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¡Esta es una revisión vieja del documento!


Madrid Temporada 2021

Toros de Garcigrande para El Juli, Emilio de Justo y Juan Ortega.

Toros de Adolfo Martin para Antonio Ferrera, Daniel Luque y Paco Ureña.

Toros de Santiago Domecq para Antonio Ferrera, El Juli, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque.

Toros de Victoriano del Río para Antonio Ferrera, Diego Urdiales, José María Manzanares y Paco Ureña.

Toros de Victorino para Manuel Escribano, Sergio Serrano y Gómez del Pilar.

Corrida de la Hispanidad 12 de octubre, toros de Alcurrucén para Morante, Ginés Marín y otro.

Los encierros de las dos Novilladas pueden ser de Fuente Ymbro y López Gibaja.


Domingo, 4 de julio: Corrida de la Cultura. Toros de Victoriano del Río, para un mano a mano entre Antonio Ferrera, silencio, palmas y silencio, y Emilio de Justo, oreja, dos orejas y palmas.

Emilio de Justo se consagra en Madrid. Por Alberto Bautista. El mérito y la decisión. El poder y la fuerza. La raza y la entrega. Todos estos adjetivos definen la tarde de Emilio de Justo en la corrida extraordinaria de la Cultura. Tres orejas (algo excesiva tal vez la del cuarto, o discutible la del primero, aunque poco peros caben en la faena de poder al sexto - me atrevería a decir que la más importante de la tarde aunque sin premio por culpa de la espada. Trofeos todos ellos, que reflejan una trayectoria y la dificultad de llegar a la cima y mantenerse con el paso del tiempo. ¡Qué decir de Victoriano del Río!, una ganadería de éxitos sonados y soñados en Madrid con más de una docena de toros de premio en la última década. En el recuerdo de la corrida de la cultura, un “Duende” de altas cotas con el premio de la merecida vuelta al anillo.

Emilio de Justo, se llevó de calle el mano a mano. Le cortó una oreja al segundo, un toro con casi seis años de edad, ancho de sienes en una faena compleja y de muchas teclas que entendió a la perfección. Le corrió la mano con soltura sobre la diestra en un par de series que fueron jaleados por el tendido. Estocada hasta la bola (desprendida). Petición mayoritaria y oreja meritoria que fue protestada. Pero el triunfo no tardó en llegar ante el cuarto en otra faena de cara a la galería donde combinó el mando con la inteligencia donde sobre la base del poder le hilvanó una labor encajada de mano baja. El toro cumplió en el caballo. De Justo se entregó sobre la diestra y Madrid bramó ante Duende. Estoconazo y dos orejas. El uso de la espada fue clave.

Como decíamos, la del sexto fue la faena de mayor peso de su actuación. Actuación de tremendo mérito que entendió a la perfección a un toro que a cualquiera se le habría ido, pero que en manos de De Justo le sacó una labor rotunda que no ratificó con la espada. Falló con el descabello y se le fue otro importante botín. Ahí queda el resultado de tres orejas, pero sobre todo las sensaciones de un torero que se consagra en Las Ventas.

Enfrente tuvo a Antonio Ferrera que con su carácter arrebujado, la improvisación delante de la cara de los toros y esa forma de no dejar indiferente a nadie volvió a brillar con luz propia - aunque en esta ocasión se estrellara con un lote a contra estilo. Las únicas opciones viables las tuvo con el toro de Cortés que abrió plaza en otra labor de infinita disposición al natural ante un ejemplar manso y encastado. Antes había pedido a su picador que lo picase en los medios a un toro falto de continuidad, aunque ahí quedó la impronta del genial torero extremeño. La espada hizo guardia y se esfumó cualquier atisbo de tocar pelo.

Palmas recibió a la muerte del tercero, un manso deslucido que acusó una lidia de muchos capotazos. Le sacó faena sobre la zurda gracias a un titánico esfuerzo que no supo valorar el público. Volvió a matar recibiendo y dejó un bajonazo. Sucumbió frente al quinto, a la postre el garbanzo negro del festejo. Soso y deslucido. Abrevió. En banderillas, Antonio Chacón se asomó al balcón y saludó una fuerte ovación. Dio el sainete con los aceros en un triste final. A hombros se fue Emilio de Justo camino de la calle de Alcalá. Un torero que se consagra en Madrid.

Domingo 4 de julio de 2021. Plaza de toros de Las Ventas (Madrid) - Lleno de “no hay billetes” con un aforo permitido de 6.500 localidades. Corrida Extraordinaria de la Cultura. Corrida de toros de Victoriano Del Río (1º Toros de Cortés) - impecables de presentación pero de juego desigual. El mejor el bravo cuarto - (manso y encastado el primero, complicado el segundo, manso y deslucido el tercero, bravo y bueno el cuarto, deslucido el quinto y deslucido el sexto) para Antonio Ferrera de verde botella y oro (silencio tras aviso, palmas y silencio) y Emilio de Justo de azul noche y oro (oreja, dos orejas y palmas) mano a mano. Actuó como sobresaliente Álvaro de la Calle. Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del Covid. Tras ello, la terna fue obligada a saludar una ovación desde el tercio. El festejo comenzó con diez minutos de retraso sobre la hora prevista al no estar pintadas las rayas de picar. Antonio Chacón saludó una ovación tras parear al quinto. “Duende” herrado con el número 101, negro listón de capa, nacido en septiembre 2015 y lidiado en cuarto lugar fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

La festiva y bullanguera normalidad. Por Antonio Lorca/El País. De Justo es un buen torero, claro que sí, y lo demostró a cuentagotas con ese toro cuarto, el más noble y de mayor movilidad en el último tercio, que fue de menos a más, al que muleteó con ambas manos en tandas cortas y aceleradas y de escasa hondura. Solo al final unos naturales emotivos y una tanda de derechazos de frente que acabaron en un desarme pusieron broche a una labor claramente incompleta, coronada con una estocada algo desprendida.

Había recibido a su primero con un par de chicuelinas en la boca de riego tras unos capotazos iniciales con la pierna flexionada. Alargó en exceso la faena, embrujada, es verdad, de bellas imperfecciones por la corta embestida del animal. Destacaron, sí, cuatro naturales hermosos al principio, y otros tantos de frente y a pies juntos cuando el toro hacía tiempo que había pedido la muerte. Una estocada caída no fue impedimento para que este público aplaudidor pidiera la oreja. El sexto, muy descastado y noble, solo llamó la atención por sus astifinos pitones. De Justo hizo un último esfuerzo y le robó algunos muletazos de mérito que volvieron loco al personal.

Lo de Antonio Ferrera es otra historia. Tiempo ha llamó la atención por la belleza de una escenografía heterodoxa de la que emergía una tauromaquia nueva y sorprendente. Ahora, esa gracia tiende a convertirse en un toreo impostado, superficial e insulso. Parece más preocupado por la gestualidad que por la profundidad, y esa corriente se traslada a los tendidos con la misma celeridad que lo hace el buen toreo.

De entrada, exigió que se volvieran a pintar las rayas del tercio, descoloridas, quizá, por el viento, y minutos más tarde infringió el Reglamento al ordenar al picador que se situara en los medios para que castigara a un manso que había huido en los dos primeros encuentros.

El trasteo en ese primero fue meritorio por la aspereza del animal, pero todo quedó en una insípida mezcolanza de algunos derechazos hondos y la figura forzada en exceso con la muleta en la zurda. Se situó lejos, muy lejos, a la hora de matar, el toro obedeció al trote y la estocada asomó por los lomos.

Manso, soso y desvaído resultó el tercero, y las opiniones se dividieron tras una labor tras algunos detalles elegantes ante una animal carente de vida que iba y venía sin resuello en sus entrañas.

Sin clase el quinto, desanimado el torero, falló con la espada y su labor en conjunto quedó en un preocupante silencio.

El subalterno Antonio Chacón fue el protagonista de un toreo de altos vuelos con el capote ante el primero y con las banderillas en el quinto.

Toros de Victoriano del Río, bien presentados, astifinos, mansos y ásperos; el cuarto, que hizo una desigual pelea en varas y mostró nobleza y movilidad en la muleta, fue premiado con la vuelta al ruedo. Antonio Ferrera: estocada que hace guardia y casi entera baja _aviso_ (silencio); bajonazo al encuentro (palmas y algunas protestas); tres pinchazos y dos descabellos (silencio). Emilio de Justo: estocada caída (oreja); estocada desprendida (dos orejas); estocada caída y tres descabellos (ovación). Salió a hombros por la Puerta Grande. Plaza de Las Ventas. 4 de julio. Corrida de la Cultura. Lleno de ‘no hay billetes’ sobre un aforo de 6.800 espectadores.

Sábado, 26 de junio: Reapertura de la plaza. Toros de Victorino Martín, para Manuel Escribano, ovación con saludos y oreja tras aviso, Sergio Serrano, palmas y oreja, y Jimenez Fortes, silencio tras aviso y silencio.

Oreja para Escribano y Sergio Serrano en una variada corrida de Victorino Martín

Portal Taurino, 26/06/2021. Retornaron los festejos mayores a la plaza de Las Ventas tras aquel 12 de octubre de 2019 desde la última corrida de toros. Arribó a Madrid una seria corrida de Victorino Martín de menos a más que mantuvo el interés hasta el final.

Manuel Escribano que se fue a la puerta de chiqueros en sus dos turnos, cortó una oreja del cuarto tras asombrar al público en banderillas en otro inicio de faena de suma rotundidad combinando pases cambiados por la espalda con la templanza y sabiduría que atesora el sevillano. Lo mejor llegó al natural con pase milímetros a cámara lenta que fueron valorados en el tendido. Ante el inválido que abrió la tarde, no tuvo opciones.

Sergio Serrano sorteó al mejor toro del festejo, “Venenoso” lidiado en quinto lugar al que instrumentó una labor maciza en un par de series sobre la diestra que calaron entre el público.

Completó el cartel Fortes que regresaba a Las Ventas tras la grave lesión sufrida en la feria de otoño de 2018, que tuvo la suerte esquiva en el sorteo. Se metió entre los pitones del aparatoso tercero en un compendio de actitud y exposición. Los aceros estropearon una comprometida labor. Con el bronco sexto que brindó a Díaz Ayuso terminó por cobrarse una voltereta en otra voluntariosa labor.

Sábado 26 de junio de 2021. Plaza de toros de Las Ventas (Madrid) - lleno aparente con el aforo permitido en tarde veraniega. Corrida Extraordinaria. Corrida de toros de Victorino Martín - bien presentados, serios y astifinos - (inválido el primero, inválido y desrazado el segundo, deslucido el tercero, con calidad y bravo el cuarto, encastado el quinto y deslucido el sexto) para Manuel Escribano de grana y oro (ovación con saludos y oreja tras aviso), Sergio Serrano de caña y oro (palmas y oreja) y Fortes de azul marino y oro (silencio tras aviso y silencio).


Domingo, 2 de mayo. Festival. 6.000 personas de aforo. Reses de Toros de El Capea, Juan Pedro Domecq, Garcigrande, Victoriano del Rio, Fuente Ymbro, Jandilla y El Parralejo, para Diego Ventura, dos orejas, Enrique Ponce, silencio, El Juli, dos orejas, José María Manzanares, oreja, Miguel Ángel Perera, oreja, Paco Ureña, palmas, y el novillero Guillermo García, oreja.

El Juli borda el toreo en el regreso de los toros a Las Ventas

Por Alberto Bautista. El madrileño corta los máximos trofeos tras cuajar a un gran toro de Victoriano del Río en una de las faenas más emotivas de su carrera. Manzanares da la cara ante un brusco ejemplar de Victoriano. Faena cumbre de Ventura que desorejó a un toro encastado de Capea.

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Festividad del día de la Comunidad de Madrid. Lleno de “no hay billetes” con el aforo permitido en tarde fría y soleada - Festival Taurino con picadores. Reses de El Capea (1 y 2 tris), Garcigrande, Victoriano del Río, Fuente Ymbro, Jandilla y El Parralejo - correctos de presentación, cinqueños y de juego dispar - (bravo con movilidad el primero, descastado el segundo, con movilidad el tercero, bravo con complicaciones el cuarto, noble a menos el quinto, deslucido el sexto y parado el séptimo) para el rejoneador Diego Ventura (dos orejas), Enrique Ponce (silencio), Julián López “El Juli” (dos orejas), José María Manzanares (oreja), Miguel Ángel Perera (oreja), Paco Ureña (silencio tras aviso) y el novillero con picadores - Guillermo García (oreja). Al finalizar el paseíllo sonaron los acordes del himno nacional.

Un clamor de emociones 567 días después en el regreso de los toros a Las Ventas. La salida al ruedo terminó en la emoción del himno nacional con el público en pie. Había muchas ilusiones puestas en un cartel de categoría con un plantel de figuras dispuestos para la ocasión. La plaza engalanada como en las mejores tardes y todo en un lleno de “no hay billetes” dentro del aforo del 25% permitido con el papel vendido a las dos horas de su puesta a la venta y con innumerables medidas de seguridad para la celebración de un festival que presumiblemente será mirado por la izquierda con enfrentamiento y amenazas y, todo ello cuando faltan apenas 48 horas para la apertura de urnas para las elecciones a la Comunidad de Madrid. Ni que decir tiene que la mejor votación para la tauromaquia fue el llenazo y el cumplimiento efectivo de las medidas sanitarias.

En cuanto al contenido artístico, lo mejor de la tarde llevó la firma del Juli en una actuación magistral - me atrevería a asegurar que de las mejores que se le recuerdan en Las Ventas, a un torero que tiene la ganadería Garcigrande metida entre ceja y ceja. Desorejó a Picante, un encastado ejemplar al que entendió a la perfección dónde fluyó la calidad y movilidad en cada una de sus embestidas.

Diego Ventura volvió a demostrar que hoy en día no tiene techo a caballo y bordó el toreo de principio a fin. Lo más emotivo llegó de la mano de Fabuloso y a lomos de Bronce donde clavó sin cabezada ante un buen toro de Capea. Dos orejas y Madrid rendido al de La Puebla del Río.

Enrique Ponce se las vio con tres toros - los dos primeros de Juan Pedro Domecq y acabó lidiando finalmente un sobrero para rejones del Capea al que le faltó casta. El valenciano realizó una faena técnica dejando su impronta al natural pero la actuación no llegó a tomar vuelo y fue silenciado.

Manzanares dio la cara y anduvo firme frente a un toro de Victoriano del Río que fue un torrente de bravura y que complicó en muchos instantes la faena al alicantino. Dejó un estoconazo y cortó una oreja.

Otro apéndice paseó Miguel Ángel Perera de un toro noble de Fuente Ymbro en una actuación que fue de más a menos. Bramó Madrid con un vibrante inicio de faena que luego acabó diluyéndose. Silencio tras aviso escuchó Paco Ureña tras lidiar un toro deslucido y de escaso bagaje de Vegahermosa al que pinchó en varias ocasiones.

Cerró el festival el novillero Guillermo García que derrochó disposición y desparpajo en una faena de mucha disposición frente a un novillo del Parralejo que se paró pronto. Fruto de las ganas fue volteado en varias ocasiones dejando una grata impresión en el regreso de los toros a Las Ventas.

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