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PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

Feria de Isidro

Miércoles 1 de junio. Corrida de la Beneficencia

Video resumen AQUí

Por Alberto Bautista. PortalTaurino. Cumbre de Morante en Beneficencia

El de la Puebla cuaja al inolvidable “Pelucón” de Alcurrucén y corta una oreja tras una faena personalísima en una actuación condicionada por la colocación de la espada. El Juli, se inventa otra faena a su primero y malogra con la tizona otra labor sustancial y Ginés Marín, meritorio con el mansurrón sexto. El rey don Felipe VI preside la tradicional Corrida de Beneficencia.

Morante de la Puebla conquistó Madrid en la Corrida de la Beneficencia con la presencia del Rey Felipe VI en una actuación rotunda y de infinita personalidad ante un “Pelucón” de Alcurrucén de inmenso tranco y excepcional para la muleta. Se emborrachó de toreo en una labor de mucha ligazón por ambos pitones. Hubo emoción y composición de mucha enjundia. Cuando tenía cortadas los dos apéndices, perdió la segunda tras cobrarse una estocada trasera y dos golpes de descabello que valieron una oreja de mucho peso en actuación que encandiló a la parroquia venteña. Fue el culmen de Morante en Las Ventas, una de sus mejores tardes en Madrid. La faena fue completa, de gran rotundidad. Una labor compacta, sublime. Para el recuerdo. Los olés retumbaron los cimientos, como tantas y tantas tardes, pero esta vez había merecimiento. Cortó una de un faenón de dos. Antes en su primero, quedó inédito con el manso que le tocó en suerte, un toro muy en la línea de Rincón agarradito al piso que no le quedó otra que abreviar. Morante merece un monumento tras la obra cumbre de su carrera en Madrid pero la puerta grande aún se le resiste, aunque el de la Puebla no es un torero de estadísticas si no de sentimientos. De religión: morantista.

El Juli volvió a estar brillante con la muleta pero igual de mal con la espada como ya ocurriera con los toros de La Quinta y de Garcigrande. A la tercera no fue la vencida y tras reventar Madrid a un “Pianista” que nadie daba un duro por él, y realizar una faena donde emergió la despaciosidad en un quite por chicuelinas, fue haciendo al toro por momentos por ambos pitones en tandas de mucha largura y cuando ya tenía al personal caliente la tizona le robó el protagonismo en una obra brindada a Don Felipe. Fue una obra incompleta. El deslucido quinto echaba la cara arriba y no fue propicio para el lucimiento de una corrida de Alcurrucén que en Madrid siempre lidia algún toro con posibilidades que se mueve y permite el triunfo a los toreros: ese fue el cuarto. De los demás, sólo el segundo a su manera permitió enmendar la plana al Juli. Un toro y medio que maquillan el desigual encierro toledano. Suspenso evidente.   A Ginés Marín le tocaron los dos más deslucidos de la Beneficencia pero estuvo hecho un tío con el tercero que tuvo buena condición pero se acabó pronto y con el manso pregonado que cerró el festejo se ingenió una labor en toriles a un toro que rehuía de la muleta. Tenía una oreja de mucho mérito cortada pero el toro tardó en caer y afloraron los avisos en lugar de haber hecho uso del descabello.

Miércoles 1 de junio de 2022. Plaza de toros de Las Ventas - “lleno de no hay billetes” en tarde primaveral (22.964 espectadores). Corrida Extraordinaria de Beneficencia. Corrida de toros de Alcurrucén - desiguales de juego destacó el cuarto - (manso y de poco juego el primero, con movilidad el segundo, falto de fuerzas el tercero, de excepcional tranco y con fondo el cuarto, deslucido el quinto y manso el sexto) para Morante de la Puebla de grana y oro (pitos y  oreja), Julián López “El Juli” - en sustitución de Emilio de Justo de obispo y oro (ovación con saludos y silencio) y Ginés Marín de azul marino y oro (ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos tras dos avisos). Antes del comienzo del paseíllo, sonaron los acordes del himno nacional. SM Rey Felipe VI presidió el festejo desde el Palco Real junto al Presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia Antonio Bañuelos; la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso; el Consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid Enrique López. La terna brindó sus primeros toros a SM Rey Felipe VI.

Crónicas de la prensa

Por Patricia Navarro. La Razón. Morante se va a pie pero revienta Madrid

Volvía Beneficencia. Y Morante después del volteretón el pasado domingo en Aranjuez con un toro de La Quinta. Uno de esos que no perdonó. A la vuelta de un pinchazo, de perder el engaño, la desnudez se paga cara en el ruedo, lo prendió de mala manera. El lunes tenía firmada una corrida y presentó parte de baja. Madrid aguardaba. Y el Rey en su Palco. Con Ayuso y Antonio Bañuelos. Brindó Morante a su Majestad largo, a pesar de que sólo se enteraban las cámaras. Luego el toro, que ya había tenido un tibio paso por el caballo, esperó en el tercio y desesperó al de La Puebla en una faena anodina, corta y deslucida. No había Alcurrucén, no hubo toreo.

Había que esperar. Los tiempos a veces los marca el destino para definirlos para siempre. Se llama memoria colectiva el lugar al que van a parar los grandes acontecimientos. De ahí no salen. Perduran. No mueren.

Fue lo que pasó en el cuarto. Colorao, muy de la casa, se quedó corto en el capote, porque guardaba la grandeza para la faena de Morante. Madrid se entregó al de La Puebla, mientras el Alcurrucén surcaba con ritmo mexicano la arena en el engaño de Morante y el de Sevilla formaba un lío por el que Madrid roncaba, como solo esta plaza lo hace. Morante aquí hace patria. Fue todo despacio, suave, transcurría la vida a cámara lenta, una brisa, la improvisación de cada momento, el toreo que quiere morir a la cadera porque las líneas tienen oles pero no parten en dos las emociones, los de pecho a la hombrera, naturales de uno en uno, cruzado al infierno de la gloria, escalando al infinito, trepaba la emoción, ligadas las tandas, cosidas, un adorno, un recuerdo, un querer. Algún aficionado que buscaba explicación de lo que no la tiene. Un buen cómplice tapado por un grandioso torero que se podría haber ido a hombros de Madrid de haber encontrado la determinación con la espada. La buscó y de hecho hubo encontronazo fatal en la suerte, pero se dilató la cosa y quedó en trofeo. Reventó Madrid, aunque saliera andando. Los demás flotábamos, aún pasado el tiempo.

A El Juli se le esperaba por méritos propios. En dos de dos ocasiones la había liado en Madrid. Nada menos. Se le notaba crecido. Creído. Seguro. El segundo, berrendo en negro, fue un toraco, que hubo que darle tiempo, algo propio de este encaste Núñez para que sacará las hondas embestidas que llevaba dentro. Juli no estuvo tan macizo como las otras tardes, pero fue una imperfección emocionante. Una fórmula magistral que llega a los tendidos. Quiso torearlo con la mano muy baja, arrastrando media muleta por la arena y eso va directo al corazón de Madrid. Quiso siempre, encontró mucho, se atascó con la espada que tiene maldita en este San Isidro, el mejor de toda su trayectoria. A veces hace falta una vida para llegar hasta aquí.

Brindó a Emilio de Justo el quinto, a quien sustituía. El toro se dejó hacer, pero falto de entrega y transmisión y la decorosa faena de Julián se fue desvaneciendo.

Ginés Marín había quitado con brillantez en el de El Juli y comenzó bonita la faena del tercero. Fue lo mejor. El toro tenía boyantía y nobleza. Se apagó un poco después, con ese punto que tiene Alcurrucén que más que dar las embestidas hay que ir a buscárselas y Ginés apostó más por una faena versátil, de adornos y florituras que por una estructura férrea.

El sexto se rajó, a la huida y por esos derroteros defendió Ginés la faena. Morante había reventado Madrid. Y el oxígeno estaba más denso, su toreo era un recuerdo aplastante.

01_junio_22_madrid.txt · Última modificación: 2022/06/02 09:00 por Editor