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PLAZA DE TOROS DE VALENCIA

Sábado, 28 de julio de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Victoriano del Río.

Diestros:

Enrique Ponce, (ovación, ovación y oreja).

Morante de la Puebla, (pitos, silencio y oreja, mano a mano).

Entrada: casi tres cuartos de entrada.

Crónicas de la prensa:

El Mundo

Ponce y Morante empatan sólo en el marcador

En el ecuador de la tarde, que es cuando arrancan estas líneas de urgencia, Enrique Ponce era el amo y señor del mano a mano con Morante y sin Morante. Ponce había gozado y hecho gozar con “Soleares” un castaño, un punto alto de cruz, astigordo y superclase de Victoriano del Río. La hora del recreo de Sabio de Chiva desde un quite por delantales que encontró el dulce del pitón derecho. Caramelo puro. Y por ello Ponce lo brindó a su publico después de dosificarle sus fuerzas en el caballo y después de que Montoliu se creciese con los palos. Entonces le tocó ya el turno al maestro en un prólogo excepcional y en una faena de lujo. Clásica en su base, redonda en redondo ligada y de pedrería y cursilería final entre una derivados de muletazos de Javier Conde con la zurda y la poncina que le salió bordada en un cambio de mano eterno. Se palpaba el triunfo, pero la espada se llevó todo. El matador se resentía además desde que al entrar a matar al primero de Victoriano del Río tuvo que coger el olivo. En la carrera o en el salto se lesionó en los absuctores o en la zona inguinal. Un tirón. El toro había sido el ideal para Ponce. O Ponce el torero ideal para el toro. Para darle su sitio, torearlo a su altura hasta afianzarlo, componer sin apretarse mutuamente, muy tapada siempre la embestida. Faena que con esa estocada merecía una oreja que el presidente se reservó.

Con qué criterios se hicieron los lotes no sabe ni Dios. Pero que se enlotaran el cariavacado y lavado segundo, escondido tras las puntas, y la mierda anovillada del cuarto, sin presencia ¡ni rabo!, es tan de juzgado de guardia como aprobarlos. Y embarcarlos… Ese torete chorreado en verdugo y sin rabo… Colín, digamos. Una porquería que sólo permitió algún esbozo de arte a Morante. El anterior para colmo tuvo guasa, derrotador por encima del estribo del caballo. Ácido por el derecho, menos agrío por el izquierdo. El de La Puebla no lo vio por ningún lado con la espada. Sólo le duró dos minutos. Claro que de esto, de que le tocaran los dos pitufos a Morante, es culpable únicamente el destino con un sorteo de por medio. Pero de reseñarlos y embarcarlos hay nombres propios entre los equipos de Ponce, que sustituía a Manzanares, y Morante. La empresa me da que ni pincha ni corta, que es lo peor que le puede pasar a una empresa.

Ponce salió de la enfermería para hacerse presente con un toro negro, abrochado de pitones, con todos sus atributos, rabo y demás, pero sin hacer, con el trapío contado. Pero bueno tela. Tanto que el valenciano de adornó de salida por chicuelinas y se empacó en un quite templado a la verónica. Despertó Morante por barrocas chicuelinas y una media superior. Y el maestro de Chiva contrarreplicó (un error) por el mismo palo de Chicuelo. El galope y las expectativas del toro en los primeros tercios no se tradujeron por igual en la muleta de un Ponce más espeso y solvente que fino. Pero, lo que es la vida, como lo mató, le cortó la oreja al toro de faena menor, dejándose las obras mayores sin premio. Un conjunto de puerta grande como su lote.

En el de Morante se metió un toro grandullón que debió de ser el motivo para que lo compensasen con las otras dos birrias, que en cualquier caso debieron abrirse. Y de entrada no embarcarse. El sexto que derribó con su empuje por dos veces. El picador se quedó grogui. El de La Puebla se arrebató en un quite por delantales sevillanísimos y un remate sobre las piernas que lo hubiese firmado Gallito. Pura orfebrería. Con la muleta un torero inicio precedió a la tanda de derechazos más completa. En la siguiente los dos primeros muletazos fueron a cámara lenta, pero al tercero al toro le costaba y Morante no tragaba. Igual pasó en otra tanda: dos y… ¡ay! Toro a menos y torero sin oxígeno. Quedaron las pinceladas y las cositas del querer. Buen pitón derecho del toro con la duración demasiado justa. Una oreja tras estocada corta.


Toros en Valencia. Temporada 2012

valencia280712.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:10 (editor externo)