Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


07_mayo_23_sevilla

REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Domingo, 7 de mayo de 2023

Corrida de novillos

Ficha técnica del festejo

Ganadería: novillos de Rocío de la Cámara (1º y 4º) y Cortijo de la Sierra (bien presentados, mandos y descastados, pitados, excepto el 6º, manejable; 1º y 3º devueltos por invalidez manifiesta).

Diestros:

Víctor Hernández. Estocada (saludos); estocada (ovación).

Jorge Martínez. Tres pinchazos, estocada (saludos); estocada (ovación).

El Melli. Estocada (ovación); estocada (oreja).

Presidente: José Luque Teruel.

Tiempo: soleado, caluroso al principio.

Entrada: media plaza.

Imágenes

Video resumen AQUí

Crónicas de la prensa

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Diario de Sevilla. El Melli ganó a los puntos pero el toreo lo hizo Martínez

Después de la tempestad viene la calma… Con las novilladas de abono se recupera ese público de cabales que sucede al pagano de los farolillos en estos domingos que permiten hacer una radiografía más o menos fiel del estado de forma y fondo de los aspirantes que deben ser los matadores del futuro. Mientas tanto, los comentarios de los aficionados siguen dando capas de barniz al gran suceso de la Feria, de muchas ferias…

Pero el toreo tiene otros estratos, otros escalafones… Este domingo se lidiaba la primera de las seis novilladas programadas por la empresa Pagés en dos domingos de mayo y cuatro jueves de junio que nos llevaran de la mano a la promoción del mes de julio. Quince novilleros –más los que se anuncien en la final del Circuito de Novilladas de Andalucía del próximo domingo- se juegan dar un verdadero impulso a su carrera. De ellos depende…

Pero el estreno de este ciclo de festejos menores quedó condicionado por la mansedumbre global de una novillada de los dos hierros de Rocío de la Cámara que lastró parte de los esfuerzos de una terna dispar en un festejo en el que argumento y resultado no coinciden del todo. El Melli se llevó la única oreja, sí, pero el mejor toreo, la faena más compacta, la labor más redonda y de mayor enjundia la hizo el almeriense Jorge Martínez que ya tiene alternativa anunciada en el ruedo de su tierra.

Ese trasteo lo firmó con el segundo ejemplar de la tarde, un bonito salinero que apenas cumplió en los primeros tercios. Martínez lo brindó al cielo, seguramente a la memoria de uno de sus primeros protectores, el aficionado almeriense Emiliano Machín, recientemente fallecido. La verdad es que el chaval contaba con los mejores avales y venía precedido del eco de sus actuaciones anteriores en esta misma plaza.

La faena comenzó con ayudados por alto, firme la planta, antes de echarse la muleta a la mano izquierda para empezar a torear con buen trazo, ahormando unos viajes un punto incompletos. La siguiente serie fue aún más honda, más reunida, con los muletazos dibujados muy hacia dentro. Cruzado y comprometido, se echó la muleta a la mano derecha, volando siempre por encima del animal, al que le costaba un poquito ir. Un airoso molinete marcó el último tramo de su labor: metido dentro del toro, volviendo a trazar naturales hondos y redondos. La oreja estaba en la mano, con ese placet silencioso de los profesionales y los buenos aficionados. Pero la espada rebotó una y otra vez antes de agarrar un espadazo bajo que enfrió cualquier entusiasmo. El trofeo, de auténtico peso específico, había volado…

La suerte, definitivamente, le iba a dar la espalda con el segundo de su lote, un quinto aparejado y rabicano que brindó a su madre. El animal tenía buena condición pero se lastimó una mano a las primeras de cambio haciendo infructuosos los esfuerzos del novillero de Almería que, pese a todo, volvió a dejar buenas sensaciones que deben transformarse en triunfos más rotundos.

Y una oreja, sí, cortó El Melli, novillero sanluqueño que camina de la mano de Carmelo García, que se estrenó con un auténtico marmolillo –el que hacía tercero- al que le costaba un mundo seguir la muleta. Soso, sin fuerza, con una embestida cansina y declinante, acabó aplomado por completo. El Melli, eso sí, lo mató por arriba y con contundencia. Inasequible al desaliento, el chaval iba a sortear un sexto –un espectacular ensabanado que recordaba las reatas más nobles de la sangre Osborne- que brindó una embestida algo brutilla que le sirvió para escenificar una faena animosa y efectista, en la que abusó de torear detrás de la mata aunque alivió al público después de casi tres horas de interminable festejo. La espada volvió a funcionar y el personal, que no está para rigores, pidió y obtuvo el trofeo cuando las mulillas estaban a punto de arrastrar al bicho. El chaval, por cierto, repetirá el próximo domingo en la Maestranza dentro del cartel de la final del Circuito de Novilladas de Andalucía con un envío de Villamarta.

Dejamos para el final al primer espada del cartel. Era un madrileño, Víctor Hernández, que no iba a poder estoquear ninguno de los novillos que había sorteado por la mañana. Para él fueron los dos sobreros, que no se escaparon del aire manso de casi todo en encierro. El primero, rajado, acabó desplazándose por el pitón derecho pero Hernández, demasiado agarrotado, lo toreó con una fría corrección en una faena declinante que fue a menos. Su buen corte se pudo contemplar con mejor nitidez con el cuarto, un novillo manso de solemnidad que entre huída y huída le permitió esbozar algún muletazo en medio de demasiadas discontinuidades. El bicho escapaba hasta de de su sombra y estaba loco por quitarse de en medio.

Por Jesús Bayort. ABC. El interés y la espada de El Melli

La primera novillada del abono empató a la corrida de Victorino Martín de la pasada Feria de Abril. En duración, que no en contenido. Se lidiaron och, se estoquearon seis. Sin una sola embestida de calidad, sin un solo momento para el recuerdo. Un desastre, el de las novilladas de la Maestranza, que ya deja de ser decepción para empezar a convertirse en tradición. Cortó una oreja el sanluqueño Germán Vidal 'El Melli' en un eléctrico esfuerzo ante el bravucón sexto. Lo más torero de la tarde lo realizó el murciano Jorge Martínez, en una reedición de su sino: sin oponente y sin espada, pero con buenas maneras. Pretendiendo siempre la buena colocación, sin desenfadarse, con empaque y verdad. A la novillada de Rocío de la Cámara, mansita y desrazada, se le pegó demasiado en varas. Así es imposible.

Veinte minutos después de arrancar el paseíllo regresaba a los corrales Rebuscado, el primero. Con la sangre de los dos puyazos rebosando en sus pezuñitas, tan finas como endebles, que se deslizaban como enjabonadas sobre el ruedo de la Maestranza tras las cuatro vueltas al ruedo que había dado de salida. Manseando, echando la cara abajo en los burladeros, en los capotes. «¡Uuuuuuuuuuh!», gritaban los guiris cada vez que se caía, como cuando saltaron los cabestros. Más peligro traía la mansedumbre de Torero, el sobrero. Que embestía a arreones, unas veces bien, otras por dentro. Estaba más cuajado en su tipo, bien hecho, con cuello. Lo terminaron banderilleando en el patio de cuadrillas, donde terminó asentándose. Llevábamos cuarenta minutos de festejo cuando Víctor Hernández brindó su primera faena: en la segunda raya del tercio, tirándole la montera al mozo de espadas. Se muestra cuajado el de Guadalajara, con oficio y seguridad. Pero sin oponente, y sin pasión. Que dejó algún muletazo interesante, cuando pudo. Con Tejera animando, con los guiris y el paisanaje empujando. Hasta que en un arreón casi se lo lleva por delante, cuando lo vio sin armas, en la trayectoria hacia las tablas. Lo mató bien, aunque levemente caída. Los partidarios le pidieron la oreja.

Muy bonito era Gaonero. Y justo, como uno de esos lances por detrás. Sardo de pelo, estrecho de sienes, al límite de peso. Que volvió doblar las manos como en cascada hacia el precipicio, que también desembocó en los corrales tras el segundo puyazo. Una hora y cuarenta minutos después del paseíllo salía Rayito, el segundo sobrero de la tarde, el cuarto bis. Alto, con caja, con mayor longitud de pitón, sin cuajo. Que siguió en la tónica general del festejo: sin clase, sin ritmo, decepcionante. Que pasó por el caballo de la puerta en uno de sus paseos, donde terminaron dejando que se llevara el segundo (tercer) puyazo. Desesperados todos. Toreros y aficionados. Y en un segundo estatuario se lo llevó por delante, sin atender a los engaños. Que junto a las tablas quiso embestir bien, pero demasiado suelto. Esa faena de Hernández no merecía tal prolongación.

Peor estilo que estos tuvo Veguito, salinero en su pelo, sobre el que aparecía herrada la marca de Cortijo de la Sierra, que dicen que es lo mismo. Bonito de cara, despegado de tierra. Embistiendo a saltos, con las manos por delante. Que del genio con el que embistió en el arranque a los ayudados por alto de Jorge Martínezestalló una banderilla por la mitad. Y rápido le cantó Sevilla al murciano sus buenas maneras. Al natural, sin probaturas, muy por abajo, ajustado, sin que le enganchara. Que era un milagro con el descompuesto estilo de Veguito. Muy de frente con la derecha, seguro. Lo bordaba pegado a tablas, dándole tiempo, haciéndole embestir, con la zapatillas clavadas y la figura vertical. Con hechuras de torero, con la seguridad de cualquier matador de toros de los que torean en las ferias. Pero nuevamente errado con la espada. Haciendo bien la suerte, clavando en sitios dispares, con el brazo por detrás.

En quinto turno se las vio con Gaditano, que era un hombretón. Bragado y coletero, con su pelo negro brillante, como de charol. Con las puntas muy colocadas. Con el que no pasó de pulcritud el murciano, tratando de colocarse, de acompañarlo a media altura. Lo que duró el de Rocío de la Cámara, más desfondado que ninguno. Lo mató algo mejor, de estocada larga.

Mejor ritmo que sus hermanos traía Roneo, el tercero, armónico –como casi todos–. Sin humillar, pero más ordenado en sus pausadas embestidas. Suelto y con mucha técnica se mostró el sanluqueño Germán Vidal 'El Melli', que poco pudo hacer ante el parado e insulso animal. Le faltó mayor ajuste y lo bordó con la espada. Al volapié, volcándose sobre el animal. «Albino», decía una vecina de localidad que era Rompemedio, –por fin– el sexto. Ensabanado, casi íntegramente blanco en su pelo. Basto en su hechura, ofensivo. Que fue bravucón, que se venía con ímpetu, que se aflojaba en la corta distancia, sin terminar de humillar. Y lo trataba de enjaretar El Melli muy cortito de él, recortando su trazo para que no se parase en continuaciones de muletazos. Muy eléctrico y animoso ante las oleadas, violentas algunas. Volvió a matar de manera impecable, hasta los gavilanes. Le pidieron la oreja con la misma intensidad que había tratado de torear. Se la llevó, casi a las diez de la noche.

EFE. El Melli corta una oreja en la primera novillada del abono en Sevilla

La primera novillada de abono celebrada en la plaza de la Maestranza, en la que decepcionó el juego de los novillos de Rocío de la Cámara, se saldó con el corte de una oreja por parte del novillero sanluqueño El Melli, aunque la mejor faena, con mucho, la firmó el almeriense Jorge Martínez, que marró con la espada, según informa Álvaro Rodríguez del Moral.

El novillero madrileño Víctor Hernández lidió en primer lugar un sobrero abantito y mansón -en medio de una brega premiosa e interminable-, que llegó a la muleta desplazándose por el pitón derecho con algunas intermitencias. Hernández lo toreó con fría corrección sin terminar de entenderse con él en una faena de tono declinante, que culminó muy tropezada.

El cuarto fue otro sobrero, manso en todo, al que Hernández toreó con personal compostura entre huida y huida del novillo, que marcó siempre sus querencias en una labor discontinua en la que, ahora sí, el madrileño pudo mostrar su buen corte.

El segundo espada de la larguísima tarde era Jorge Martínez, sólido novillero de la cantera almeriense, que ya tiene alternativa anunciada en el ruedo de su tierra. Martínez volvió a confirmar sus cualidades cuajando una maciza faena, basada en un hondo y comprometido toreo al natural, al primero de su lote. Fue un novillo tardo, al que siempre había que obligar, al que mató fatal.

Le quedaba el quinto, un astado de buena condición, masacrado en varas, que además se lastimó la mano izquierda convirtiendo la faena de muleta, pese al encomiable esfuerzo de Jorge Martínez, en un imposible. Desangrándose y desplazándose a trompicones, el animal acabó por pararse por completo.

El tercero en liza era El Melli, novillero sanluqueño que quedó prácticamente inédito con un tercer utrero mortecino y aplomado con el que no pudo concretar nada más allá de matarlo por arriba y con contundencia, después de pasar demasiado tiempo tratando de sacar agua de un pozo seco.

El sexto, un espectacular ensabanado de la línea Osborne, mantuvo ese tono global de mansedumbre y llegó al último tercio embistiendo con un punto de violencia que El Melli aprovechó a su forma, en una faena animosa y efectista, en la que abusó de torear detrás de la mata, pero le sirvió para cortar la única oreja de la tarde.

Por Toromedia. El Melli corta una oreja en la primera novillada de abono

El novillero Germán Vidal 'El Melli' ha resultado triunfador de la primera novillada de abono al cortar una oreja esta tarde al último novillo de Rocío de la Cámara. El gaditano fue el único que tocó pelo, aunque también estuvo a punto de triunfar en el segundo novillo Jorge Martínez, que toreó muy bien al natural pero después falló con la espada. Víctor Hernández también se fue de vacío.

Victor Hernández recibió al sobrero que abrió plaza -el titular fue devuelto por claudicar- con tres faroles de rodillas y apretados lances a pies juntos. En la muleta el novillo se desplazó bien y Hernandez ligó tres series limpias y de buena factura que hicieron sonar la música. A partir de ahí el astado acortó el viaje y la faena decreció. Insistió en terreno de cercanía sufriendo un arreón del novillo y cerrando sin brillantez su primera actuación. Mató de estocada.

El segundo de su lote fue devuelto y en su lugar salió un segundo sobrero manso en los primeros tercios. En el comienzo de faena, el de Rocío de la Cámara arrolló de fea manera a Víctor Hernández, que se repuso e intentó recoger la huidiza embestida del animal. Le robó algunos muletazos con compostura pero sin poder completar faena. Fue ovacionado.

El segundo de la tarde fue brusco y molesto en el capote y Jorge Martínez no pudo lucirse. En el bonito comienzo de faena vio la bondad del pitón izquierdo y por ese lado planteó la faena, logrando dos buenas series que hicieron sonar la música. Por el derecho protestó más el novillo pero Jorge se impuso. Cuando volvió a la zurda subió de nuevo el tono e hizo mérito para triunfar, pero la espada no funcionó y todo quedó en una ovación.

Jorge Martínez se encontró con un quinto novillo al que le costaba un mundo embestir a la muleta. El animal pudo lastimarse en el inicio de faena y esto limitó la faena. El murciano hizo todo lo posible por hacerlo andar, pegándose un serio arrimón, pero tuvo que desistir finalmente. Mató de media efectiva y fue ovacionado en reconocimiento al mérito de su labor.

El Melli estuvo entonado con el capote en el tercero de la tarde, un novillo que llegó algo justo de fuerza a la muleta y limitó la labor del gaditano. Lo intentó por los dos pitones sin obtener resultado porque el animal se paró por completo. Mató de buena estocada. Silencio.

El sexto, un ensabanado de preciosa estampa, manseó en los primeros tercios pero luego rompió en la muleta dejando a El Melli ligar varias series con la mano derecha que resultaron vibrantes. Estuvo por encima de un animal que se movió sin emplearse y lo mató de estocada, cortando la única oreja de la tarde.

Fotografía: Arjona/Toromedia.

07_mayo_23_sevilla.txt · Última modificación: 2023/05/08 11:16 por Editor