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Diputado español, impulsor de la declaración de los toros como bien de interés cultural

Muere Juan Manuel Albendea, ex diputado del PP y gran defensor de la tauromaquia. El Mundo, 2/01/2022. Por Chema Rodríguez. En 2016, con 78 años de edad, se retiró de toda una vida dedicada a la política, una de sus grandes pasiones. La otra fue la tauromaquia, a cuya defensa y promoción se dedicó incluso desde el escaño que ocupó durante varias legislaturas en el Congreso de los Diputados. Juan Manuel Albendea, fallecido este domingo a los 84 años de edad, fue uno de los nombres propios del PP de Sevilla y un referente para quienes compartían su afición por la fiesta nacional.

Fue diputado en el Congreso durante cinco legislaturas, tres con el PP en el Gobierno y dos en la oposición, como él mismo recordó en su despedida de la Cámara Baja en septiembre de 2015. Aunque su trayectoria política empezó antes y la primera vez que se sentó en un escaño fue en el Parlamento andaluz.

“En política, yo se lo debo todo a Javier Arenas, aunque ahora está de moda meterse con él”, dijo Albendea en una de sus ultimas entrevistas, en el Diario de Sevilla, en una demostración de lealtad para quien dio el impulso definitivo a su carrera.

Porque su primera incursión en la política, en el año 1992, no la hizo con el PP, sino con el andalucismo de Alejandro Rojas Marcos y Pedro Pacheco, una fugaz experiencia tras la que fue fichado por Arenas para formar parte de su proyecto en el PP andaluz. A partir de ahí, siempre estuvieron ligados y defendió siempre al ex ministro, incluso cuando arreciaban las críticas contra él hasta dentro de su propio partido.

Antes de eso, se dedicó a la actividad privada y, en concreto, al sector de la banca, donde llegó a ocupar cargos de gran responsabilidad como director regional del Banco de Bilbao en Andalucía. “Había que mantener a los hijos”; se justificaba en aquella entrevista.

Por eso, cuando crecieron y se hicieron mayores, Albendea dio el paso y se lanzó a la política.

Su vocación por la cosa pública la compatibilizó siempre con su otra gran pasión, los toros, que defendió a capa y espada y siempre en primera línea. Como diputado, fue uno de los impulsores de que se protegiese como bien de interés cultural y, además, fue uno de los pilares de la Fundación de Estudios Taurinos.

Asimismo, fue crítico taurino en diferentes medios de comunicación y en su última etapa escribió en las páginas de EL MUNDO de Andalucía con el seudónimo Gonzalo de Argote.

Licenciado en Derecho fue, asimismo, presidente del Consejo Social de la Universidad de Sevilla y vocal en el consejo de administración de la Radio Televisión de Andalucía. En septiembre de 2016, un año después de despedirse de la política activa, recibió de manos de la ministra Fátima Báñez la Medalla al Mérito del Trabajo.

Estaba casado con María Solís Muñoz-Seca y tuvo ocho hijos.

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