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Real Maestranza de Sevilla

Domingo, 21 de junio de 2015

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Rocío de la Cámara (correctamente presentados, con desigual juego; descastados en general, el 5º fue aplaudido en el arrastre).

Diestros:

David de Miranda. De grana y oro. Estocada caída (saludos desde el tercio); estocada desprendida (oreja).

Curro Durán. De verde oliva y oro. Debutaba en plaza. Estocada contraria, seis descabellos (silencio); cuatro pinchazos, estocada (vuelta al ruedo).

Alejandro Fermín. De blanco y oro. Debutaba en plaza. Estocada tendida (vuelta al ruedo); dos pinchazos, aviso, estocada caída (palmas).

Presidente: Gabriel Fernández Rey.

Tiempo: soleado, caluroso.

Entrada: media plaza.

Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Una oreja y tres conceptos diferentes. Tan sólo David de Miranda paseó un trofeo en la tarde de hoy, aunque muy cerca estuvo de hacerlo Curro Durán de no errar con la espada. Dio una vuelta al ruedo al igual que Alejandro Fermín. La faena al cuarto de David de Miranda fue de menos a más. Dejó detalles de calidad pero lo más destacado fue el epílogo en las cercanías y las ajustadas bernardinas. La rotunda estocada final puso en sus manos la oreja. El onubense continúa por la senda del triunfo. Curro Durán recibió al quinto a portagayola. La faena de muleta la inició en el centro con pases cambiados. Consiguió muletazos muy suaves con la diestra. Con la zurda bajó la diapasón y el animal se apagó pronto. Aún así dejó patente una tarde de mucha entrega. Gratas impresiones y un buen concepto de Durán en su presentación en Sevilla. Alejandro Fermín le tocó en suerte el peor lote. Con el manso tercero estuvo muy valiente y firme. Se pegó un arrimón hasta que fue prendido por el astado. Un novillero con ganas de triunfo que tampoco pudo pasar de voluntarioso con el que cerraba plaza.

Lo peor: A la vuelta de la esquina. A la novillada de Rocío de la Cámara le faltó raza, movilidad y transmisión, aunque los novilleros pusieron todo de su parte para intentar poner un buen broche a las novilladas de junio. Ahora toca esperar hasta el 9 de julio que será cuando comiencen las novilladas sin caballos que inundan siempre de ilusión las noches en la Maestranza.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Miranda sigue escalando peldaños

A pesar del interminable metraje del festejo –un mal consumado del toreo de hoy– hubo muchas cosas que anotar. Los chavales se entregaron a su forma; también en función de sus respectivas capacidades pero hay que subrayar que el valor desbocado de David de Miranda se ha afinado. Sabíamos que era valiente pero ahora también sabemos que sabe administrar esa disposición para rentabilizarse mejor a sí mismo y potenciar las posibilidades que le brindan sus enemigos. El novillero choquero ya se había mostrado firme y entregado con el precioso ejemplar –una auténtica pintura de toro bravo– que rompió la tarde. El novillo de Rocío de la Cámara tuvo mejor principio que final y sin resultar malo, sí molestó un punto por rebrincado en la muleta después de humillar en los capotes y hacer cosas de bravito en los caballos. Ya sabemos que David se queda quieto de sobra y lo próximo que hay que exigirle es que ponga empeño en definir el trazo de los muletazos.

Cuando saltó el cuarto, un vistoso y seriecito burraco, pesaba un punto el festejo pero David de Miranda se encargó de levantarlo gracias a una faena de sólido planteamiento, macizo argumento y brillante resolución que encontró su mejor vehículo de expresión por el pitón izquierdo del novillo. La proverbial firmeza del torero onubense consiguió mejorar la condición del novillo y la faena explotó definitivamente en un arrimón sincero y autoritario que volvió a renovar su crédito. La oreja cortada es un nuevo y valioso toque de atención. Hay que seguir pendientes de su carrera y su evolución.

Se presentaba en la plaza de la Maestranza como novillero con picadores el utrerano Curro Durán, que a pesar de su evidente verdor –hay que machacar el salón con el capote– logró gustar y gustarse con la mano izquierda con un segundo de escasa duración al que mató con facilidad. Echó toda la carne en el asador con el quinto, al que recibió en la puerta de chiqueros con una larga cambiada. No hubo mal inicio de faena y la gente andaba por agradar pero Durán se perdió en sus propias carencias y no fue capaz esta vez de aprovechar la buena condición del animal, seguramente el mejor del envío del Cortijo de la Sierra. El tiempo se encargará de sentenciar.

El tercero en discordia venía de Cáceres y también hacía su debut en Sevilla. Alejandro Fermín –ésa era su gracia– logró caer de pie. Se encajó de verdad para torear al tercero, que le propinó una severa voltereta que le sirvió para volver a la cara del novillo más sereno, aún más templado. Si la espada no hubiera caído tan tendida estaríamos hablando de otra oreja. El sexto, ofensivo y deslucido, no le dio opciones. Cotiza al alza.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. David de Miranda, valor y seriedad

La primera tarde de verano hizo honor a su encuadre en el estío y entró por la Puerta del Príncipe con un calor sofocante que puso a prueba a los espectadores, especialmente a los ubicados en los tendidos de sol. Menos de medio aforo cubierto, con nutridos grupos de turistas y dos fuertes contingentes de partidarios del onubense David de Miranda y del utrerano Curro Durán en un festejo en el que completaba el cartel el cacereño Alejandro Fermín. La terna lidió una novillada de Rocío de la Cámara, bien presentada y de comportamiento dispar, ante la que se entregó con desigual fortuna en un espectáculo que el que estuvieron voluntariosos con el capote y en quites -incluidas saltilleras, lance de moda esta temporada-, pero en el que faltó mayor altura en el toreo de capa, fundamentalmente en el lance rey: la verónica.

David de Miranda, más curtido que en su estreno el año pasado en esta plaza, cuando impresionó por su valor descarnado, logró ayer el único triunfo del festejo por una actuación seria y comprometida ante el cuarto novillo, que tardeaba mucho, pero que metía bien la cara tras los vuelos de la muleta. El novillero de Trigueros comenzó la faena con muletazos por alto. Dentro una labor medida, descolló especialmente en algunos naturales templados y de gran calidad. Fue acortando distancia a medida que el novillo se apagaba para terminar en un arrimón con circulares invertidos y unas bernadinas en las que los cuchillos del astado le rozaron la taleguilla y el pecho. Se tiró de verdad para propinar una estocada casi entera y ganar una oreja tras petición mayoritaria.

Con el que abrió plaza, al que le costaba embestir, pero que resultó manejable, David de Miranda realizó una labor entonada y pulcra por ambos pitones que acabó en un serio arrimón. También mató al primer envite y fue ovacionado.

Curro Durán, hijo del torero del mismo nombre, que hacía su presentación en la plaza de Sevilla, se las vio en primer lugar con un ejemplar paradote y noble. Concretó un trasteo que no caló y anduvo desacertado con los aceros. Ante el quinto, un animal manejable, que acometió con celo tras la muleta, destacó por su disposición al recibirlo a portagayola con un farol de rodillas y repetir la misma suerte en los tercios. Apostó fuerte en los medios, con tres muletazos por la espalda. La Banda Tejera atacó con un pasodoble que cortó tras los primeros compases de una faena que perdió gas y en la que faltó más aplomo y que cerró con unas manoletinas. Mató muy mal. Y pese a cuatro pinchazos y una estocada, Durán se marcó una vuelta al ruedo por su cuenta, con algunas protestas al iniciarla.

Alejandro Fermín, que también se presentaba, pechó con el peor lote y dejó una gratísima impresión. Estuvo muy por encima de su primer novillo, un castaño con hechuras de toro, manso, tardo y que llegó paradote tras la franela del torero, que mostró buena disposición y que logró una serie con la zurda de nota en una faena en la que pisó terrenos comprometidos y toreó con la muleta sujeta por mitad del estaquillador, cruzándose al pitón contrario. En una ocasión, confiado antes de citar, el toro le cogió inesperadamente. Vuelo casi acrobático, sin que afortunadamente tuviera consecuencias el percance. De inmediato, continuó toreando, sin mirarse. Mató de casi entera y dio una merecidísima vuelta al ruedo, tras petición de oreja.

Con el paradísimo sexto, sin apenas recorrido, Alejandro Fermín se entregó en un trasteo porfión, sin fruto alguno.

David de Miranda, que ya el año pasado había impactado con un valor descarnado, ha subido peldaños en sitio y seriedad, lo que le sirvió para cobrar la única oreja del festejo.

El Mundo

Por Carlos Crivell. La casta fue de los novilleros

Se cumplieron las previsiones sólo en parte. No se esperaba una novillada tan carente de casta como la que envió Rocío de la Cámara con sus dos hierros. Los dos primeros de la tarde fueron bravos en el caballo, pero hasta ahí llegaron sus virtudes. Tampoco se esperaba el concepto que exhibió Alejandro Fermín, una sorpresa muy grata por su estilo torero. Ya se sabía del valor y capacidad de David de Miranda, que quedó nuevamente confirmado. Curro Durán se vino arriba en el quinto. Debe progresar en su profesión, algo que sólo se consigue si se torea con frecuencia.

David de Miranda estuvo valiente y firme con el primero, un novillo reservón y parado. Pisó terrenos comprometidos, no dio ni un paso atrás en una faena meritoria. No cabían las florituras.

Con el cuarto, otro animal amarrado al albero maestrante, el de Trigueros dio un curso de valor y temple. Las tandas sobre ambos pitones surgieron sin posibilidad de ligazón, pero la tremenda voluntad del torero se impuso en una faena con algunos naturales de trazo perfecto. No llegó a tocar la banda. La estocada fue el pasaporte para una oreja meritoria.

Curro Durán, hijo del torero del mismo nombre de Utrera, cumplió con el muy descastado segundo, en el que una tanda de naturales destacó por encima del resto de la faena. Se estrelló con el descabello.

Al salir el quinto sus compañeros habían dejado su huella en la afición. Se fue a portagayola y se entregó en una faena de más entrega que preciosismo. Hubo ganas y garra ante un novillo de mejor condición. Algunos muletazos tuvieron calidad dentro de un contexto algo deslavazado. Ahora el problema fue la espada. Nunca debió dar la vuelta al ruedo después de cuatro pinchazos. Hay cosas que deben respetarse en la Maestranza.

La sorpresa de la novillada la firmó Alejandro Fermín, un torero que por el concepto mostrado está llamado a ser alguien en el toreo. Tiene un valor seco llamativo, asienta las zapatillas con seguridad y echa adelante la franela para citar con pureza. Además, oh milagro, coge la muleta por el centro del palillo. Este concepto caló entre los pocos aficionados presentes que fueron testigos de algunos naturales de una calidad insospechada ante otro animal que embestía sin celo.

El sexto fue un compendio de mal estilo. Con dos puntas astifinas -los lotes no estuvieron muy compensados- el del Cortijo de la Sierra no tuvo ni casta ni clase. Ahora el de Cáceres volvió a estar firme sin lucimiento. Quedan muchas ganas de verlo de nuevo. Los tres novilleros pusieron la casta que no tuvieron los novillos.

ABC

<img src="http://www.apcnet.org/archivos/LorenaMunoz.jpg"/>Por Lorena Muñoz. David de Miranda corta una oreja en la Maestranza

Interesante cartel para el cierre de las novilladas de abono con un encierro de Rocío de la Cámara manejable aunque justo de fuerzas. Una oreja y dos vueltas al ruedo protestadas es el balance de la última con caballos que ayer, como ya es habitual, duró más de la cuenta. Dos horas y cuarenta y cinco minutos es excesivo. En esto está todo el mundo de acuerdo.

Abrió cartel David de Miranda, el único de los tres que ya había toreado en Sevilla, con un novillo que llegó a la muleta con las fuerzas medidas. El onubense, que se había lucido con el capote en un quite, estuvo asentado en una faena tan larga como anodina por la nula transmisión de su noble oponente. Cobró una estocada de rápido efecto y un sector del público pidió la oreja.

Se la cortó al cuarto, tras entonarse de nuevo con el capote a la espalda y comenzar por alto, en las rayas del tercio y sin mover las zapatillas. El de Trigueros continuó con decisión en una labor de extenso metraje, de muchos muletazos, los mejores al natural, que conectaron con el sector de partidarios ubicado en el tendido 11 y que al final contagió al resto de la plaza que pidió la oreja con insistencia. Fue el premio a la constancia y al tesón del novillero que lo hizo todo por arrancar el trofeo.

Curro Durán se presentaba en la Maestranza con buenas referencias aunque poco pudo demostrar con el segundo, un astado que se empleó en el caballo y que llegó al tercio final muy justo. Le cambió los terrenos y lo sacó a los medios pero al de Rocío de la Cámara le costaba pasar. Dejó naturales estimables pero casi nada más antes de fallar con el descabello, precipitado tras sonar el aviso. Escuchó algunas palmas cuando volvía de recoger la montera tras el brindis y las mulillas arrastraban al novillo.

En el quinto se fue a chiqueros donde solventó con un farol la frenada del astado y luego con otro de rodillas en el tercio. Brindó al público antes de iniciar con tres pases cambiados por la espalda. A la segunda serie con la diestra, templadas y ligadas, sonó la música pero la embestida fue a menos como el tono de la faena abrochada con manoletinas y con un mal manejo de los aceros. De posible oreja a la decepción y a una vuelta por su cuenta.

Alejandro Fermín debutó con un tercero de difícil lidia que apretó para los adentros, huyó del peto y campó a sus anchas en banderillas. Tras unos cuantos capotazos de más llegó a la muleta de Fermín que tras una primera por doblones, se echó el engaño a la izquierda sin ninguna duda. Por el pitón derecho se le coló un par de veces, le dio una fea voltereta y volvió a torear con la zurda con temple y mano baja. Muy en novillero, el extremeño dio una vuelta al ruedo protestada.

Al sexto lo brindó al público pero no terminó de encontrar el sitio. El novillo se desplazó en los primeros muletazos pero en esta ocasión el de Cabezuela del Valle estuvo un punto acelerado, le enganchó en exceso y aunque dispuesto no pasó de ahí.

Toromedia

David de Miranda corta una oreja y Curro Durán y Alejandro Fermín dan una vuelta al ruedo

El novillero David de Miranda ha sido el triunfador de la última novillada de abono celebrada esta tarde en Sevilla al cortar la única oreja de la tarde. El onubense volvió a entregarse en la Maestranza y su esfuerzo fue premiado con un trofeo. También dieron la vuelta al ruedo el utrerano Curro Durán y el extrameño Alejandro Fermín, por lo que la tarde tuvo momentos interesantes a cargo de los tres novilleros del cartel.

David de Miranda templó con el capote al novillo que abrió plaza. El astado cantó la gallina en el segundo puyazo y Miranda hizo un quite por saltilleras como respuesta a otro de Curro Durán. Después de un comienzo de faena entonado, el novillo se vino abajo bastante pronto pero Miranda supo encelarlo y sacarle partido, mostrándose por encima de su oponente. Tuvieron especial mérito las series que le robó por el lado izquierdo. Terminó en terreno de cercanía y mató de una estocada sin puntilla. Ovación.

De nuevo manejó el capote con soltura en el cuarto y realizó un quite más valiente que lucido después del segundo puyazo. Apostó fuerte en el inicio de faena quedándose muy quieto y ligando muletazos por alto de mucho mérito. Después de la primera serie, el novillo pareció desinflarse pero el onubense estuvo muy firme todo el tiempo y sacó todo lo tenía su novillo, sobresaliendo algunos naturales. También tuvo mérito el parón final practicando un toreo de cercanía y aguante. Terminó con ceñidas bernardinas y estocada y cortó la única oreja de la tarde.

Curro Durán saludó bien de capa a su primero, un novillo que fue cuidado en el caballo. Hubo un quite por chicuelinas de Alejandro Fermín y la faena de muleta comenzó con dos buenas series con la derecha en los medios donde se apreció el buen corte de este novillero de Utrera. La pena es que en la tercera el novillo se vino muy abajo. Cuando cambió a la zurda dio un ramillete de muletazos templados y de buen trazo hasta que el novillo se apagó por completo. Mató de estocada y varios descabellos.

En el quinto se fue a portagayola y estuvo muy decidido con el capote. En la primera serie templó mucho y ligó muy bien, igual que en la segunda y en la tercera, que crearon ambiente, sonando incluso la música. En la cuarta cambió a la zurda y bajó un poco la intensidad, recobrándola cuando volvió a la derecha aunque el novillo ya estaba más apagado. Terminó con manoletinas y pinchó reiteradamente, perdiendo un posible triunfo. Hubo ovación para el novillo en el arrastre y vuelta al ruedo para el novillero con algunas protestas.

Manso fue en el caballo el tercero de la tarde. Alejandro Fermín comenzó la faena con la zurda ligando una buena serie a la que siguió otra de buen corte en la que el novillo comenzó a pararse. Por el lado derecho el el novillo se quedo más corto y protestó. Volvió a la zurda y fue volteado, regresando con raza a la cara de su oponente para dar la mejor serie de naturales. Mató de estocada tendida y dio una vuelta al ruedo con protestas.

Alejandro Fermín brindó al público su faena al sexto y comenzó toreando con la derecha, pitón por donde el novillo protestaba y descomponía sus intentos. Lo intentó por el izquierdo y tampoco obtuvo la necesaria colaboración de su enemigo, que embestía sin clase. Falló con la espada y fue silenciado.


Sevilla Temporada 2015.

sevilla_210615.txt · Última modificación: 2022/06/24 11:22 por Editor