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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Domingo 23 de abril de 2023

Corrida de rejones

Ficha técnica del festejo

Ganadería: Toros de San Pelayo (bien presentados, con diferente juego, algunos mansearon y otros mostraron complejidad; el 4º fue devuelto a corrales por partirse un pitón al derrotar contra el burladero).

Caballeros rejoneadores:

Rui Fernandes. Rejón de muerte caído (saludos); rejón de muerte (ovación tras petición).

Diego Ventura. Rejón de muerte caídos tras 4 pinchazos y posterior descabello (aplausos); rejón de muerte y tres descabellos y dos avisos (saludos).

Guillermo Hermoso de Mendoza. Rejón de muerte (oreja); rejón de muerte trasero y contrario (dos orejas). Abre la Puerta del Príncipe.

Presidente: Macarena de Pablo Romero.

Tiempo: soleado, caluroso al principio.

Entrada: lleno con huecos.

Video resumen del festejo AQUí

Crónicas de la prensa

Por Vicente Zabala de la Serna. El Mundo. Guillermo Hermoso de Mendoza bate a Diego Ventura y rinde la Puerta del Príncipe

El regreso de Diego Ventura a la Maestranza, cuatro años después, no desembocó por la Puerta del Príncipe, dos horas y media más tarde. Y esta sería la noticia para quien atesora 10 salidas a hombros de esta plaza de no ser porque sobre ella todavía se impondría otra: la aplastante victoria de Guillermo Hermoso de Mendoza en el cacareado, demandado y ansiado encontronazo, un triunfo por derecho propio en una actuación luminosa, inteligente y rotunda que acabó por el arco de la gloria que desemboca en el Guadalquivir. La diferencia entre el maestro sevillano y el prodigioso joven navarro estribó en el manejo de lo aceros toricidas, pero no sólo.

Ventura construyó una obra que escondió un mérito inmenso debajo de la espectacularidad por cuanto el toro se reservaba mucho y regalaba poco. Así que el caballero de La Puebla hubo de llegarle una barbaridad para darle ritmo y celo, limando disparos. Entre el temple de Nazarí, a dos pistas, y las esculturas de Bronce, que se sublimó sin cabezada, levantó con vibración la faena. Que con las cortas al violín y a dos manos puso en buena disposición. Pero se atascó con el rejón de muerte -tapándose el toro la misma- como si no hubiera mañana. (Saludos).

En las antípodas se movió un tercer toro de San Pelayo -el mejor de una corrida de la que se esperaba más- con un tranco y un son extraordinarios, de cara calidad. Guillermo Hermoso de Mendoza rayó la perfección, con un eje superior a lomos de Ecuador. Reunido, descarado, elástico, valiente en los quiebros. Sostuvo el nivelazo de la faena sobre ilusión y la lanzó definitivamente con Esencial: el par a dos manos por los adentros puso la plaza en pie. Fue curioso que, tras el rejonazo mortal, la petición se frenase en una sola oreja. (Oreja).

Diego Ventura saltó a tumba abierta en un saludo vibrante al quinto y una faena a revienta calderas, de preclara inteligencia para jugar con las querencias del toro y de máxima exposición una vez en ellas: sobre Lío, aculado en tablas, afrontó quiebros inverosímiles. Antes lo había bordado con Fabuloso también por los adentros. Incluso con la hermosina… Todo apuntaba al triunfo, buscado por la vía penal y la criminal , en constante remontada con la suerte, por encima del enemigo. Pero el rejón careció de muerte, echó pie a tierra y cayeron dos avisos en lugar de las orejas. (Saludos).

Guilermo no desaprovechó la ocasión como el joven prodigio que es para rendir la Puerta del Príncipe ante un sexto nada fácil. Hermoso de Mendoza atacó valiente, lúcido y certero entre arreones y querencias, preciso de terrenos. El cenit sobre Disparate y el remate sobre Justiciero lo alzaron con el doble trofeo. (Dos orejas).

Había abierto la terna el luso Rui Fernandes con fría corrección ante un público aún por calentar. A todo obedeció un toro de enorme fijeza en una faena cimentada en los medios de brío decreciente. La mala suerte quiso que el cuarto se partiese un pitón por la cepa. Y se cebó con el portugués con un sobrero manso y aquerenciado. Se hizo larga la trabajada labor, resuelta con un fulminante rejonazo (Leve petición y saludos; petición y saludos ).

Por Gloria Sánchez-Grande. Grupo Joly. Guillermo Hermoso de Mendoza abre la Puerta del Príncipe y gana el duelo contra Diego Ventura

Antes, los rejones en Sevilla se celebraban en horario matinal y, por la tarde, había corrida a pie. Eso cambió en los tiempos de apreturas económicas, cuando la empresa Pagés decidió retrasar los rejones a las seis y media con el fin de ahorrarse un festejo en la feria. Desde entonces, la caballada se ha convertido en el día en que el abonado regala su entrada a algún amigo o familiar que disfruta con el festival ecuestre porque son habas contadas los aficionados a los toros que también lo son del rejoneo.

Durante esta jornada extraña, a caballo —nunca mejor dicho— entre la apoteosis de Victorino Martín y lo que resta de feria, se batían en duelo Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza, hijo de su eterno rival, el navarro Pablo Hermoso. Como testigo de este pulso, el portugués Rui Fernandes.

Cuando Rui Fernandes y Diego Ventura comenzaron en los ruedos, Guillermo Hermoso de Mendoza aún no había nacido. Ahora es un joven de 23 años valiente y con temperamento, que monta caballos que son hijos de ejemplares míticos en la cuadra de Pablo Hermoso. Este domingo, Guillermo ha dejado de ser una promesa para convertirse en una figura del rejoneo que ha cosechado su tercera Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas a su lote de San Pelayo, de muy distinta condición.

A orillas del Guadalquivir, Guillermo Hermoso de Mendoza “ha vengado”, en cierta manera, a su padre, como un Orestes a caballo. En la mitología griega, el hijo de Agamenón es conocido como el vengador de su progenitor, que fue asesinado por Egisto. Volviendo a La Maestranza, ante el sexto, un manso con peligro y aculado en tablas, Hermoso de Mendoza hijo se la jugó valientemente y fue un cañón con el rejón de muerte. Todo bajo la mirada de Pablo Hermoso, que lo seguía desde el callejón. Ya había paseado una oreja de su primero en otra faena donde se palpó su nervio y carácter.

Cierto es que Diego Ventura le habría acompañado en el triunfo si no llega a fallar constantemente con los aceros. El sevillano desplegó todo su repertorio de quiebros, bocados, lanzada de una cabezada y cabriolas. Como curiosidad, al segundo lo descabelló sin descabalgarse. Con el quinto, se pasó de faena.

Rui Fernandes ha sido más que un convidado de piedra en el duelo Ventura-Hermoso de Mendoza. El cavaleiro a punto estuvo de cortar una oreja al cuarto bis, el peor toro del encierro enviado desde Salamanca por la familia Capea, la cual estaba, al completo, en los tendidos de La Maestranza. Era un animal manso y aquerenciado con el que Fernandes estuvo muy por encima, principalmente a la hora de matar, cuando lo pasaportó de un rejón fulminante. Los tendidos pidieron para él la oreja, pero la presidenta no sacó el pañuelo blanco. El veterano jinete salió a los medios a recoger una ovación con los ojos vidriosos.

Por Jesús Bayort. ABC. Una exagerada Puerta del Príncipe ensombrece la magnitud de Guillermo Hermoso de Mendoza

Se llama Macarena, desciende de los míticos ganaderos de Pablo Romero y sólo un desliz en el instante final le impidió llevarse en el día de su debut en un festejo mayor el titular de la crónica, que acababa de ser escrito ('Una presidenta con criterio termina con el triunfalismo del rejoneo en la Maestranza'). Que finalmente no fue así, al temblarle ese criterio que tan bien había mantenido y conceder una tercera oreja a Guillermo Hermoso de Mendoza que le quita grados superlativos a la actuación presidencial, desvirtúa nuevamente la Puerta del Príncipe y mantiene el festín del rejoneo. Que a su vez ensombrece la magnitud de un rejoneador que ya demuestra con argumentos sólidos la necesidad de quitarle la consideración de 'hijo de' para adquirir protagonismo principal en el arte del rejoneo.

La importancia que requiere el rigor de la Presidencia en este tipo de festejos es aún más importante que en cualquier otro festejo que se precie, teniendo en cuenta el segmento poblacional que acude a él. Un público que completa el triángulo sociológico que se da cita en la Maestranza, analizado con claridad durante estas tres últimas jornadas: de los fanáticos hedonistas que siguen a Roca Rey pasamos a los aficionados cabales de la intensa y emocionante corrida de Victorino, terminando este domingo con los parroquianos del rejoneo, que son como un híbrido entre los clientes del Sicab y los peregrinos de la Candelaria rociera. Que merecen un pormenorizado análisis, como integración del movimiento populista en el mundo de los toros: se ponen en pie cuando el rejoneador les busca en una galopada, ovacionan las alharacas demagógicas y aplauden todo, menos la salida de los lidiadores (horrorosamente llamados 'auxiliadores'), a los que pitan como enemigos de su juerga. Esto último es una auténtica vergüenza que evidencia el conocimiento y el respeto que le tienen al toreo y a los toreros.

Todas estas circunstancias no hacen más que degradar un espectáculo que en la actualidad vive una verdadera cumbre artística, protagonizada principalmente por Diego Ventura, que regresaba a la Maestranza, y Guillermo Hermoso de Mendoza, que mantiene un idilio mágico con la 'afición' de Sevilla. Esta situación hace aún más incomprensible que ambos no se batieran el cobre en un mano a mano, en lugar de utilizar por delante la figura, siempre respetable, de Rui Fernandes, como telonero. Una presencia que no hacía más que enfriar un duelo entre el rey del rejoneo y el perpetuo príncipe de Sevilla.

Una encontronazo que también se vio mermado por las complicaciones que sacó la corrida de San Pelayo-El Capea, que no terminó de entregarse, con matices evidentes de mansedumbre. La gran 'justicia' de la tarde fue que la terna tuvo en suerte lotes ciertamente 'similares', con un primero manejable y un segundo complicado, respectivamente. Rui Fernandes demostró su concepto clásico y elegante; Diego Ventura estuvo sublime en ambas actuaciones, aunque las emborronase con el acero; y Guillermo Hermoso de Mendoza salió con ambición y mimbres de torero grande a comerse la tostada de los maestros.

Al jovencísimo caballero navarro ya se le sumaron puntos positivos en el momento en que atravesó el ruedo de la Maestranza, completamente vestido de corto, dejando atrás el indumento performance del padre. Liberado de prejuicios, su labor atesora todas las virtudes de los grandes maestros, con la frescura renovadora de su jovencísima edad (23 años). Quienes desconfiábamos del habitual término de 'caballo torero' tuvimos que claudicar al verlo en su primero con Ilusión, que giraba sobre el toro como eje de la rotación que también se estaba produciendo en el rejoneo. La expresión de ese caballo mientras se encaraba con el de Capea, como el diestro que encaja su mentón sobre el pecho, era un espectáculo. Llevaban razón: hay caballos toreros.

Por Antonio Lorca. El País. Otra Puerta del Príncipe impropia de La Maestranza

La Puerta del Príncipe de La Maestranza de Sevilla no nació para ser un coladero de notables actuaciones, sino la entrada a la gloria con matrícula de honor para toreros a pie o a caballo reconvertidos en genios por una tarde.

No. La actuación del joven rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza no alcanzó el grado de la excelencia exigido para tan alto honor. La presidenta Macarena de Pablo Romero, nueva en estas lides, no debió mostrar el segundo pañuelo que le exigían unos tendidos generosos y triunfalistas que devalúan el prestigio de la plaza y atentan contra su prestigio.

Pero debe reconocerse que Hermoso de Mendoza es un torero de altísimo nivel, de fulgurante progresión, que monta una cuadra de excelentes caballos toreros y cuenta sus tardes por triunfos. Le acompaña la fortaleza de la juventud, una gran preparación y un moderno concepto del espectáculo.

Hoy no ha sido menos, y lo demostró en su primero, un toro de buen tranco y gran clase, al que toreó a placer en las distintas fases de la lidia, si bien pasó en falso varias veces con los rejones de castigo y las banderillas. Destacó con el caballo Ilusión, torerísimo, que se paraba en la cara del toro, y con las banderillas cortas a lomos de Esencial. Un rejón caído de rápido efecto le permitió pasear un trofeo.

Por el mismo motivo, otro rejón caído, se exaltaron los ánimos de los tendidos, que pidieron los máximos trofeos tras otra notable actuación, en la que clavó banderillas con acierto, se lució especialmente con Berlín y en un par de largas a dos manos con Justiciero, ante un toro mansurrón.

Pero no fue redonda e incontestable la tarde de Hermoso de Mendoza. Saltó de alegría cuando vio aparecer el segundo pañuelo en el palco presidencial, pero en su fuero interno sabrá, pasado el tiempo, que la Puerta del Príncipe está reservada para momentos inolvidables.

Era la primera vez que hacían juntos el paseíllo en esta plaza el hijo de Pablo y Diego Ventura. Era, pues, casi un duelo en la cumbre después del empecinamiento incomprensible de Hermoso (padre) en no competir con el caballero de La Puebla.

Ventura se mostró como lo que es, la primera figura del rejoneo actual, pero falló con los aceros en su lote. Excelente ante su buen toro primero, sobre todo con Nazarí, un torero excepcional, que templó maravillosamente; con Bronce, con el que clavó banderillas sin la cabezada; y en un par de cortas cuadrando en la misma cara del toro a lomos de Guadiana. Pero pinchó hasta cinco veces antes de dejar un rejón y descabellar desde el caballo.

Se superó ante el parado quinto con el caballo Fabuloso, que templó a dos pistas cosido a los pitones, cambió el viaje por dentro en dos ocasiones, y quebró a muy escasa distancia del toro. Antes de fallar de nuevo en la suerte final salió al ruedo Lío, para que se luciera al quiebro en un palmo de terreno. Clavó un rejón trasero, esperó una eternidad a que el animal cayera y sonaron hasta dos avisos, lo que emborronó otra notable actuación.

Y abrió plaza el portugués Rui Fernandes, que cumple 25 años de alternativa y se marchó muy compungido porque no le concedieron una oreja en ninguno de sus toros. La verdad es que no hubo petición suficiente en ninguno de los casos, y la tarde del caballero fue tan correcta, como escasa de emoción. Practica un rejoneo que suena a agua pasada, carente de espectacularidad, lo que impide la atracción de los tendidos. Solvente se mostró con el primero, de gran clase, y esforzado y experimentado con el manso cuarto que salió en lugar de un titular que se partió un pitón al rematar contra un burladero.

Alegría para los cuerpos ha sido esta generosa segunda Puerta del Príncipe de la feria; ojalá se vuelva a abrir con todo merecimiento.

Por Patricia Navarro. La Razón. Guillermo Hermoso, tercera Puerta del Príncipe

Cambiamos de aires en la corrida de rejones después de un comienzo de feria bueno. Han pasado cosas. Era como si necesitáramos un poco de espacio para poner las ideas en orden. Ocurre en la vida. El desorden nos mata. La perspectiva nos permite poner en valor. La Feria de Sevilla apenas ha comenzado. Mañana abriremos las puertas a la semana de Farolillos, pero ya Daniel Luque ha hecho, con alta probabilidad, la faena de la feria. (Y de otras), Roca Rey ha abierto su primera Puerta del Príncipe y Victorino Martín ha lidiado la que será, casi seguro, la corrida de la feria. ¡Y esto no ha hecho más que empezar! La vida es más vida así. El sabor de la Victorino taladraba las emociones todavía hoy, porque las faenas de Manuel Escribano, en sus dos versiones, y Emilio de Justo, tan volcánicas, verdaderas como asfixiantes fueron un soplo de autenticidad casi fuera de los tiempos de las que recargan afición. La corrida de rejones nos llevó a otro sitio, a otros códigos. Rui Fernandes abrió plaza y se topó también con la frialdad que ese puesto conlleva. El toro tuvo nobleza y sus complicaciones. Resolvió con oficio el jinete en una faena correcta, con armonía y elegancia en los encuentros. Mató a la primera y escuchó una ovación.

También estuvo muy acertado con el acero de muerte en el cuarto. Se le pidió el trofeo, aunque no fue concedido. La faena fue muy trabajada, porque el toro muy desentendido, así lo exigía. Estuvo a la altura Rui de las circunstancias y de una plaza como esta.

Diego Ventura trasladó la emoción a los tendidos al dejarse llegar mucho al toro, el segundo de la tarde. Un emocionante animal con codicia, con el que protagonizó encuentros explosivos y mantuvo interés durante toda la lidia. Era una tarde importante, puesto que regresaba a Sevilla desde 2019, su plaza. Con “Bronce” llegaron los momentos más potentes. Sin la cabezada el control y la doma fue apabullante una vez más. Lástima que la suerte suprema se le complicara ante un toro, que tuvo mucha movilidad, pero no siempre le puso la lidia fácil.

Deslumbró de nuevo Ventura es los galopes a dos pistas y más todavía cuando se ajustaba tanto metiéndose por dentro con el quinto. Riesgo, emoción y explosión en los adornos a un toro con movilidad, pero muchos matices. Grande Ventura que contó con el acero a la contra. Esta vez tuvo tino, pero el toro no cayó y se enfrió todo.

Guillermo Hermoso de Mendoza cortó la primera oreja de la tarde. Expuso y estuvo centrado con el tercero, que fue buen toro. Reunido en los encuentros, ajustado. Apostó por las distancias y eso hizo que la gente se metiera en la faena desde el principio. Le funcionó la cabeza y el corazón. El rejón de muerte fue efectivo y logró inaugurar el contador de trofeos.

Y lo dio todo con el sexto en una faena de menos a más para lograr lo más espectacular con «Justiciero» ante un toro con peligro. El rejón fulminante le abrió de par en par la Puerta del Príncipe. Casi nada.

Por Toromedia. Guillermo Hermoso de Mendoza, tres orejas y Puerta del Príncipe

El rejoneador portugués Rui Fernandes paró al primero de la tarde montando a Bala, doblándose muy bien y templando. En banderillas comenzó con Mistral clavando tres palos batiendo bien y adornándose con piruetas. Faena a más que completó con el caballo Artista poniendo dos palos más y con las rosas sobre Iceberg, con el toro muy parado ya. Mató de rejón certero y hubo petición de oreja. Finalmente fue ovacionado.

El cuarto se partió un pitón por la cepa al rematar en un burladero y tuvo que salir el sobrero, que manseó de salida y se comportó como un animal completamente rajado en tablas. Esto dificultó la labor del caballero portugués, que tuvo que hacerlo todo. Destacó con el caballo H-Quiebro con el que puso dos buenas banderillas. Se adornó con rosas y mató de manera fulminante, por lo que se le pidió una oreja que no fue concedida.

Diego Ventura paró al segundo de la tarde con Campina y clavó un solo rejón de castigo por estar el toro medido de fuerza. En banderillas comenzó con Nazarí y templó muy bien en galopadas de costado llevando al toro cosido al caballo. Puso dos banderillas yendo de frente con mucha verdad. Con Bronce citó más en corto en el primer palo y quitó el cabezal al caballo en el segundo, adornándose con bocados del caballo al toro después de clavar. Terminó con cortas al violín y a dos manos con Guadiana, cerrando una faena de triunfo grande, pero pinchó reiteradamente y se quedó sin premio.

El quinto también tendió a buscar tablas pero Ventura lo enceló bien de salida con Joselito y en banderillas con Fabuloso, con el que clavó con ajuste y templó de costado, metiéndose por los adentros sin apenas espacio. Ventura manejó bien los terrenos y puso tres palos excelentes. El toro de vino abajo y esto condicionó el final de faena, pero Ventura supo sobreponerse con Lio citando hacia los adentros pisando un terreno muy difícil. De nuevo terminó con cortas al violín y esta vez sí mató al primer intento. Con todo, el toro tardó mucho en caer y esta circunstancia enfrió los ánimos. Tuvo que descabellar y perdió posibles trofeos.

En el tercero, Guillermo Hermoso de Mendoza clavó un solo rejón de castigo montando a Martincho yendo muy de frente. A continuación sacó a Ecuador quebrando de forma muy ajustada en dos banderillas. Con Ilusión enceló muy bien al toro de San Pelayo y puso dos palos muy reunidos. En el último tercio montó a Esencial para adornarse con rosas antes de matar de rejón, logrando la primera oreja de la tarde.

También se tuvo que emplear el joven Hermoso de Mendoza con Jíbaro ante un sexto toro rajadito de salida. Se metió en tablas el de Capea y Guillermo estuvo muy por encima en todo momento, sobresaliendo con Berlín y sobreponiéndose a la limitación que marcaba el toro. Puso cortas con Malvec y un soberbio par a dos manos, todo ello por los adentros, terreno que marcaba el toro. Mató de rejón fulminante y le fueron concedidas dos orejas que le abrieron por tercera vez la Puerta del Príncipe en su incipiente carrera.

Fotografía: Arjona/Toromedia.

23_abril_23_sevilla.txt · Última modificación: 2023/04/24 10:36 por Editor