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Emilio de Justo, amo y señor en Vistalegre

El extremeño se encumbró ante “Nardito”, un extraordinario toro de Parladé al que desorejó con en un emotivo capítulo. “Morisco” de Victorino recibió el premio al mejor toro de un desangelado desafío, salvado en las postrimerías. “El Cid” se despidió de Vistalegre, en una tarde que recibió el cariño del público.

por Alberto Bautista

Cuatro años consecutivos lleva la empresa Tauroemoción embarcándose en la épica de ofrecer toros en el Palacio de Vistalegre. Ahí es nada. El remozado coso, construido en los terrenos de la antigua Chata ofrece toros un año más, y aunque sea de manera testimonial el esfuerzo que hace la empresa que comanda Alberto García, no debe caer en saco roto. No obstante, han sido de los pocos empresarios que han tirado para adelante en un barrio taurino y alejado del mundanal ruido, lo cuál es de agradecer.

El mano a mano que se anunció a bombo y platillo con cáliz de acontecimiento, no pasó del sesteo en muchos compases. Y salvo Emilio de Justo en el epílogo de la tarde, el desafío tuvo toda la pinta de ser un auténtico fiasco. Pero De Justo es de esos toreros que tienen el carisma y el poder de tirar la moneda. Y en esta ocasión salió cara. Lo de mayor peso de la tarde, sucedió en el sexto. Un toro bien hecho de Parladé donde el extremeño paladeó el toreo por momentos en una faena memorable. Lo cuajó por ambos pitones, en una actuación larga y decorosa. Enormes los pases de pecho y regusto en los muletazos coreados en unos tendidos entregados ante el ciclón extremeño. Lo reventó de un soberbio estoconazo y paseó las dos orejas en loor de multitudes. La puerta grande era suya.

Antes ya había dejado su tarjeta de presentación a la verónica. En su primero, un toro del Puerto de San Lorenzo se prodigó en quites y anduvo entregado de principio a fin con el capote. La largura en el trazo del muletazo, pero la escasa duración del Atanasio lo dejó todo en tierra de nadie. Dejó un pinchazo y saludó una ovación. Tragó quina con el cuarto de Victorino, un toro encastado, que le exigió de lo lindo al extremeño en una labor que se jugó el tipo sin mácula. Sufrió una cogida sin consecuencias y volvió a emerger la heroicidad. Pudo cortar una oreja, pero no anduvo atinado con la tizona aunque el público quiso premiar su valentía con una ovación desde el tercio. Su tarde y el golpe encima de la mesa en el inicio de temporada, unido a su arriesgada apuesta en San Isidro eligiendo dos ganaderías duras como Victorino y Baltasar Ibán, le debe aupar a puestos de relumbrón en el escalafón. Será cuestión de tiempo.

Por su parte “El Cid”, anduvo a merced del exigente tercero de Victorino - que a la postre se llevó el premio del desafío ganadero. “Morisco” que cumplió en el peto en su único encuentro, ahogó al sevillano con un toreo destemplado, sucumbiendo al toreo perfilero y afeando la actuación en numerosos desarmes. Mató bien y le pidieron un trofeo, pero el palco desoyó la indicación. Ovación al arrastre de un gran toro.

Con el primero del Puerto, el diestro de Salteras regaló un trasteo largo y decoroso, pero de poco fuste. Ante el quinto de Parladé no llegó a entenderse, en otra labor larga y deslucida. “El Cid” se marchó de Vistalegre de vacío, pero con el cariño del público. Al contrario que Emilio de Justo, que fue el amo y señor de la tarde.

Sábado 23 de febrero de 2019. Palacio de Vistalegre (Madrid) - más de media entrada en los tendidos. Feria de Invierno. Corrida de toros - desafío de ganaderías. Toros de El Puerto de San Lorenzo (1º y 2º), Victorino Martín (3º y 4º) y Parladé (5º y 6º). - manso y rajado el primero, de escasa duración el segundo, engastado con duración el tercero, complicado a menos el cuarto, sin transmisión el quinto y de encomiable duración y de excelente tranco el sexto) mano a mano Manuel Jesús “El Cid” de azul marino y oro (silencio, ovación con saludos tras petición y ovación con saludos) y Emilio de Justo de blanco y oro (ovación con saludos, ovación con saludos tras aviso y dos orejas). Actuó como sobresaliente, Enrique Martínez “Chapurra”. Saludó tras parear al segundo Morenito de Arles. Al finalizar el paseíllo, “El Cid” compartió ovación desde el tercio de Emilio de Justo, antes de que sonaran los compases del himno Nacional. Al término del festejo, Victorino Martín recibió el premio al mejor toro del desafío ganadero, recaído en “Morisco”, lidiado en tercer lugar, herrado con el nº 96, cárdeno bragado de capa, nacido en diciembre 2014.