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Miércoles 15 de agosto de 2018. Festividad de la Virgen de la Paloma

Ganado: toros de Valdefresno – Fraile Mazas (3º y 4º) – bien presentados y de juego variado, destacaron 2º, 3º y 6º – (deslucido el primero, con movilidad el segundo, manejable el tercero, noble a menos el cuarto, desrazado el quinto y de buena condición el sexto)

Diestros:

Pepe Moral. De tabaco y oro (silencio en ambos)

Juan Ortega. De marfil y azabache (oreja y ovación con saludos tras dos avisos)

Francisco José Espada. De coral y oro (ovación con saludos tras aviso y silencio tras aviso).

Tiempo: tarde veraniega.

Plaza: un cuarto. 6.036 espectadores.

Galería de imágenes: http://www.las-ventas.com/la-tarde-tras-el-objetivo/las-ventas-15-de-agosto-de-2018

Video: https://twitter.com/i/status/1029866527430983681

Crónicas de la prensa:

Por Alberto Bautista.Oreja al empaque de Juan Ortega en Las Ventas

En uno de los días más taurinos en el orbe taurino, el nombre de Juan Ortega retumbó los cimientos de la Monumental madrileña al sorprender gratamente tras sellar una actuación plena de pureza y torería. Su nombre se suma a los noveles como Octavio Chacón, Javier Cortés, Fortes o Álvaro Lorenzo que esta temporada han alcanzado altas cotas impactando en Madrid. Ortega, merece al igual que todos ellos una mayor presencia en los carteles, dotándolas de un mayor atractivo. Tan sólo dos años separan su confirmación en el coso capitalino de su vuelta, y las sensaciones no pudieron ser mejores. Una faena de toreo caro sobre la zurda le valió para cortar una oreja de mucho peso, y más un 15 de agosto en Madrid con demasiada piedra al aire, y apenas seis mil almas a las siete de la tarde. El temple y la naturalidad sobresalió en una labor ante el segundo de la tarde de mucho gusto y cadencia en el trazo. Lo mejor vino sobre la mano izquierda en una tanda de naturales de empaque y plasticidad. La faena de altos vuelos alcanzó cotas y distinción fluyendo el pase de las flores, los trincherazos, y los ayudados por bajo. Todo ello con mucha torería. El toreo artista, erigido en una misma persona. Con el quinto no pudo redondear una tarde de mucha disposición, al estrellarse con un ejemplar a contra estilo que no se lo puso fácil ni en la suerte suprema, pero eso no fue óbice para que quedara patente la revelación de otro torero de culto que merece un hueco en el anacrónico sistema taurino.

A Francisco José Espada, que regresaba tras cortar una pírrica oreja en San Isidro, no pasó de la voluntad, toda vez que se le fueron los toros de mayores opciones de una tarde interesante con al menos tres toros de triunfo (los dos de su lote, entre ellos); y es que el madrileño no comprendió a ninguno de los dos que sorteó. Con el tercero le faltó acople y se atragantó entre muletazo y muletazo hasta que la faena perdió fuelle. Con el sexto no le llegó coger el aire al de Valdefresno, un toro manejable y de buena condición en una labor encimista que concluyó ahogándole la embestida siendo silenciada su labor.

En contraposición con Espada, Pepe Moral fue el que menos opciones tuvo de la terna. Al de Los Palacios fueron a parar los dos toros de menos opciones de la divisa charra. Una evidente falta de raza echó al traste el primer Valdefresno, tras una faena de tiralíneas donde lo único estimable vino por el pitón derecho para concluir con el mar de pases habitual. Más de lo mismo frente al cuarto (éste con el hierro de Fraile Mazas), al que le extrajo algún muletazo suelto, pero sin redondear una actuación que nunca llegó con fuerza a los tendidos.

Como ya ocurriera con Román tras su incontestable puerta grande del curso pasado, o con otros tantos toreros que han dado un golpe en la mesa en el mes de agosto, el nombre de Juan Ortega debe contar para el aficionado. Su incursión en el bombo para la próxima feria de otoño debe ser innegociable y su presencia se hace igual de necesaria, que modernizar el obsoleto escalafón.

• Toros en Madrid. Temporada 2018