y cuando volvió a la derecha el novillo se había desinflado. Estuvo por encima de su enemigo y terminó con bernardinas ajustadas. Mató de estocada y dio la vuelta al ruedo tras petición.

El quinto manseó en los primeros tercios. Marín comenzó la faena en los medios sin probaturas con una serie de naturales. La siguiente fue más redonda y en la tercera arrancó la música. Cambió a la mano derecha y hubo dos tandas muy buenas de muletazos largos de buena estética que fueron lo mejor de su labor. Terminó con manoletinas ajustadas y pinchó antes de dejar una buena estocada.

Varea dejó entrever buenas formas con el capote en el tercer novillo aunque fue desarmado. En la muleta se encontró un novillo brusco y sin clase que no le permitió el lucimiento. Lo intentó por ambos pitones pero sin conseguir nada positivo dada la sosa condición de su enemigo.

En el sexto se desmonteró Montoliú después de dos buenos pares de banderillas. El novillo llegó algo brusco a la muleta y Varea lo fue templando en una labor larga que no tuvo el necesario eco en el tendido. Mató de pinchazo y estocada y su labor, como en el primero de su lote, fue silenciada.


© Fotografía de Juan Flores/EFE.

Sevilla Temporada 2015.

sevilla_170515.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:26 (editor externo)