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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Domingo 14 de abril de 2024

Corrida de rejones

Ficha técnica del festejo

Ganadería: Toros de San Pelayo (con diferente presentación y juego desigual).

Caballeros rejoneadores:

Sergio Galán: Rejón de muerte muy bajo, tres descabellos (saludos); dos rejones de muerte (saludos).

Diego Ventura: Dos pinchazos, rejón de muerte en su sitio (saludos desde el tercio); rejón de muerte trasero (dos orejas).

Guillermo Hermoso de Mendoza: Mete y saca efectiva (saludos desde el tercio); rejón de muerte caído y atravesado, descabello (saludos desde el tercio).

Presidente: Macarena de Pablo Romero.

Tiempo: soleado, temperatura agradable.

Entrada: lleno con huecos.

Imágenes

Video resumen AQUí

Crónicas de la prensa

Por Manuel Viera. COPE. Diego Ventura, tan puro como espectacular

Cada uno fue a lo suyo y por lo suyo. Los tres, a su manera, con unas formas que no son baladí. Los tres ocupan un lugar de privilegio en las ferias de España y han hecho del rejoneo un verdadero arte, que con su belleza y verdad delante del toro aseguran el divertimento y, a veces, la emoción en los tendidos.

Dentro del creciente interés que despierta el rejoneo, que ocupa un ganado lugar en los ciclos de temporada, está el logro estético que estos virtuosos del toreo a caballo les imprimen a sus faenas. La depurada doma de las cabalgaduras y la exigencia que hoy se le pide al caballo torero ha hecho del rejoneo corrida imprescindible en cualquier programación taurina.

Así a su peculiar manera, con esa mezcla de pureza y espectacularidad en las formas y en el rejoneo bien hecho, se ha visto a Diego Ventura torear, clavar en perfectos quiebros dando el pecho de la cabalgadura de forma excepcional. Llegar hasta el toro para, con perfecta técnica, lucirse con las banderillas a una mano, clavar al estribo y dejar un par a dos manos, con “Lío” desprovisto de cabezal, en todo lo alto. Y seguir con “Bronce” clavando con pureza y verdadera pasión, Y con “Guardian” dejó magnificas banderillas al violín y tres rosas en lo alto. Fue con el quinto de San Pelayo, un toro bravo, al que Diego le exprimió su nobleza con una lidia tan pura como espectacular.

Tal vez la falta de fondo del segundo obligó a Ventura a un trabajo ímprobo hasta lograr el verdadero toreo a dos pistas y adornarse con vistosas piruetas después de clavar arriba. Lo hizo a dos manos con “Guadiana” para después pinchar con el rejón de muerte. Le ovacionaron lo hecho.

Se ha visto al joven Guillermo Hermoso de Mendoza vibrante y vistoso en ocasiones con piruetas y adornos muy del gusto del público. Auténtico en la forma de clavar arriba demostrando valor, técnica, buena monta y verdad. El par con las cortas a dos manos con “Esencial”, llegándole mucho al toro y clavando arriba por los adentros, fue sensacional. Se paró demasiado pronto el complicado primero y le restó eficacia a un rejón que entró y salió. El joven rejoneador de dinastía fue ovacionado.

Con el buen sexto, un toro noble y pronto, lo fijó en la cola de la cabalgadura de llamativas maneras. Estuvo muy auténtico con “Verdín” clavando al estribo y adornándose con sensacionales piruetas. Clavó las rosas con “Esencial” y las cortas a dos manos de manera desigual. Hizo la suerte de matar cabalgando de lejos y dándole el pecho de la cabalgadura al toro, pero el rejón de muerte cayó trasero y contrario y todo quedaría después en una ovación.

Y se ha visto a Sergio Galán hacer un toreo a caballo con la calidad necesaria que le permite su clasicismo. Toreó despacio de salida al noble primero y lo hizo muy auténtico clavando al estribo con “Bambino” Bailó con la cabalgadura con ese balanceo que le caracteriza, y realizó las diferentes suertes con lentitud y sin aspavientos. Calló el rejón contario y falló con el verduguillo.

Sergio se introdujo con su cabalgadura en el túnel de chiqueros para recibir al sexto, un toro noble al que le faltó transmisión en sus embestidas. No obstante, el madrileño realizó un toreo muy templado, cabalgando a dos pistas, se adornó con llamativas piruetas y clavó en todo lo alto montando a “Bambino”. Estuvo desigual clavando las rosas y matos mal.

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Diario de Sevilla. Diego Ventura: las cosas en su sitio

Ventura no había podido evitar las lágrimas cuando dio muerte al quinto de la tarde después de dar un auténtico recital de toreo a caballo. La pureza de la ejecución, el magisterio de su monta, la entrega constante y la responsabilidad de número uno marcaron una actuación que escondía otras lecturas. El jinete de la Puebla del Río –la casa Peralta fue una de sus mejores fuentes– volvía a medirse de igual a igual con Guillermo Hermoso de Mendoza, hijo y epígono de un auténtico revolucionario de la especialidad ecuestre, el gran Pablo Hermoso, que ha rehusado sistemáticamente la competencia con su igual empobreciendo el mismo espectáculo que había ayudado a sublimar hace más de dos décadas.

El duelo, siempre aplazado, se ha trasladado al hijo que, desde que tomó la alternativa en la plaza de la Maestranza en 2019, había ido contando sus actuaciones por salidas a hombros. En las primeras ocasiones el meeting de Sevilla tenía aire de fiestecilla familiar con invitados a la mesa pero el año pasado, por fin, pudieron verse las caras en el inmenso ruedo del Baratillo. La suerte volvió a estar de cara para Guillermo y Ventura ha tenido que esperar hasta este 2024 para recuperar el cetro de una plaza que le ha visto abrir la Puerta del Príncipe hasta en diez ocasiones.

Se trataba de reinstaurar el trono, de poner las cosas en su sitio… No había podido lograrlo por completo con el segundo de la tarde, un toro falto de finales al que dejó crudo en el primer tercio. Ventura no tardaría en coserlo a la cabalgadura en banderillas, llegando siempre al toro que se mostró muy tardo. Brilló en las batidas al pitón contrario y lo puso todo, supliendo la emoción que no podía aportar el animal. Los desplantes con las rosas enardecieron al público pero pinchó dos veces antes de agarrar el rejón de muerte cambiando el trofeo –cómo habría variado la cosa– por una ovación.

Pero lo mejor, esa lección de rejoneo canónico, estaba aún por llegar gracias al buen quinto –tuvo ese puntito de empuje que le faltó a casi toda la corrida– que convirtió en el mejor material para colocar cada pieza en su lugar. El nuevo centauro de La Puebla del Río iba a imponer un ritmo trepidante a su actuación desde los primeros lances. Clavó con precisión, se arrimó en las piruetas y cosió el toro a la grupa de su montura cabalgando a dos pistas. Se mascaba el lío mientras aquello subía de tono mezclando el magisterio y el espectáculo. Dispuesto a cruzar hasta la última raya, despojó al caballo de su cabezada para clavar un antológico par a dos manos. El alarde posterior, entrando de najas en el patio de caballos, levantó un clamor. Ventura ya había subido el último escalón.

Colocó las cortas al violín y cambió de lado para adornarse con esas rosas que ideó su maestro Ángel Peralta apoyándose en un lance galante. El rejonazo final, fulminante, amarró las dos orejas. Eran de cajón… las lágrimas del équite cigarrero, desconsolado en el estribo de la barrera, subrayaron la importancia de lo logrado, la trascendencia de un triunfo que no podía ser uno más. No hubo Puerta del Príncipe pero tampoco hacía falta. Ventura es el número uno.

Pero la corrida, lógicamente, dio para más. El excelente aspecto de los tendidos en la calurosa tarde ferial, también era una buena noticia. A Sergio Galán, un jinete veterano curtido en los mejores tiempos de la especialidad, le había tocado el papel de telonero de lujo de este duelo más o menos soterrado poniendo lo que le faltaban a sus dos toros; brío y empuje.

Pero el duelo tenía otro color y estaba adobado de la juventud de Guillermo Hermoso, que no se dejó nada en el hotel para intentar amarrar un triunfo que, esta vez, no pudo llegar. El paladín navarro había apretado el acelerador a tope con un tercero que también había estado falto de ese tranquito de más. Fue una faena rítmica y entregada que no tuvo el refrendo adecuado con el acero.

Pero este hijo del cuerpo no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad con el sexto, que sí le iba a brindar opciones. Brilló en las batidas por dentro y en las célebres hermosinas clavando con precisión en una labor de mucho mérito. El alarde llegó con las cortas, a dos manos y por los adentros. Se mascaba el trofeo, ganado a ley, pero el animal se amorcilló tras el rejonazo final. La petición de oreja se quedó sin atender…

Por Patricia Navarro. La Razón. Imbatible Diego Ventura, con una faena volcánica de dos trofeos

Llevábamos días de emoción. Entre la Puerta del Príncipe de Miguel Ángel Perera, la de Daniel Luque y la épica de la tarde anterior con un Manuel Escribano que nos desbordó y la inconmensurable tarde de Borja Jiménez llegamos a la corrida de rejones con el ferial ya a pleno rendimiento después del alumbrado.

Sergio Galán abrió plaza con una faena ajustada, medida, plena de elegancia y queriendo hacer las cosas siempre con mucha verdad y entrega. Cayó el rejón de muerte un poco trasero y requirió del descabello. A la puerta de toriles se fue a recibir al cuarto y lo paró desde ahí con mucho temple. El toro tuvo más movilidad y la faena más que explosiva fue de disfrutar la puesta en escena del jinete en todas las suertes. Desde «Bribón» y ese gustazo de ver cómo el animal da los pechos al toro en los encuentros a las cercanías de las suertes.

Explosivo fue el galope a dos pistas de Diego Ventura tras el primer rejón de castigo con dos trincheras incluidas. El toro de San Pelayo tenía muchas cosas buenas, pero había que llegarlo y para mantenerlo entretenido en las cabalgaduras. Se paraba si no era así. Y eso es lo que ocurrió. Ventura tiró de recursos y de doma y con «Guadiana» hizo la reverencia antes de clavar para después poner las tres rosas. Era la única manera de conectar con el público y salvar la sosería del toro. No estuvo tan certero con el rejón de muerte.

Espectacular fue la manera en la que Diego Ventura paró al quinto toro de la tarde y brillante cómo clavó el primer rejón de castigo. Comenzaba la faena por todo lo alto. Con «Nómada» hizo lo que le dio la gana mientras el toro colaboraba y el rejoneador se lo dejaba llegar. Con «Lío» Diego ya se había hecho con la Maestranza de lleno. Aprovechó la bravura del toro para torearlo desde la distancia, citarlo desde la otra punta de la plaza y en la rectitud, cuando llegaba el momento del encuentro, la plaza era un manicomio. Se inventaba y reinventaba Diego según iban evolucionando las condiciones del toro. Con «Bronce» vino el momento más templado y la reverencia y ya sin cabezada a dos manos puso un par volcánico. Las cortas y las rosas hicieron el resto. Lo había cuajado. El cómplice había sido maravilloso.

Guillermo Hermoso de Mendoza se las vio con un tercero al que le faltó transmisión y movilidad, por lo que todo lo que hizo fue a cargo suyo. De ahí que después de probarse con «Martincho» las rosas y las cortas a dos manos fueron muy por los adentros para aprovechar la querencia y la inercia del toro hacia tablas. Con el rejón de muerte fue algo extraño porque pareció algo así como un metisaca, la cosa es que el rejoneador lo vio claro y se bajó del caballo para acompañar en la muerte al toro y hacerlo desprovisto de muleta y tocando la testuz del animal.

Tras la revolución de Ventura fue su segundo y último turno. Eso le exigió echar toda la carne en el asador.La faena al noble toro fue de menos a más, porque se lo trabajó, arriesgó, se metió por los adentros, a veces más de lo necesario, hasta ir convenciendo al público. Y ya al final en una innovadora y arriesgada manera de entrar a matar en una distancia muy larga. Sorprendente actuación.

Por Toromedia. Diego Ventura corta dos orejas en la corrida de rejones

Diego Ventura ha sido el triunfador en la corrida de rejones celebrada esta tarde en Sevilla al completar una gran actuación que culminó cortando dos orejas al segundo de su lote tras una gran faena. Perdió trofeos en su primero con el rejón después de otra faena de alto nivel. Sus compañeros de terna se fueron de vacío a pesar de que hubo petición para Guillermo Hermoso de Mendoza en sus dos toros tras actuaciones destacadas. Sergio Galán tampoco pudo sumarse al triunfo.

Sergio Galán paró al primero de la tarde montando a Alcotán y lo hizo con temple y sobriedad dejando dos rejones de castigo. En banderillas puso tres buenos palos con Capricho yendo de frente y clavando al estribo. Siguió elevando el tono con Bambino, aunque al toro ya le costaba más acusando el castigo recibido. Terminó con cortas con Óleo y mató de rejón trasero y tres descabellos. Fue ovacionado.

Galán recibió al cuarto metido en la puerta de chiqueros y esta vez sólo dejó un rejón de castigo montando a Noche. Templó bien con Capote con el que puso dos buenas banderillas. Sacó a Bribón y siguió haciendo las cosas bien pero sin llegar a calentar por completo el ambiente. Se le fue la mano con el rejón de muerte en el primer intento y mató al segundo.

Diego Ventura sólo puso un rejón de castigo al segundo de la tarde y el toro quedó perfecto para las ajustadas galopadas que dio con Fabuloso al hilo de las tablas, metiéndose por dentro de forma muy ajustada. Con Nivaldo citó en la distancia corta y puso una banderilla. Concluyó con un gran par a dos manos con Guadiana y se adornó con tres rosas muy ligadas y desplantes que calentaron mucho el ambiente. Pinchó dos veces antes de dejar un rejón y perdió un claro triunfo.

En el segundo de su lote, Ventura hizo la faena de la tarde. Se dobló muy bien de salida con el toro con Guadalquivir, con el que puso un emocionante rejón de poder a poder. En banderillas comenzó con Nómada con el que templó mucho de costado y se adornó con piruetas después de clavar. Pero lo mejor vendría con Lío, con el que citó de lejos frenando en la cara del toro y quebrando con pureza. Quitó la cabezada a Bronce y concluyó por todo lo alto la gran faena con un par a dos manos. Esta vez mató de rejón certero y cortó dos orejas.

Guillermo Hermoso de Mendoza comenzó en el tercero con Jíbaro clavando un solo rejón de castigo. En banderillas se lució con Berlín en dos palos, adornándose después con la hermosina aunque el toro no seguía mucho a la cabalgadura. Completó la faena con Martincho clavando dos palos muy de frente con un toro que ya no prestaba emoción. El último tercio lo hizo con Esencial, con el que puso un buen par a dos manos. Hubo petición de oreja no atendida por el palco.

Hermoso de Mendoza se dobló muy bien con el sexto sobre Alquimista, clavando solo un rejón. Alcanzó un alto nivel con Berlín en banderillas llevando al toro cosido a la grupa y poniendo dos banderillas. Siguió con Malvec y completó una actuación de buen nivel que remató de rejón y descabello. De nuevo se pidió la oreja que la presidenta no concedió.

Por Carlos Crivell. Sevillatoro. Ventura vuelve a reinar en la Maestranza

Todavía quedaban atisbos de la emoción incontenible vivida el sábado en la Maestranza con le épica actuación de Manuel Escribano, cuando un público distinto llenó la Real Maestranza casi en su totalidad. Calor sofocante, ambiente de gala y tres caballeros en duelo sobre el albero, aunque la realidad es que la rivalidad estaba centrada en Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza. El navarro le había quitado los premios en los últimos años a Diego, y eso le producía al portugués de La Puebla del Río una situación de intensa rabia interior. Galán era el invitado a un enfrentamiento entre el ya veterano y Rey absoluto del toreo a caballo, Diego Ventura, y la emergente figura del hijo de Pablo Hermoso. Y esta vez la moneda le cayó de cara a Ventura, que completó en el quinto una faena sensacional.

Para ello una noble y pastueña corrida de San Pelayo a la que faltó transmisión. Muy colaboradores, poco a poco fueron reduciendo su capacidad de perseguir las cabalgaduras, lo que sin duda restó algo de calidad a la tarde.

El duelo lo ganó Ventura en el quinto, toro con calidad, al que cuajó desde el principio en una labor completa. Sacó a su mejor artillería: Nómada, Lío y Bronce, que cumplieron a la perfección. Nómada, hijo de Nazarí, es un caballo completo a dos pistas y en las piruetas. Lo de Lío es otra historia. Qué hermosura verlo citar de muy largo, frenarse en seco a cinco metros del toro, para quebrar de forma admirable. Y de postre, Bronce con su par a dos manos sin la cabezada. Ventura sumó calidad y espectacularidad. El rejón funcionó y las dos orejas fueron incontestables.

Con el primero de su lote había estado muy bien con Fabuloso, otro astro de su cuadra. Lo mismo que Nivaldo o Guadiana. Una labor tan completa le echó a perder con el rejón de muerte. En ese toro había perdido la Puerta del Príncipe.

Guillermo Hermoso cuajó dos buenas faenas a toros que abundaron en sosería dentro de la noble que exhibió toda la corrida. Berlín y Martincho fuero la cúspide de su primera faena, en la un metisaca acabó con la esperanza de tocar pelo. Algo parecido ocurrió tras la completa actuación con el sexto, con lugar de honor para Malvec y Esencial. Esta vez el rejón definitivo no fue suficiente y un descabelló enfrió la petición.

El telonero Sergio Galán cumplió su papel a la perfección con dos faenas muy bien elaboradas, aunque carentes de emoción, en parte por la condición de los toros, en parte por un punto frialdad de caballero rejoneador.

Por Jesús Bayort. ABC. Diego Ventura rescata la tarde en la Maestranza y recupera el trono del rejoneo sevillano

Sólo un suceso verdaderamente excepcional podía rescatar la tarde, despeñada en lo más fondo del barranco tras cuatro toros tan nobles y colaboradores como ausentes de emoción. Sin toros no hay emoción; y sin emoción, el rejoneo no deja de ser una exhibición. A la corrida de San Pelayo le había faltado la chispa que finalmente tuvo Sardinero –no hay quinto malo–, como a la terna le faltó la chispa de Diego Ventura, que por eso es la máxima figura del escalafón. Que recuperó su trono de la Maestranza, si es que en algún momento lo dejó de tener. Entregado y vibrante, desde su espectacular recibo hasta la suerte de banderillas sin riendas con Bronce, el Roca Rey de los caballos toreros. Y después de todo aquello, tras conseguir dos orejas rotundas, se echó a llorar.

Lloraba el maestro del rejoneo por el niño que fue, por todo lo que ese niño soñó. Que se materializaba en un conjunto soberbio, al compás del buen Sardinero, que se escapaba de la fosa que habían cavado sus hermanos. Un toro espectacular, como sus hechuras: bajo, recortado y armónico. Con trapío, aunque sin exageraciones. Nómada, Lío, Bronce y Guadiana, el cuarteto de la gloria. Brillantes, como Nómada en los quiebros tras hacerse primero con el toro entre piruetas; como Lío, muy de lejos y derecho hacia Sardinero; como Bronce, que después de banderillear sin cabezal entró reculando al patio de cuadrillas; o como Guadiana, que no iba y venía, que se quedó en el sitio para abrochar con maestría un final a la altura de la faena. Pletórico.

Levantó la tarde Diego Ventura, reivindicando su papel de máxima figura, de ídolo de la plaza. Casi llena para sorpresa de propios y extraños. Una expectación irreconocible, tras años –cierto es que el pasado mejoró– de discreta afluencia. A nadie se le escapaba el interés del duelo entre la gran figura de La Puebla del Río –que me perdonen mis amigos portugueses– y Guillermo Hermoso de Mendoza, empeñado en dejar de ser el «hijo de». Por delante, Sergio Galán, algo más que telonero: elegante y fino torero.

Después de tres puertas del Príncipe consecutivas, se quedó ahí la racha intratable del joven rejoneador navarro. Que perdió el triunfo con los aceros, que se quedó sin un primer premio por el rigor inflexible de Macarena de Pablo Romero. Sobre el papel, presidenta suplente; sobre el palco, una mujer valiente. Que no sucumbió a la fuerte –más sonora que visual– petición en el tercero. Tuvo chispa la faena de Guillermo, rubricada con un fugaz 'mete y saca' poco decoroso como para ser reconocido con una oreja en la Maestranza. El festejo de rejones, otrora festín orejero de la Feria de Abril, convertido en lo más riguroso del serial. Pasa el tiempo, cambia la gente. No fue un toro fácil Berlín, ese primero de Guillermo. Sin entrega y sin recorrido, que pronto se agarró al piso y que alzaba la cara cuando el hijo de Pablo Hermoso de Mendoza trataba de pasar por su jurisdicción.

Se repetía el sino del torero con el sexto, también perjudicado por los aceros. En una suerte de matar espectacular, a mucha distancia. Partiendo de la meseta de toriles hasta ejecutarla cerca de la Puerta del Príncipe. «Clac», sonó la rotura del rejón como el proyectil que lanza el fusil. «To pa na», que diría Pepe Luis Vargas. No cayó a tiempo este Recober, cuando hubieran pedido otra oreja. Aunque, con Macarena de Pablo Romero sobre el palco, no estamos tan seguros de que hubiera llegado.

Una presidenta exigente, como Diego Ventura, exigente en su tarde. Anteponiendo la pureza, como en la suerte de matar al tercero, que pinchó por su empeño de buscar el hoyo de las agujas. Se le iba lo que, una hora y cuarto después, hubiera sido la llave para una Puerta del Príncipe. Aquello fue con Valenciano, el segundo, un toro muy hondo, aunque justo en su raza, más encelado cuando el cigarrero le llegaba a la testuz. Que lo hizo, pegado a tablas y aprovechando la querencia en un vibrante toreo a dos pistas, burlando las leyes de la física, sin saber muy bien cómo consiguió escapar de ahí. Apostó por el toro con un único rejón, como apostó con Nivaldo, nuevo caballo estrella, reunido entre quiebros cimeros.

No escondió su origen Ignorado, el primero de la tarde. En su tranco y en su estampa. De Murube, de Urquijo. Insuflada sobre su pastueño ritmo una dosis suprema de nobleza, extraordinario para el rejoneo contemporáneo. Se gustaba Sergio Galán, que abusó con un segundo rejón. Todo con destreza y dominio. Especialmente con Capricho, un caballo con una expresión extraordinaria. Más se lo dejó llegar con Bambino, casi topando en el estribo. Faltó la vibración que restó ese segundo rejón. En fin. Más apostó por el cuarto, recibido en la puerta de chiqueros, y, ahora sí con sólo un rejón, aunque se apagó pronto.

Fotografías: Arjona/Toromedia.

14_abril_24_sevilla.txt · Última modificación: 2024/04/16 00:21 por paco