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PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

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Domingo, 8 de abril de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de José Luis Pereda (desiguales de presentación, descastados en general).

El Fundi. oreja y silencio tras aviso.

Juan del Álamo. Confirmaba alternativa. Silencio tras aviso y silencio.

Víctor Barrio. Tomó la alternativa. Palmas y ovación.

Incidencias: se guardó un minuto de silencio tras el paseíllo en memoria de Juan Belmonte en el 50 aniversario de su muerte.

Crónicas de la prensa: El País, La Razón, El Mundo, COPE, Marca.


EL PAÍS

Por Rosa Jiménez Cano. El Fundi, un torero cabal en Las Ventas

El que no estaba en el cartel terminó de triunfador. Las Ventas presentaba, inicialmente, un cartel atípico para el Domingo de Resurrección: Curro Díaz, torero de pinturería y sentimiento como maestro de dos ceremonias. Por un lado, la confirmación del salmantino Juan del Álamo, tan poderoso como anodino. Por otro, la alternativa, y esto sí que es extraño para ser la primera plaza del mundo, de Víctor Barrio, un novillero de gran proyección que acaba de convertirse en matador.

La mala fortuna quiso que el teórico padrino, Díaz, resultase corneado justo el día antes de hacer el paseíllo en Las Ventas. Después del Cola-cao, a las nueve y media, la empresa mandó un SMS anunciando a El Fundi como cabeza de cartel, el veterano torero de Fuenlabrada. En el mejor de los casos se enteró de la sustitución ya de madrugada… Con sus más de 20 años en el escalafón superior eso ni se notó cuando cruzó el albero, al abrirse el portón de cuadrillas, con la mano suelta, como si Madrid, la plaza más dura, fuese el patio de su casa. Al final, el veterano dio sentido a la tarde.

Pasó como con la canción de Mecano y los cuartos de Nochevieja, que el primero era el tercero, el tercero, segundo, y al sexto lo estoqueó el primero. Así que hasta el tercero no hubo toreo del bueno, del de verdad, del que solo un torero con aplomo, disposición y conocimiento puede conseguir. El Fundi en el año de su despedida, con dos tardes más contratadas en esta misma plaza puso valor, seco, sin miramientos, ni gestos a la galería para hacerse con la embestida de Huérfano II. Colocándose con naturalidad, citando, dando un toquecito cuando el toro amenazaba con hacer por su cuerpo en lugar de por la muleta, y vaciando la embestida. Tal y como está el toreo parecía magia, pero de la magia potagia, eso de encadenar los pases sin perder pasos y abrochando la tanda con el de pecho. Sin darse importancia, todo limpito. Dio tres tandas y se entregó el tendido. Adornos por la cara, un molinete, enseñar al toro por el pitón izquierdo, por el que iba mucho más cortó y no dudó el diestro en irse tras el estoque.

Hace tiempo que se olvidaron sus rencillas con el tendido 7. Madrid será lo que sea, dura, caprichosa, maniática, pero, por encima de todo tiene memoria y cierto sentido de la justicia. La vuelta al ruedo con una oreja en el esportón tuvo que saberle a gloria bendita, a puro almíbar tras años de lucha y sinsabores dando la cara con los hierros más duro. Madrid dio honor a quien honor merece.

Juan del Álamo desplegó todo el compendio de recursos del toreo moderno, tres y el de pecho mirando al tendido. Conoce el oficio, tiene ambición pero le faltó algo más de entrega, no tanto en las ganas, evidentes, como en los riesgos. Toreó demasiado al hilo, dejando huecos y sin molestar a su lote, bastante flojo.

Barrio, cuya carrera ha ido acompañada de muy buen ambiente en Madrid, puso todo de su parte, incluso pasó por la enfermería tras una fea cogida, parece que sin consecuencias en el toro de su alternativa, por insistir en demasía. Con el que cerró plaza insistió e insistió con un astado que se aplomó muy pronto. La falta de fuerzas acabó con las ilusiones de un torero que merece volver a pisar el coso de la Calle de Alcalá.

LA RAZÓN

Por Patricia Navarro. Y de repente, la maestría de Fundi

Dice que está de retirada. Lo dice y lo asegura. Pero lo que hizo ayer El Fundi en Madrid nos acerca de manera irremediable a la grandeza del toreo. ¡Quédate! Entraba el torero en Madrid, a estas alturas, por la vía de la sustitución por el percance de Curro Díaz. Recién llegado de Francia y con la frescura de quien tiene el toreo en la cabeza y las agallas en el corazón.

El Domingo de Resurrección madrileño se nos iba en ceremonias: la de la alternativa de Víctor Barrio, la de la confirmación de Juan del Álamo. Así estaba la cosa hasta que saltó al ruedo el tercer toro de José Luis Pereda. Y de repente El Fundi. Maestría para deleitar. Tuvo el animal buen fondo, pero no lo dio con facilidades, tenía sus teclas precisas, la del éxito y El Fundi las encontró en un delicioso ejercicio de veteranía. Con la fe del que cree y hace creer, fue metiendo al toro en vereda hasta sublimarlo en una tanda de naturales, ya metido el público, cómplice el toro, henchido el torero. Parecía que tantos años después Madrid saldaba sus cuentas con El Fundi. O El Fundi con Madrid. Un tándem que ha costado hacerle funcionar. Metió la espada. Rodó el toro y paseó un trofeo de oro macizo. A Fundi nada se le regala en esta plaza. El quinto tenía la llave de la puerta grande. Se la cerró de un portazo con sus malas intenciones y la faena de Fundi solventó.

Víctor Barrio se convirtió ayer en matador de toros. Difícil apuesta. La nobleza y la claridad del viaje de su primero estuvo a la altura de la ocasión. El torero imprimió voluntad pero no le acabaron de salir las cosas. El sexto tuvo buen aire pero le duró tan poco que la faena no logró alzar el vuelo.

Juan del Álamo no consiguió romper la frialdad del público en la labor al quinto, que fue toro difícil, sin acabar de definirse y con el que tiró Del Álamo de la firmeza sin fisuras con algún momento de buen entendimiento. También anduvo serio con el segundo, que no tuvo cera para arder. La veteranía de Fundi y por el camino de la sustitución se había llevado la tarde. Las piezas del toreo desde ayer encajan mucho mejor. 50 años sin Belmonte. 50 años de su mágico legado.

EL MUNDO

Por Lucas Pérez. Oreja para El Fundi

José Pedro Prados, El Fundi fue el triunfador de la tarde en Madrid tras cortar una oreja del tercer toro de la tarde, un animal de José Luis Pereda, al que ha cuajó una faena de maestría con la que puso de acuerdo a toda la afición. La clave de su obra estuvo en ir buscando el fondo del toro, lo que logró en la segunda mitad de faena, destacando el toreo profundo al natural. Lo mató de una estocada corta perdiendo la muleta y se le pidió de forma unánime el trofeo.

También rayó a buen nivel frente a su segundo, quinto de la tarde, un peligroso animal al que arrancó dos tandas antes de que el animal se pusiera imposible y buscara descaradamente el cuerpo del torero.

Vícto Barrio de grosella y oro, tomó la alternativa con el toro 'Picador', de José Luis Pereda, un noble ejemplar que permitió rivalizar en quite al toricantano y a Juan Del Álamo. El toro llegó algo apagado a la muleta y pasaron tres series hasta que Barrio, liberados los nervios, consiguió coger el aire a la suave embestida del astado, mejores por el derecho en la muleta. Sus ganas se vinieron abajo a la vez que el fuelle del toro, antes de que su obra explotase hacia arriba. En un descuido, el toro lo volteó y Barrio quedó colgado del pitón del de Pereda, que afortunadamente todo quedó en un fuerte varetazo en el muslo. Mató mal y fue ovacionado.

No tuvo demasiadas opciones con el sexto, a menos. Los aplausos de despedida premiaron su voluntad.

La segunda ceremonia de la tarde fue para confirmar la alternativa a Juan del Álamo. Y allí estaba otra vez El Fundi, sustituto de Curro Díaz, para ejercer de padrino. Al toro 'Finito' le faltó el celo y la transmisión necesaria para triunfar en Madrid. El salmantino, muy templado, cumplió en tan señalada fecha. Firme se mostró con el que hizo cuarto que, pese a que no terminó de humillar, no planteó dificultades.

COPE

Por Sixto Naranjo. La gloria de un domingo para El Fundi

Lección para los más jóvenes que actuaban junto a él. Lección para aficionados, para público de aluvión, para los guiris que aplaudían sin saber por qué. Lección de principio a fin. Porque la faena de El Fundi al tercer toro de Pereda fue un compendio de sapiencia, mando y toreo. Llegaba a Las Ventas con la ingrata labor de sustituir a un compañero que había pasado por el hule. Sin volver la cara a Madrid con dos tardes por delante ya firmadas de antemano. Nada que ganar y sí mucho que perder en la temporada de su adiós. Pero El Fundi no es un torero de arrugarse e ir por el camino más fácil. Nunca lo ha sido y pese a ser su último año en activo, lo sigue demostrando.

El tercer toro de Pereda no se definió en los primeros tercios y llegó a la muleta del fuenlabreño sin terminar de romper. La faena de El Fundi, larga en metraje, tuvo dos partes. Una primera en la que usó la muleta como imán para ir atemperando y encelando al toro. Y una segunda más rota, toreando con poder y largura por ambos pitones. Todo en los medios y con una tanda al natural como cénit. Los de pecho siempre obligados y sin rectificar. La faena estaba hecha y la estocada, arriba, fue el perfecto colofón a una obra sin mácula. La oreja fue muy larga.

El cuarto fue un toro feote de hechuras y sin el trapío necesario para Madrid. Este de Pereda no tuvo el fondo que sí sacó su hermano anteriormente. El Fundi, que brindó al público, le buscó las vueltas. Siempre por abajo, intentando meter en el canasto a un animal que acabó tirando de freno de mano y dejando sin opciones de redondear al diestro madrileño.

El resto de la corrida tuvo tan pocos argumentos como el encierro de José Luis Pereda. Encierro justo de presencia. Sabíamos que Taurodelta quería rebajar el listón del novillo que se lidia en Las Ventas, pero no que también lo esté intentando hacer con el toro que salta al ruedo madrileño. Y si a esta falta de presencia le unimos la falta de casta, vimos lo que vimos. Lo de siempre que ha aparecido en los carteles venteños el hierro onubense.

El lio de ceremonias de toma y confirmación de alternativa alteró el orden normal de la lidia. El primero, noblón y sosito, permitió doctorarse al segoviano Víctor Barrio, que se mostró demasiado tenso en los primeros compases de la lidia de este toro. Tras un conato de pique en quites con Juan del Álamo, Barrio estuvo destemplado y envarado en las primeras tandas de la faena de muleta. Pereció que cogía el aire a la embestida del toro en una tanda a derechas, pero fue un espejismo. El susto llegó cuando toreaba ya en las postrimerías del trasteo a izquierdas, quedando colgado del pitón del toro por la zona de la corva. Sólo un susto y la taleguilla rota.

Con el que cerró plaza quiso justificarse en un arrimón final ante un toro que se vino abajo a las primeras de cambio. Le queda una tarde en San Isidro a Víctor Barrio para enjugar en parte la imagen mostrada este domingo.

Tampoco fue la tarde de Juan del Álamo, que en este caso confirmaba alternativa. Con el de la ceremonia se mostró muy irregular y mal con la espada. Y con el cuarto, que sacó cierta chispita en el último tercio, Del Álamo armó una faena ventajista, sin ajuste y mecánica. No hubo alma en los múltiples pases que dio. En ambos toros fue silenciado.

MARCA

Por Carlos Ilián. Un gran Fundi corta una oreja de ley

Tarde de primavera para un Domingo de Resurreccion de tradición taurina en Madrid. Y quienes llenaron medio aforo de la plaza acertaron porque hubo lección de maestría y buen toreo a cargo de un veterano jóven, José Pedro Prados “El Fundi”.

En efcto, a cogida de Curro Díaz en Baeza obligó a la sustitución del torero de Linares y la empresa acertó anunciando a El Fundi, que abrió de par en par su manual de torero curtido en mil batallas y nos ofreció una lección de técnica y a la vez de toreo del bueno. Supo entender a la perfección los defectos y también las calidades de su primer toro, al que fue metiendo en la muleta con habilidad y sapiencia para cuajar después los naturales bellísimos y los redondos de hondura y temple. Una faena de maestro y a la vez de gran muletero, rematada con un estoconazo que tiró sin puntilla al de Pereda. La oreja fue una oreja de Madrid, es decir de ley.

En su segundo toro echó mano de recursos y veteranía para salir airoso y lidiar con solvencia a un ejemplar áspero y distraido, pero dejó de nuevo su sello de lidiador eficaz y sabio. No tuvo suerte con su lote el salmantino Del Álamo que confirmó su alternativa, pero resolvió muy por encima de sus dos toros, dejando ver que sin grandeza pero con sinceridad es un torero que manjea muy fácil el capote y corre la mano con temple en la muleta.

Tomó la alternativa Víctor Barrio y se llevó el mejor lote de la tarde. Anduvo encimista y enredado en ambos toros sin enseñar ni un solo progreso en su carrera. Llevó muchos paisanos segovianos que taparon con palmas la vacía actuación del muchacho, al que le queda en la recamara un cartucho y en San Isidro, nada menos.


Madrid Temporada 2012

madrid_080412.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:23 (editor externo)