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¡Esta es una revisión vieja del documento!


Lima Temporada 2021

Plaza La Esperanza, a 30 km de la capital

Sábado 20 de noviembre. Toros de El Vellosino (1º y 6º), Paiján (2º y 5º) y Santa Rosa de Lima, para Juan Serrano “Finito de Córdoba”, ovación, silencio y vuelta, y Andrés Roca Rey, dos orejas, oreja y oreja, mano a mano.

La Esperanza: Roca Rey triunfa, Fino lo borda

Como dice aquella canción… en mi alma llevo La Esperanza.

Por Magaly Zapata

Y no fui sólo yo, fue la gente que acudió y los toreros del mano a mano y los ganaderos, por qué no. La Esperanza en vivir la ilusión de aquella música callada del toreo; o de aquella efervescencia del ciclón limeño. Esperanza en ver un toro bueno embestir y ser materia prima de un ‘capolavoro’, de aquella obra que se siente en cada golpe de cincel, o en cada ¡ay! de entrega. Hubo de todo y lo más importante, la gente de los de pellizco y los partidarios de la entrega valiente y descomunal, todos salimos con la íntima alegría de haber vivido, disfrutado y sentido hervir sangre por nuestras venas, pensamientos en conmoción que dijo Bergamín que era el toreo cuando nace desde el alma rota.

Si la plaza de toros La Esperanza, que a partir de hoy así la llamaré ‘de la Esperanza’, había empezado a vestir de largo desde esta reactivación 2021 en agosto último, con los fundamentos requeridos y que con empeño su propietario Tito Fernández nos regaló a los aficionados esa bocanada de aire fresco para revivirnos cuál ave fénix del fuego pandémico que nos consume, hoy (o ayer por motivo de horario del escrito publicado), cogió ese poso del sedimento de los caldos con añada que valen en un buen vino. Y fue por la presencia del peruano, figura mundial del toreo en sazón que hizo el paseíllo y porque tuvo en compañía a quien hoy mejor que nadie ostenta vitola de artista único del toreo clásico, en formas y en fondo, y que lo coloca en la cima de la pureza y ortodoxia del toreo cuando transita sus 30. Y que afortunada ha sido Lima, aunque sin ser en el Acho, lo hayamos podido ver, sentir y disfrutar.

Finito de Córdoba fue desgajando su arte en cada uno de su lote del mano a mano con Andrés Roca Rey, y lo conjuntó en el gran toro de Paiján que hizo quinto, noble que se entregó por abajo y con ritmo, fue esa faena el compendio de artes que tiene el toreo, de danza, de pintura, de música callada pero sobre todo de escultura. Y es que cada trazo, cada movimiento, por la composición y la reunión entre toro y torero, era como estar observando extasiados una marmórea creación impresionista de Rodin, al reflejar con naturaleza la natural esencia del toreo eterno. Tanto como las pétreas pero vivas fuerzas dramáticas por desgarradas que Benlliure imprimió en su creación del arte de lidiar. Cuando el arte se sublima los despojos auriculares salen sobrando. Aunque bien pudo El Fino haberse llevado hasta 4 de no fallar con el acero y la cruceta.

Por contar, fueron las que si cargó en espuertas Roca Rey, avasallador en su repertorio y a quien sus fieles y devotos esperaban con ansias volver a verlo en alguna arena de nuestra tierra y quiso que sea en la de la Esperanza. Hizo y deshizo como quiso. Poderío y valor descomunal para someter y arrimarse y para con ello encender la flama de la pasión por quien enhebra pasamanería de lujo. Variados en quites y en trazos de muleta, hincado o en pie, cambiando por detrás el viaje de bureles o pasmándoselos por la faja o bien poniendo sus muslos por muleta hasta el mismo hocico del Bravo para domeñar, para someter y luego crear y encender pasiones.

En el toreo todo vale porque válido es lo que se siente y ello es porque quien ejecuta lo vive y trasciende. Y así la tarde nos condujo con sus matices entre la orfebrería y pasamanería. Entre quien triunfó a golpe cantado y quien en su trayectoria de 30 se ha mantenido por su esencia. Ya lo dije. Todo vale. Mejor aficionado es a quien más toreros le caben en la cabeza. Pero en suma fue el duende en estado de gracia tanto como la precocidad genial, lo que el público de la plaza de la Esperanza disfrutó, que llegó filtrado en sus esencias desde los habituales del Rímac hasta Lurín.

La corrida se dejó en los tres hierros que se lidiaron, la española Vellosino con poco fondo de casta; y las peruanas Santa Rosa de Lima y Paiján que una vez más salió triunfadora.

Toro a Toro…

Carmelo de El Vellosino para Finito, verónicas desgranadas porque sale suelto el Carmelo. Vara breve de Cárdenas. Tardo y soso lo hizo todo el diestro que dejó detalles de brillo y sabores de vino de añada en su estar en su andar en la colocación y el embarcar aunque le costaba salir de la muleta al Vellosino. Saludó una gran ovación por pinchar.

Señorial fue el segundo de Paiján para Roca Rey. Nada en el recibo de capa que cierra a una mano. Buena vara de Yaco. Inicio de rodillas y con cambiado por la espalda y al abrochar con la zurda es arrollado sin consecuencias . Viene largo pero no sale de la muleta series cortas en los medios. Con la zurda lo busca por abajo. Explotan los tendidos en los circulates invertidos enroscados al fajín. Entera caída. Dos orejas.

Presumido de Santa Rosa de Lima para Fino. Sale suelto en dos verónicas robadas y se le cuela. Vara potente de Cárdenas. El astado galopa y es pronto. Pero va distraído y topando sin ritmo. Iba descompuesto. Quería pelea y le puso temple y mando por abajo y estructura faena de gusto y finura pero firme a la vez valiéndose de la inercia del burel, la faena en un palmo. Dos entradas al despacho y descabellos con dos avisos.

Botijero de la Santa limeña para Roca Rey. Se lo piensa. Espera en banderillas. No regalaba nada el toro. Lo metió en canasto con los vuelos y esfuerzo poca ligazón y se iba a tablas. Mediada faena optó por dejársela puesta y ligó y encendió los tendidos. Sale desentendido y se va a tablas ahí la tanda es sin ayuda del estoque simulado. El público en pie. Espada caída de rápido efecto. Oreja.

De Paiján es el quinto de nombre Republicano. Fino tiene un gran toro que entendió y tuvo el arte en el corazón y las yemas para esculpir obras maestras en cada muletazo. Componiendo. Reuniendo. Embarcando. Vaciando. Echando siempre los vuelos de su muleta y mucho saber y sabor torero. Marra con la espada pero ahí quedó eso. Obra de arte y orfebrería cordobesa en La Esperanza. Clamorosa vuelta al ruedo. Y también al toro. Brindó a su compañero Roca Rey.

Joyero de Vellosino al cierre para Roca Rey. Gran tercio de Dennis Castillo que saluda. Se dejó y lo toreó acompasado y por abajo tras la espada cortó otra oreja. Y salió a hombros.


Domingo 14 de noviembre. Toros de Santa Rosa de Lima para Juan Carlos Cubas silencio en su lote, José Garrido oreja y oreja y Román ovación y oreja.

La garra de Garrido encendió la tarde en La Esperanza

Por Magaly Zapata

Garra por decir tesón es lo que le sirvió a José Garrido para porfiar y porfiar en su lote de la corrida realizada en La Esperanza ayer y de la que terminó como triunfador con puerta grande, con una oreja de cada uno de su lote, de un encierro de Santa Rosa de Lima que tuvo importancia pero no mucha transmisión, salvo el que hizo segundo. Román Collado tocó pelo en su primero y Cubas se fue de vacío por un lote que no le dio opciones.

El primero fue tripulante de SANTA ROSA DE LIMA como toda la corrida. Fue para Cubas. Flojo de remos y corto recorrido. Cubas aprovecha su inercia y trastea a media altura. Bueno el inicio capotera a la Verónica que fue muy jaleado. Espada en los blandos. Silencio.

Artillero de la casa rosada para Román. Verónicas a los medios y buena vara de Yaco II. Un buen toro aplaudido al salir que dejó estar y torear, aprovechó el torero su inicio en largo y la inercia y metió al Pubkico en faena. En los medios trasteos con gusto y variedad y la espada cayó abajo, petición tan inaceptable como la oreja. Palmas en el arrastre.

Tercero. Solera de la santa limeña también para Garrido. Un toro que iba tardo y gazapón aún cuando era más largo por el izquierdo apostó a fajarse por el otro más brusco y corto Se arrimón con fundamentos y construyó faena de mucho empeño y torería. Media en el hoyo que bastó. Petición y un errático palco demoró en conceder. Oreja.

Jareño fue el cuarto. Frío el público con el nacional. No hubo historia con el capote se iba suelto. Buena vara de De la Barra. Se encela en el peto. En muleta echó pronto la persiana y el torero se justificó en su empeño. Pincha arriba. Silencio.

El quinto fue Soberano que no colaboró demasiado demasiado. Tardo y despártanlo la vista, distraído salía mirando tendidos pero resolvió y lo metió en muleta. Importante las dos series iniciales que bajó la mano, templó y toreó despacio. Así lo convenció de entrar a la tela. Breve con la zurda pincha y entera. Descabello. Saluda ovación

Azahar fue el cierra tarde para Garrido. Feo de hechuras. Muy alto y ancho de sien. Toro esaborio. Deslucido. Desentendido. Empeño y tesón con la luna ya en su barrera. Faena larga que fue seguida con gusto del público que aplaudió y jaleó a pesar del juego insípido del toro. Se conectaron. Estoconazo y oreja.


Sábado 13 de noviembre. Toros de El Vellosino, Paiján, 2º indultado y Santa Rosa de Lima, para Juan Ortega silencio, silencio y oreja y Joaquín Galdós, dos orejas simbolicas, oreja, silencio, mano a mano.

Galdós siembra triunfo grande en La Esperanza

Por Magaly Zapata

Hoy se cumplió la primera de cuatro tardes de Feria Juntos por el Perú taurino en su fase de reactivación formal 2021 con el triunfo del peruano Joaquín Galdós que cortó dos simbólicas y otra más a su lote en el mano a mano con el nuevo en plaza y país Juan Ortega que una se llevó del último del suyo.

Se le esperaba y mucho a Ortega en Lima. Los buenos aficionados que en pandemia han seguido su temporada a través de la televisión entendían hacia dónde va su gusto en el toreo y fue recibido así de arropado desde el largo trayecto que a pie recorren los diestros entre la gente que pulula por los amplios jardines en derredor del coqueto coso. Demoró en llegar detenido por los selfies para el recuerdo. Si parecía que el bullicioso patio de Sol en Acho se hubiera multiplicado…. Y los oles que jalearon en su primera faena en la que destacó con su saludo por verónicas hasta los medios y luego en los destellos de su suavidad y pellizco en trazos aislados con la muleta así lo demostraron. La faena tuvo altibajos por perder pasos entre muletazos. Pincha arriba tras larga faena. Ese primero de Santa Rosa de Lima fue terciado y cómodo de cabeza, se empleaba con justa fuerza. Silencio

Nacional de Paiján fue el indultado en turno de Galdós. Petición del ganadero que no tuvo correlato unánime en graderías por lo que, como es habitual, el perdón de la muerte fue polémico. Pero lo que no dejó dudas fue la dimensión de capacidad torera que del limeño que pone la técnica al servicio de su arte. Sin duda el paijanero fue un toro importante, profundo y largo por el derecho, con calidad, que Joaquín supo exprimir exigiendo por abajo en larga faena. Colocación, firmeza, temple, poderío y raza.

Saleroso de Vellosino fue el tercero para Juan Ortega. Iba algo sosito pero se empleaba. Iba pensando que no le entendía la distancia, que lo atacaba en corto y fue que mediada la faena vino en largo galope y es ahí que se vio su humillación y la inercia con la esta vez si puedo construir y ligar la mejor serie de su tarde en los medios, quieto, sin perder pasos como en el resto , esculpió el toreo en una tanda y otro de pecho rompiéndose al cierre de faena. Estocada arriba pero de trayecto contrario, descabello. Silencio. Y fue con un noble y enclasado de Paiján que hizo quinto que Ortega consiguió no irse de vacío. Cortó trofeo por enjaretarse con suaves y sutiles toques que hacen una ejecución de pitiminí.

Tras el tempranero indulto que dejó erráticos a los parroquianos, unos pegaban bocinazos discordantes que acalllaban a quienes sentían la buena labor y dejando percibir momentos de frialdad a la hora de la petición de trofeos.

Eso no amilanó a Galdós que si algo ha superado en esta pandemia es el no afligirse ante obstáculos y eso tiene nombre: Madurez. Está entrando ya en esa etapa que el contra te hace venirte arriba, con seguridad en la capacidad resolutiva de su cabeza y su muleta, empaquetado en ideas claras y corazón caliente para sentir y hacerlo trascender a los tendidos que vibraron con las faenas del cuarto y sexto.

Palomo de El Vellosino fue el cuarto de Galdos. Bonitas hechuras, bajito y armónico. Buen toro y muy profundo por el derecho que exprimió en hondura y bravura girando en un palmo de terreno en los medios, siempre dejándola delante para ganarle la iniciativa y que siga y siga embistiendo, tanto y tan bien que llegó a torear con más de media muleta arrastrándola por la arena. Recibió ovación de pie en muchos pasajes de la faena. Espadazo y oreja.

El último no fue fácil. Salía desentendido, era deslucido, topaba y la cosa se decantó en un toma y daca. Había que poderle y le pudo. Lo sometió y lo sujetó tanto que intentaba irse el toro a tablas. Siempre atacando el torero y es cuando el público aplaudía en pie. Tremenda emoción se ha vivido con Galdós en este toro. Enrabietándose ligó dos series que pusieron en pie la plaza. La estocada no ayudó pero el triunfo Ya lo tenía asegurado y por la puerta grande si fue.

Se lidiaron astados de Paiján, Santa Rosa de Lima y El Vellosino. Y del mano a mano nos quedan dos cosas claras. Que Juan Ortega no terminó de entenderse con su lote y que Galdós, estuvo muy por encima del suyo

Domingo 14 de noviembre. Toros de Santa Rosa de Lima para Juan Carlos Cubas, José Garrido y Román.

Sábado 20 de noviembre. Toros de El Vellosino, Paiján y Santa Rosa de Lima, para Juan Serrano “Finito de Córdoba” y Andrés Roca Rey, mano a mano.

Domingo 21 de noviembre. Festival. Novillos de Paiján, Santa Rosa de Lima y Los Azahares, para Juan Serrano “Finito de Córdoba”, José Garrido, Román, Andrés Roca Rey, Joaquín Galdós, Samuel Calderón y el becerrista Marco Pérez.

LA ESPERANZA: La fiesta fue por Camponuevo y sus primeros 40

Por Magaly Zapata

La de hoy fue una tarde en la que se celebró los 40 años de la ganadería Camponuevo, propiedad del matador don Rafael Puga que con empeño y esmero cría toros de lidia, labor que a día de hoy comparte con su hija Marisol. Para ellos y la familia el agradecimiento como aficionada. No es fácil dedicar alma, corazón y vida al toro, un hermoso animal que puede darte tanto de cal como de arena; tanto de grandeza como de pesar. Y para ello aquí dejo reseñado el que para mi fue el mejor toro de la corrida, el sexto, y al que algunos sensibles a la calidad y bravura despidieron con ovación en pie pero que no recibió premio como era menester, un arrastre lento en vuelta al ruedo, su nombre ‘tapabocas’, un dije por sus hechuras, corto de manos, descolgado, bonita y armónica cornamenta y así fue como embistió en la muleta de Alfonso de Lima. Un encierro en sus dos hierros en el que al menos 4 debieron irse desorejados.

Una foto vale más que mil palabras, dicen. Pero en toros no siempre es así. La foto final aupó un triunfador numérico de la tarde que para el sentir de muchos puede que no refleje lo que se vio y percibió en el redondel de arena hoy en la plaza de toros La Esperanza en Lurín. Y mucho de ello patrocinado por decisiones del palco presidencial en la concesión de trofeos y por dar paso a un toro de regalo. Quizás no haya reglamento que lo precise pero esa licencia rompe con el equilibrio de fuerzas sabiamente delimitadas dentro del rito, como el enlotado, el sorteo y en ello el azar que otorga a cada quien lo suyo. Eso y nada más.

Dicho esto se me antoja empezar por lo fanagoso y eso nos sitúa en el palco de Usía, otorga trofeo con división en el quinto y ello obliga al segundo de terna, el español Emilio Serna, a pasar el mal trago de recibir pitos y oreja y tener que dejarla para recibir aplausos en la vuelta. Y esa moda que denota indecisión, ese mete y saca pañuelo velozmente como no queriendo hacerse cargo de una decisión. Incomprensible. Esta plaza hay que cuidarla para que gane fama y categoría.

A este punto es menester señalar que en su primero la faena tuvo su momento de miedo ante el revolcón que sufrió el diestro por iniciar trasteo por el pitón donde el toro se vencía. Y lamentablemente tras el susto y el esfuerzo sobrevino el disgusto de no firmar la faena. Y en el regalado, iba bien aún con la debilidad del astado pero enterró pitones y el costalazo lo perjudicó. Metía bien la cara. Aguantó faena larga. Espada entera pero desprendida. Leve petición y oreja. 1 y 1 abren puerta grande… pero de menor calado por el desaguisado relatado.

Espada entera te dije antes y eso es un oasis en tarde de pinchazos que se llevaron grandes triunfos. Porque esa puerta grande debió ser compartida si la tizona en la suprema suerte hubiera funcionado parejo y bien. Cristóbal Pardo podría haber cortado 1 y 2 y sí que se llevó el lote; y Alfonso de Lima hasta las 4 a los suyos.

El colombiano Pardo abrió plaza. El primero lo dejó estar y pudo torear a gusto con temple, tuvo clase aunque justas las fuerzas iba para trofeo y pinchó. Con el cuarto, más alto de cruz, tuvo un pitón izquierdo de calidad y aunque no sustentó en él su faena que bien pudo, si nos regaló naturales como gotas cristalinas. Y otra vez cuando la cosa pintaba trofeos, pinchó.

Y que decir de Alfonso. Ha reaparecido en sazón de madurez, con gusto para torear. Algo nos dejó avizorar en aquel festival de la reactivación; lo confirmó con dos correosos el 17 en Cieneguilla y metió dos toros en el canasto, dos. Con firmeza y convicción, los toreó como buenos desde el capote que ahora despliega con sensibilidad y gusto para mecerlo y detener el tiempo. Hoy lo vimos mejor si cabe, torear así con el capote es privilegio de pocos. Su expresión en la arena también con la muleta es como paladear un buen vino de solera, el que asentó sus esencias con el paso del tiempo. No lucha, invita, comparte con el toro para crear. Así toreó hoy a los dos de su lote. Con tiempos, con pausas, con colocación, con los vuelos, con sutileza y con mando. Dice que ya no le queda mucho en esto… pero lo consiguió. Hoy es un torero con solera.

Y aquí quiero partir una lanza por el público y la emotiva vuelta que regaló a su torero en el primero de su lote. En pie con ovación de corazón. Ver su lento andar y mirar la reacción del tendido, como se entregaba en cariñoso aplauso me emocionó. No sé porqué tengo la sensación que Alfonso ha calado en el gusto de la afición ‘de La Esperanza’ y se ha reencontrado con la de Acho, desde aquel indulto a Vencedor 2012. Un torero que se ha crecido y ha madurado en pandemia. Ha ganado en expresión y sentimiento y eso llega y trasciende al tendido. Gusta y se gusta. Y esas son las mieles que le vimos disfrutar en cada una de sus dos vueltas al anillo. Para eso, señor, no es necesario tocar pelo, porque el anaquel personal del buen aficionado lo atesorará.

Sabrá usted disculpar el desorden de esta crónica y es porque no está sujeta sino a sensaciones y pareceres, que en ello están las esencias del toreo.

Ir a una corrida de toros es renovar un acto de fe. Peregrinar a La Esperanza es un viajar con la ilusión de disfrutar de la belleza, del color, del arte, de la danza, de la música en un escenario que cada día más, se asienta en la calidez que una casa de toros te da, cuando se cuida con esmero y cariño.

FICHA.- Lurín (Lima), Plaza de toros La Esperanza Domingo 24 de octubre 2021, 7 Toros de Camponuevo en celebración de los 40 años de la ganadería. Bien presentados que con matices y exigencias como corresponde al toro de lidia dieron opciones. Cristóbal Pardo de Colombia, saludos y vuelta; Emilio Serna de España, oreja protestada que no paseó y otra en el toro regalado. Salió a hombros. Y Alfonso de Lima, apoteósica vuelta y otra más en el sexto.


Lima inauguró nuevo destino taurino capitalino y con la puerta grande de Alfonso de Lima

Por Magaly Zapata

Al Este de la capital peruana se encuentra el distrito de Cieneguilla y el domingo 17 de octubre se inauguró como un nuevo destino taurino en Lima Metrpolitana el condominio de tradiciones LAS TUNAS porque se realizó la primera de una temporada de cuatro tardes que se extenderá hasta noviembre en lo que vendría a ser un abrebocas en portátil de lo que será el gran evento taurino 2022 cuando Andrés Roca Rey haga el paseíllo en esa casa, donde se construye la plaza de toros monumental que lleva su nombre.

La del 17 ha sido la corrida que inauguró pues el distrito de Cieneguilla como un nuevo punto taurino para los limeños y que se saldó con el triunfo de Alfonso de Lima que cortó trofeos en el cierra plaza, otra fue para Juan Carlos Cubas en el cuarto y hasta tres se pudo haber llevado el español Paco Ramos de su lote que tuvo el mejor de la corrida el quinto, un noble de San Simón que envió un encierro disparejo en presentación y algunos grandullones de feas hechuras en la primera parte de la corrida y puso la cosa complicada para la terna y que luego cambió a mejor en forma y fondo.

Sin entregarse el primero de san Simón fue para Juan Carlos Cubas, midiendo lanceó bien por verónicas y en muleta intentó faena que se vio perjudicada por la condición del astado, que venía midiendo y gazapeando. Estocada arriba. Dobla pronto. Palmas.

El segundo mejor por el derecho y por ahí se entendieron aunque brevemente, a su aire templo derechazos que animaron al público pero que cuando tomó la zocata no hubo acople por ser el menos potable lado del toro de San Simón. Pincha abajo y otra. Pierde trofeo Paco Ramos.

El tercero grandullón y mayor lo acusó. Mide y no se entrega. Buena vara de Cahuantico, en muleta tuvo corto recorrido y Alfonso de Lima planta cara de verdad desde el inicio con el capote muy dispuesto a sacar agua de pozo seco. Buena tandas en muleta incluso gustándose en alguna pero siempre con peligro de un toro incierto, distraído, que ponía varias velocidades en su inercia en un tramo y en la suprema le tapaba la salida perjudicando con los pinchazos importante faena.

El cuarto no dejó estar cómodo a cubas. Midiendo y recortando, saliendo con la cara alta. Era de muleta atrás y mano baja que consiguió intermitente y por derecha. Cuando se pegaba bonito muletazo y con mando salía mirando el cielo y así no se puede construir faena de aplauso. Quedó en ganas y esfuerzo. No baja la intensidad esta temporada. Mato con habilidad y corto oreja.

Y el quinto fue el bueno y también noble. El de San Simón se dejó y traía mejores hechuras. Más bajo de cruz y descolgado se empleó mejor por el derecho por el pitón que Paco Ramos se explayó con temple. Varios derechazos surgieron con profundidad y gusto, extendiendo el brazo para no escatimar en el lucimiento del astado. Lamentablemente pinchó y tendida. Podría haber sido de trofeos de meter la mano a la primera.

El sexto salió con la noche y complicó la lidia. Se desplazaba y Alfonso de Lima hubo de voltear para torear con el forro amarillo y aún así era peligroso tanto que una vez lo arrolló por las sombras pero dejó tandas que encendieron a los tendidos. La espada a mitad fue fulminante y como corolario de su tarde paseó doble apéndice pedido con rotundidad por un público ávido de ver toros en vivo, de vivir una experiencia ‘full day’ que empezó hacia el mediodía con el concurso de aficionados y tres peñas participantes, de Coracora, Lima y de Canta que fue la triunfadora y pasará a la final. Las vacas fueron de la ganaderia Rubio Reeves y se movieron, buena la primera que permitió que tres aficionadas torearan y se entregó a pesar de los derrotes secos y duros en tres burladeros. Las otras se dejaron extraer su condición con condiciones.

La banda sonora del largo día fue nutrida y variada. Sones capitalinos en la voz de los Embajadores Criollos que precedieron al Mariachi Linda Li y tras la corrida el vernacular canto de Maria de Coracora, gran artista del Sur Ayacuchano que cerró el afamado grupo Alma Bella.

Un full day con el toro por razón y motivó y que permitió el reencuentro de aficionados y amigos ante la convocatoria generosa de don Willy Herrada que con empeño abrió ya oficialmente Cieneguilla y su Condominio Las Tunas para el toreo y calendario nacional en honor al Señor de los Milagros.


Plaza La Esperanza, a 30 km de la capital

Sábado 13 de noviembre. Toros de El Vellosino, Paiján y Santa Rosa de Lima, para Juan Ortega y Joaquín Galdós, mano a mano.

Domingo 14 de noviembre. Toros de Santa Rosa de Lima para Juan Carlos Cubas, José Garrido y Román.

Sábado 20 de noviembre. Toros de El Vellosino, Paiján y Santa Rosa de Lima, para Juan Serrano “Finito de Córdoba” y Andrés Roca Rey, mano a mano.

Domingo 21 de noviembre. Festival. Novillos de Paiján, Santa Rosa de Lima y Los Azahares, para Juan Serrano “Finito de Córdoba”, José Garrido, Román, Andrés Roca Rey, Joaquín Galdós, Samuel Calderón y el becerrista Marco Pérez.

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