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Real Maestranza de Sevilla

Jueves, 29 de junio de 2017

Novillada con picadores

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Partido de Resina bien presentados, de escaso juego el mas potable el 1º.

Novilleros:

Ángel Jiménez: de coral y oro. Vuelta tras petición después de aviso y silencio tras dos avisos.

David Martín: de rosa palo y oro. Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.

Antonio Medina: de sangre de toro y oro. Ovación y silencio.

Banderillero que saludó: David Sevilla

Presidente: Gabriel Fernández Rey

Tiempo: agradable

Entrada: alrededor de media plaza

Galería de imágenes: https://plazadetorosdelamaestranza.com/angel-jimenez-da-una-vuelta-al-ruedo-la-septima-novillada/

Video: https://vimeo.com/223739576

Crónicas de la prensa: en breve

Cambio de tercio

Por Antonio de los Reyes Los de Partido de Resina sin juego ni fondo

La Maestranza presentó casi los tres cuartos de entrada, no fue una de las mejores nocturnas en cuanto a emoción y ver torear, acabó aburriendo, los novillos de Partido de Resina fueron complicados y de escaso juego, lo mejor se lo llevó Ángel Jiménez con su primero, muy dispuesto desde el principio se fue a portagayola luego con la muleta templó la embestida algo sosa y desentendida, lo entendió bien y le pegó dos buenas series de naturales que hicieron sonar la música, la faena llegó al tendido tanto así que después de una buena estocada y tras escuchar un aviso debido a que el animal tardó demasiado en caer hubo una petición mayoritaria de oreja que finalmente no fue concebida por Gabriel Fernández, la vuelta al ruedo le sabría a gloría después de ver que con su segundo no tuvo opción alguna, el novillero estuvo por encima, muy dispuesto, con la espada no estuvo acertado y con el descabello aún menos. David Martín se fue de vacío no pudiendo demostrar nada, con su primero se fue decidido a la puerta de chiqueros y luego no llegó a entender el comportamiento complicado del animal que le hacía hilo y se le pegaba demasiado, el quinto manso y de embestida descompuesta era imposible sacarle algo bueno, David por ambos pitones lo probó sin más y el de Partido de Resina acabó rajado en tablas. Sin celo el tercero en suerte para Antonio Medina que poco pudo lucirse con el capote, sí dejó algunos muletazos sueltos por ambos pitones, el último novillo el mas serio y pesado de la noche se quedaba corto en la muleta, fue dificultoso y le propinó un golpe seco con la pala del pitón en un pase de pecho, Antonio lo puso todo sin recompensa.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Naufragio incompleto de los antiguos ‘pablorromeros’

Embestir, lo que se dice embestir sólo embistió uno. Y fue, mire usted por dónde, el único toro guapo que evocó en hechuras, pelo y comportamiento a los mejores ancestros de esta ganadería legendaria que sigue sumida en una interminable crisis de rendimiento, pero también de identidad. Hablaremos de todo ello con más detenimiento en el análisis que publicaremos en la edición de mañana de papel. Trateremos de desentrañar entonces las auténticas claves de este festejo que ha cerrado con más pena que gloria el serial de novilladas picadas incluidas en el abono.

El caso es que ese único ejemplar auténticamente potable fue a parar a manos de un novillero ecijano, Ángel Jiménez, que ha resucitado a la profesión de la mano de Enrique Peña y José Luis Moreno. El chaval venía de cortar una oreja en Madrid y no desperdició la oportunidad de sortear ese torete al que enjaretó una faena de corte artista, basada en la mano izquierda, a la que le faltó cierto calor del público en ciertos momentos puntuales. Jiménez torea con un original codilleo e imprime sentimiento a todo lo que hace. No se prodigó demasiado por el lado diestro aunque sí cuajó una serie espatarrada, magníficamente rematada, antes de volver por el otro palo para abrochar su labor a pies juntos. A la espada le faltó efectividad pero la larga agonía del animal no fue inconveniente para que el público sacara los pañuelos. Pero el palco, una vez más, se enrocó. La oreja le habría venido como agua de mayo… Pero Jiménez no se arredró con el cuarto. La faena pudo tener menos brillo estético pero no menos importancia. Hubo entrega, capacidad y hasta apuesta para ganar la partida a ese áspero y duro ejemplar aunque, vaya por Dios, la espada se atascó sin remedio.

Queda poco que contar de una novillada en la que el bocado más amargo fue a parar a manos de David Martín, el novillero de Castiblanco de los Arroyos –nieto del gran varilarguero Paco Martín- que habría merecido verse incluido en otro festejo de mayores garantías. La verdad es que David se llevó dos auténticos regalitos que habrían hecho pasar un calvario a cualquier otro. El manso segundo, orientado y tobillero, no tuvo un pase y tampoco le puso las cosas fáciles con la espada. Martín, a pesar de todo, tampoco volvió la cara con el quinto, que fue otro bocado indigesto al que costó un mundo echar abajo mientras rozaba un tercer aviso que no llegó..

El pacense Antonio Medina, ganador del ciclo de promoción del pasado año en esta misma plaza, enseñó tablas, recursos y capacidad de resolución con un espeso tercero al que acabó metiendo en la muleta. Con el sexto, que se revolvía en un palmo de terreno, pasó más tiempo del que merecía delante. Los tres habrían merecido una auténtica oportunidad en Sevilla. Las novilladas de abono de la temporada 2017 merecen una detenida reflexión. La publicaremos el próximo domingo en El Correo de papel.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Partido de Resina, fachada sin fondo

La noche se presentó ventosa y fresca. La experiencia de estas novilladas de junio en horario nocturno ha sido positiva. Con el atractivo de la novillada de Partido de Resina, lo de Pablo Romero de toda la vida, la Maestranza se cubrió con una buena entrada que rozó los tres cuartos. Luego, con el desarrollo del festejo, se comprobó que es una lástima que la novillada resultada aburrida, a ratos soporífera, porque así no de captan adeptos taurinos para el futuro.

La novillada de Partido de Resina fue una corrida de toros de plaza de segunda, preciosa en el tipo de la casa, aplaudidos de salida y, la mayoría, pitados en el arrastre. Es decir, que la fachada ganó al contenido. La esperanza del buen novillo primero se truncó con el resto de los utreros. Algunos fueron mansos, otros nunca humillaron, el que fue bravo en el caballo, el cuarto, acabó con la cara por las nubes. Para completar el cuadro, el quinto y el sexto exhibieron problemas mayores. Todo ello para una terna joven, no muy experta, que se estrelló contra una novillada casi imposible.

El novillo bueno de la noche salió pronto, el primero. El astigitano Ángel Jiménez, revitalizado en Madrid, se fue a portagayola para presentar sus credenciales. Jiménez tiene un claro concepto artístico del toreo, de forma que sabe componer bien la figura. Es una lástima que su faena pecara de falta de apreturas y de citar mucho al hilo del pitón, pero los naturales tuvieron empaque y hondura, logró ligar los muletazos y los remates de pecho despertaron clamor en el tendido. Faena de premio, a pesar de los problemas de colocación mencionados. Dejó una estocada atravesada, dejó al novillo a su aire esperando la muerte y pasó mucho tiempo. Sonó el aviso y se enfrió la plaza. El palco contó los pañuelos y no le debieron salir las cuentas.

El bravo cuarto tenía dos pitones hermosos y astifinos. A Jiménez le costó confiarse en las primeras tandas, todas con movilidad excesiva de piernas, para poder centrarse cuando el animal perdió fuelle y echó la cara al cielo. En una tanda atacó el chaval pero no fue suficiente. Como muestra de su falta de confianza llegó el mitin con la espada. Se salvó del tercer aviso por segundos.

El lote de David Martín fue poco menos que imposible. El segundo, manso y de embestidas a un metro del albero, apenas le permitió mostrar voluntad, lo que ya quedó de manifiesto en la portagayola del saludo. El quinto fue una prenda. Su belleza escondía mansedumbre en forma de coces al caballo y embestidas rebrincadas con peligro. También se eternizó con la espada y el verduguillo.

Antonio Medina tropezó con un tercero soso que se dejó en las primeras tandas y acabó arrollando. Medina muleteó con afán y mucha velocidad. Al final, el novillo le tocó los engaños con reiteración. Lo mejor, la estocada a la primera. Lo mismo ocurrió con violento y peligroso sexto, una belleza de toro ovacionado de salida, pero de viaje corto y reponedor, con el que solventó la papeleta con oficio antes de matarlo de una buena estocada.

En suma, las hechuras de las antiguas reses de Pablo Romero no se acompañaron de clase, nobleza o casta en la lidia. La esperanza del primero se evaporó pronto. La terna, inexperta, tampoco atropelló la razón para exponer en busca del triunfo. Al final soberano aburrimiento.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Destellos caros de Ángel Jiménez

La Maestranza, preciosa, fue el escenario idóneo para una noche maravillosa en lo climatológico y con escasos sobresaltos en lo artístico, en la que destacó Ángel Jiménez, con destellos caros. El ecijano dio una vuelta al ruedo tras fuerte petición de oreja en el que abrió plaza. Para los pocos aficionados toristas que quedan en Sevilla, uno de los atractivos fundamentales de esta última novillada picada del abono era el ganado, de Partido de Resina, los antiguos Pablo Romero, que bajo ese nombre lidió en Sevilla por última vez el 1 de mayo de 1994. El encierro, bien presentado, tuvo un juego dispar, destacando el primer y tercer novillos.

Ángel Jiménez, con el ejemplar que abrió plaza, encastado, noble y distraído, tras recibirlo con una arriesgada larga cambiada de rodillas frente a toriles, armó una faena notable en su conjunto, aunque con altibajos. A cuentagotas, pero fue toreo caro; lo mejor de estas novilladas con picadores. Desde unos ceñidos ayudados a media altura hasta un cierre pinturero, la obra respiró torería. Con la izquierda, además de un par de naturales con enjundia, cuajó una serie de preciosos muletazos hilvanados con un molinete y un pase de pecho. Con la diestra también hubo pasajes en los que toreó despacio. Mató de estocada casi entera. Afloró la casta del novillo, que no doblaba. Cuando lo hizo, el novillero había recibido un aviso. Pese a ello, hubo fuerte petición de oreja, que denegó el usía. El torero dio una más que merecida vuelta al ruedo.

El precioso cuarto, cárdeno, en el tipo de la casa, peleó sin fijeza en varas, cortó en banderillas y haciendo honor a su nombre, Nervioso, acometió con más nervio que bravura. Jiménez porfió hasta dar con la distancia exacta. Fue en cercanías, donde arrancó una tanda diestra muy ovacionada. Dio un mitin con los aceros.

David Martín, con un mal lote, desacertado con los aceros, no pasó de voluntarioso. Ante su primero, que se rajó pronto y acabó orientándose, hizo frente con voluntad, tras recibirlo con un larga cambiada a portagayola.

Con el incierto quinto, al que zurraron fuerte la badana, Martín se empeñó en lucirse, en lugar de machetearlo, lidiarlo y mandar en el astado.

Antonio Medina, que debutaba con picadores en esta plaza, porfión, estuvo correcto, aunque sin brillo, ante el tercero, un animal sin clase, pero con nobleza, ante el que dibujó algunos naturales con clase.

Ante el sexto, un auténtico toro en trapío, ovacionado de salida, Medina hizo un gran esfuerzo sin fruto alguno. El animal, difícil, se quedaba corto y el novillero, que lo había recibido con una larga cambiada de rodillas, se entregó en un trasteo complicado, que supo cortar a tiempo.

ABC

Por Lorena Muñoz. La zurda templada de Jiménez salva la noche

La vuelta de los pablorromeros a la Maestranza gustó a parte del público, que aplaudió de salida y en el arrastre a varios ejemplares, pero lo cierto es que la de Partido de Resina fue muy complicada y deslucida para la terna de novilleros. Solo Ángel Jiménez dio una vuelta al ruedo tras negarle el presidente, que se ganó una bronca, la oreja del primero.

El astigitano no se lo pensó para ir a chiqueros a recibir a «Gallareto», que tenía nombre de toro de triunfo. Así se llamaba el de Victorino, premiado en la Feria de Abril de 2008. El novillo de Partido de Resina, con nobleza aunque con la carita a media altura, sirvió para que el sevillano formara un lío con la zurda con naturales de exquisito trazo, en una faena de temple y gusto que comenzó por estatuarios. La estocada cayó arriba pero el astado, aplaudido en el arrastre, se resistió a doblar y el novillero a coger el descabello.

En el cuarto, un precioso astado aplaudido de salida que se empleó en el caballo y apretó en banderillas pero difícil en el tercio final. Jiménez estuvo dispuesto y dejó detalles de su concepto al natural antes del mitin con el descabello.

A portagayola también se fue David Martín para recibir al manso segundo que exigió mucha firmeza dado que fue siempre a su aire en la muleta y acabó poniéndose peligroso. El sevillano pasó apuros con la espada y fue silenciado. Se repitió la historia en el quinto que manseó de salida, recibió castigo en varas pero sacó casta en la muleta y pidió el carnet de matador. Martín, con tres festejos el año pasado, lo intentó tras el brindis y pasó otro mal rato con el verduguillo.

Antonio Medina, que se presentaba en la Maestranza como triunfador de promoción, estuvo dispuesto con el tercero. Brindó al público una labor de largo metraje en la que hubo naturales estimables pero que no llegó a tomar vuelo. Asomaron algunos pañuelos y saludó la ovación. Otra gran ovación se llevó el sexto al salir al ruedo, un torito al que saludó con una larga de rodillas y se lució con el capote. Poco historia en la faena que refrendó con una buena estocada.

29_junio_17_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:08 (editor externo)