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Real Maestranza de Sevilla

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Domingo, 1 de junio de 2014

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Fuente Ymbro (bien presentados, encastados y con exelente juego; el mejor, el 2º, ovacionado en el arrastre).

Diestros:

Fernando Beltrán. Debutaba en plaza. De azul marino y oro. Esticada (silencio) y estocada (silencio).

Borja Jiménez. Debutaba en plaza. De malva y oro. Estocada (dos orejas) y estocada (oreja). Sale a hombros por la Puerta del Príncipe.

José Garrido. Debutaba en plaza. De sangre de toro y oro. Estocada (oreja) y estocada (dos orejas). Sale a hombros por la Puerta del Príncipe.

Banderilleros que saludaron: Jesús Díez “Fini” en el 3º y Antonio Chacón, Fini y José Mº Amores en el 6º.

Presidente: Ana Isabel Moreno.

Tiempo: soleado y agradable.

Entrada: menos de media plaza.

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Crónicas de la prensa:

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Y el acontecimiento del año más polémico y de peores resultados de la Maestranza ha venido a ser esta tercera novillada de abono, que puede salvar la temporada y hacer renacer una afición como la sevillana machacada por la crisis, los vetos y todos los demás factores que ustedes quieran. Dos novilleros debutantes saliendo por la Puerta del Príncipe. Alguna vez se dio en la historia, pero es posible que no. Y una novillada de lujo como la de Fuente Ymbro, con qué codicia embestían los de Gallardo. Todavía no sé por qué no se le dio la vuelta ruedo a algunos, en especial al segundo. Se le pasó a la presidenta, supongo. El también debutante Fernando Beltrán pasó sin pena ni gloria en día de tan grandes triunfos. Borja Jiménez que apareció en julio de 2010 en las nocturnas aún no había debutado y se tuvo que ir a hacerlo con caballos a la Monumental mexicana porque aquí no le salía. Pero ha aprendido en ese camino y lo demostró en dos faenas de distinto corte, nada fáciles. José Garrido está muy hecho y se ha hecho en menos tiempo. Es el más aventajado de la escuela extremeña y lo sabíamos. Estuvo muy bien también con el capote y con la muleta tiene un oficio que ya quisieran muchos. En fin, triunfo merecido de los dos y todos contentos. Si las cosas fueran como antiguamente, los repetían cuatro o cinco tardes seguidas y la plaza se llenaba. Pero ahora las cosas son de otra manera…

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Borja y José, conquistadores de Sevilla. La tarde perfecta. Seguro que eso era en lo que pensaban hoy Borja Jiménez y José Garrido. Y lo que les había robado el sueño estas noches. Una tarde en la que rozaran con sus manos la gloria de atravesar la Puerta del Príncipe. Un debut en la Maestranza inolvidable. El valiente Borja Jiménez se fue a portagayola en sus dos oponentes. En primer lugar le tocó un extraordinario y bravo novillo de Fuente Ymbro que injustamente no fue premiado con la vuelta al ruedo. El de Espartinas toreó templado y con ligazón. Los mejores pasajes llegaron con la zurda con el gran pitón de “Esmerado”. Naturales largos y profundos. Y tras el espadazo, Borja paseó las dos orejas. Con la puerta entreabierta, comenzó el trasteo del quinto de rodillas. Todo un mensaje de intenciones para cortar el trofeo que necesitaba. Una faena de total entrega. Pero en la tarde de hoy había otro gallo de pelea. José Garrido estuvo por encima de las exigencias del tercer animal, que no se lo puso nada fácil. Enrabietado salió en el sexto, consciente de las posibilidades que tenía frente a su oponente. Lo bordó con el capote, hasta el punto que hizo sonar la música mientras la locura se extendía por los tendidos. Con la muleta realizó una auténtica obra de calidad, torería y belleza. El extremeño torea ya a un nivel superior. Ambos cruzaron la Puerta de los sueños junto a Ricardo Gallardo, que trajo a Sevilla una novillada bonita y de gran juego.

Lo peor: La suerte desigual. De la felicidad y la de dicha de Garrido y Jiménez, a la desventura de Beltrán. Al valenciano le tocó en suerte un lote que no le dio opciones de lucimiento. Sólo pudo dejar entrever sus buenas maneras.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Histórica doble Puerta del Príncipe para Borja Jiménez y José Garrido

Colosal espectáculo en la Maestranza de los que justifican una Fiesta y una afición. Un festejo que reivindica el toreo y en un marco que necesitaba triunfos de esta altura. Un gozo para los aficionados que han vivido el año entre sobresaltos. Dos novilleros, por la Puerta del Príncipe; una novillada de Fuente Ymbro de calidad excepcional. Borja Jiménez y José Garrido han escrito una página de oro. Hay futuro, hay semillas nuevas para la esperanza. Y hay ganado en el campo bravo, piedra de toque fundamental para que el toreo alcance su mayor grandeza.

El último precedente de una tarde triunfal se remonta a 1970. En esa ocasión, en corrida de toros, los tres matadores salieron a hombros por la Puerta del Príncipe. Fueron Limeño, Palomo Linares y El Hencho con la corrida de Miura que cerró la Feria del 19 de abril.

Ricardo Gallardo soltó una novillada sensacional. Se llevó los máximos honores el segundo, para el que se pidió la vuelta al ruedo, pero no deben quedarse atrás el quinto, encastado, y el sexto, con un pitón derecho de ensueño. La prontitud, la fijeza, la duración, todo fueron virtudes que atesoraron los utreros. No todos fueron iguales, el primero acusó pocas fuerzas. Alguno se apagó antes de lo previsto. Poca cosa.

Para que una novillada llegue a tan buena nota debe haber lidiadores capacitados. Los hubo, sobre todo por la actitud y capacidad de los dos triunfadores. A Fernando Beltrán, debutante valenciano, le cayeron en suerte los dos de menos posibilidades.

La tarde de Borja Jiménez fue de ensueño. El debut ideal para un chaval tan nuevo, pero que dejó muy claras sus intenciones desde que se fue a portagayola con el segundo. El novillo fue bravo de verdad. Y tenía un pitón izquierdo inmenso. Borja Jiménez comenzó con pases por la espalda, templó con gusto por la derecha, para acabar bordando el toreo por la izquierda. El final fue apoteósico con las trincherillas y uno del desprecio que nos recordó a un paisano suyo, también de Espartinas, en el día de su eclosión en 1984. Las manoletinas finales fueron la guinda. La plaza era un clamor porque Borja además de torear muy bien había transmitido su energía y alegría torera al tendido. Las dos orejas cayeron tras una estocada algo delantera pero fulminante.

Completó su tarde en el quinto. Se fue a portagayola para reafirmar su entrega. Brindó a su hermano Javier y con un novillo enrazado, fue esta vez un torero inteligente para darle sitio entre pases y templar hasta el infinito. Esta faena fue de mayor dominio de la mano derecha. Le echó garra al final y de nuevo se fue tras la espada con furia. La Puerta del Príncipe estaba abierta.

Pero la tarde tenía otro protagonista. De José Garrido ya se sabía, porque el toreo tiene sus mensajes que circulan de boca en boca, que es un torero hecho y derecho. Lo puso de manifiesto en las chicuelinas del quite al segundo. Su capote fue una delicia toda la tarde. Bordó la verónica con un acento personal al cargar la suerte. En un quite al sexto, la banda de Tejera se lanzó a tocar ante la excelsitud de los lances.

Sus dos faenas tuvieron como denominador común la seguridad de un torero con el oficio bien aprendido, el valor sin descomponerse y el buen gusto. Toreó largo y templado al tercero, muy encastado, con los toques justos y algunos pases de pecho de duración extraordinaria. Todo lo mejoró con el sexto, sobre todo en dos tandas enormes con la derecha, la mano muy baja y el cuerpo encajado, en los que Sevilla vibró entusiasmada ante una demostración de capacidad y de calidad. Faltó mejor acoplamiento por el pitón izquierdo, un detalle que puede poner en tela de juicio la segunda oreja. Se tiró a matar o a morir en ambos. Tres orejas como premio a una tarde competa la de este extremeño, otro más, que sale disparado de la Real Maestranza.

Fernando Beltrán no desentonó. El primero tenía pocas fuerzas y el chaval anduvo buscando las vueltas para meterlo en la muleta. Con el cuarto se dejó ver como un novillero estilista, de buen gusto, que dejó algunos muletazos sueltos estimables.

Final de tronío con dos novilleros a hombros por la Puerta del Príncipe. Ni los más viejos del lugar recuerdan nada parecido, aunque en los años setenta era algo más frecuente. La Fiesta fue grande en Sevilla. Salieron novillos bravos y hubo dos novilleros en estado de gracia.

La Razón

Por Paco Moreno. Histórica Puerta del Príncipe de Borja Jiménez y José Garrido

De locura. Histórica tarde triunfal en La Maestranza con los novilleros Borja Jiménez y José Garrido por la Puerta del Príncipe –junto al ganadero Ricardo Gallardo, de Fuente Ymbro– tras pasear tres orejas cada uno. Una imagen para la posteridad. Desde 1997, que lo logró Luis Mariscal, ningún novillero con picadores salía por la Puerta del Príncipe.

Tras un vistoso quite por chicuelinas al primero, Borja Jiménez salió muy dispuesto en una tarde en la que, al igual que sus dos compañeros de cartel, debutaba en la Real Maestranza de Caballería sevillana. Se fue a portagayola para recibir al primero de su lote y dejó después vibrante verónicas en el centro del ruedo. Faena intensa con la muleta. Entendió perfectamente las excelentes virtudes del utrero de Fuente Ymbro y labró un trasteo, al completo, en el centro del ruedo. El prólogo, con el doble pase cambiado por la espalda, dejó paso a tandas sobre la derecha con muletazos largos y jaleados en los tendidos. Sobresaliente también en los naturales posteriores. Hubo mucho gusto en los cierres de pecho. Cerró su labor con unas ceñidas manoletinas. Aprovechó al máximo las encastadas y buenísimas embestidas de un utrero al que se llegó a pedir la vuelta al ruedo en el arrastre. Para el de Espartinas, doble y merecido premio.

Con la Puerta del Príncipe entre abierta, no se conformó el novillero y buscó aún más mirando a ese quicio soñado por el que terminó saliendo tras el festejo. Se fue de nuevo a chiqueros a esperar al quinto y cumplió con el percal. Con la franela, arrancó al animal una faena emocionante, comenzada de rodillas en la boca de riego. Solvente, volvió a entusiasmar y contagiar por sus ganas. Desde el ecuador del trasteo, puso lo que faltó a una res que se fue apagando. Se volcó con la espada y el sueño se hizo realidad. De justicia.

José Garrido estuvo muy firme ante un novillo de vibrante embestida que repitió sus acometidas, aunque algo rebrincado y molestando el desarrollo de su lidia. Le plantó cara el extremeño a base de bajarle la mano y someterlo con poder. Series de muletazos muy estimables por ambos pitones con muy buena técnica. Fácil con la espada, paseó una oreja.

El extremeño también soñó anoche con esa Puerta del Príncipe y no quiso dejar de hacerlo realidad. Por eso, al sexto le recetó un mayúsculo saludo a la verónica meciendo el capote con mucha suavidad. El remate de la media, monumental. Fue el preludio a una tarde de toros que ya iba vertiginosamente camino de ser histórica. Se fue a los medios y cuajó a un novillo que tuvo muchísima calidad, en especial por el pitón derecho. Por ese pitón, se sucedieron las tandas de muletazos tan templados como enfibrados. De nuevo, la técnica, perfecta. Tremenda su torería. Protestó el burel por el pitón izquierdo, pero se mostró igual de dispuesto el pacense que ató la Puerta del Príncipe con un estoconazo que firmó por méritos propios el pasaporte al umbral de la gloria junto a su compañero de cartel Borja Jiménez. Unánimes ambos triunfos sin margen para ningún tipo de protesta.

Fernando Beltrán dejó buena impresión con el novillo que abrió plaza y con el que se presentó en el coso del Baratillo. Cumplió en los lances de recibo manejando bien el capote, aunque el animal llevó siempre la cara alta sin terminar de emplearse. Faena correcta basada en la mano izquierda, llevada con aplomo y suavidad, tratando de superar la poca transmisión que su oponente tenía. Silencio.

Dispuesto ante el cuarto al que planteó una faena con más voluntad y oficio que resultado. Le costó adaptarse a unas embestidas cada vez más descompuestas y difíciles de templar, porque su oponente cada vez se fue quedando más corto en su recorrido. Buena estocada para despacharlo.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Jiménez y Garrido, debut de príncipes

Tarde histórica. En una época en la que los novilleros apenas cuentan con oportunidades, de los tres debutantes en la Maestranza -Fernando Beltrán, Borja Jiménez y José Garrido- los dos últimos salieron a hombros por la Puerta del Príncipe. Todo un hito. Sucedió tras unas actuaciones en las que se mostraron ambiciosos y pletóricos, aprovechando sus lotes de una novillada de Fuente Ymbro, en su conjunto bien presentada, encastada y de buen juego; siendo ovacionados en el arrastre segundo, para el que se pidió la vuelta al ruedo, tercero y quinto.

El primer aldabonazo lo dio el espartinero Borja Jiménez con un segundo novillo que de salida anduvo suelto, tomó un puyazo al relance, más otra vara. Y que fue a más en la muleta hasta resultar extraordinario, como extraordinario anduvo Jiménez, quien tras recibirlo con una larga cambiada de rodillas, lanceó con buen aire a la verónica. En la muleta, el torero sevillano, además de generosidad, realizando la faena en los medios sin probatura, estuvo clarividente y añadió la ligazón y el temple como armas esenciales para una obra que fue acompañada por la música y vitoreada por el público. Puso en un puño el corazón de los espectadores con un inicio vibrante, en el que se pasó muy cerca los puñales de 'Esmerado' en dos muletazos por la espalda, ligados a una capeína y derechazos. Con la diestra, metiendo riñones y relajado, enhebró otra serie con ritmo. Una más de mano baja, con cambio de mano y pase de pecho, enloqueció a los tendidos. Como remates, hubo pases de pecho, del desprecio y molinetes, con torería. De nuevo, se pasó los machetes del novillo muy cerca en unas manoletinas. Y entró a matar con fe y gallardía para enterrar el estoque y cobrar dos merecidas orejas.

Borja Jiménez salió a por todas para asegurarse la Puerta del Príncipe. De nuevo, se jugó la vida frente a toriles de rodillas, con una larga cambiada. Brindó a su hermano, el matador de toros Javier Jiménez, y la faena, con argumento, rezumó alegría novilleril. En las afueras, comenzó con una tanda de rodillas en la que llevó embarcado al toro con la diestra. La faena, basada en esa mano -mejor pitón del novillo- fue acompañada por la música y aplausos del respetable. Cerró con unas manoletinas de infarto y se tiró a ley, en una estocada hasta el puño arriba. Una oreja merecida. Espléndido, que fue a más en la faena, se resistió a morir y fue ovacionado en el arrastre.

José Garrido dio la medida de un torero cuajado. Pero no de novillero; si no de un auténtico matador de toros, tanto por sus conocimientos como por su capacidad de desarrollarlos. Nada de nervios. El pacense pisó la rubia arena maestrante con una seguridad aplastante. Con el tercero, 'Impávido', un ejemplar encastado, que embestía bien por el derecho y se quedaba corto por el izquierdo, desplegó oficio y ambición a partes iguales. Faena con mucho fondo en la que lo más impactante y ovacionado llegó cuando en los medios dibujó derechazos de mano muy baja, en un par de series extraordinarias. Fue premiado con un merecido trofeo tras una estocada certera.

El sexto, 'Taranto', un burraco que era un toro en trapío, no se lo puso fácil al extremeño, que toreó extraordinariamente a la verónica al astado, al que llevó en un precioso galleo al caballo. Un quite en el que se marcó tres verónicas excelsas hizo saltar al público de los asientos y que la Banda de Tejera sonara en su honor. En la faena, tras una preciosa apertura con unos ayudados, Garrido derrochó solvencia, con una muleta poderosa, en la que arrancó tandas muy buenas con la derecha. Una serie de mano baja, rematada con un pase de pecho de costadillo fue superior. Como también fue de matrícula otra en las rayas, con cuatro muletazos y el de pecho, y el público ovacionando la actuación de pie. Mató de estocada arriba y fue premiado con dos orejas. Entre el encastado novillo, que se resistió a morir, fue despedido con una ovación después de tardar bastante tiempo en caer.

El valenciano Fernando Beltrán, que abrió plaza, con menor oficio, realizó una labor académica y fría ante el noble y justo de fuerzas que saltó en primer lugar. Y no llegó a acoplarse con el cuarto, en una faena que brindó al ganadero, Ricardo Gallardo, también triunfador en este festejo memorable.

Una tarde histórica, en la que en su debut tocaron el cielo de Sevilla con los dedos los novilleros Borja Jiménez y José Garrido, quienes abrieron la Puerta del Príncipe.

ABC

<img width="80px" height="110px" src="http://www.apcnet.org/archivos/Lorena.jpg">Por Lorena Muñoz. Borja Jiménez, José Garrido y Fuente Ymbro abren la Puerta del Príncipe

Triunfo histórico y necesario el de la novillada de la Real Maestranza. Dos novilleros a hombros por la Puerta del Príncipe, Borja Jiménez y José Garrido, acompañados por el ganadero de Fuente Ymbro que lidió un magnífico encierro. Una tarde para disfrutar del toreo en la que la afición de Sevilla, tan disgustada este año por la temporada disfrutó de momentos emocionantes.

Borja Jiménez le cortó las dos orejas al novillo de su debut tras una faena de mucho mando en la muleta. El de Espartinas, que se fue a chiqueros, ligó muletazos largos, templados y de mano baja en una faena que también alcanzó altura en el toreo al natural. Esmerado mereció la vuelta al ruedo, premio que pidió gran parte del público pero que el palco no concedió de manera inexllicable. Jiménez consiguió abrir la Puerta soñada al cortar la oreja del quinto tras una labor inteligente y centrada que comenzó de rodillas en el centro del ruedo de manera vibrante.

José Garrido, que también se presentaba en la plaza como novillero, compartió el triunfo con una actuación llena de torería y gusto.

Formó un auténtico lío con el capote en el sexto por el que llegó a sonar la música y firmó una faena de temple exquisito, mano baja y colocación perfectas que refrendó con una estocada impecable. Cortó las dos orejas del que cerró plaza. Antes había cortado un trofeo una labor de mucha firmeza y temple en la que había demostrado su buen concepto del toreo.

El valenciano Fernando Beltrán, con solo dos novilladas el año pasado, no pudo acompañar a sus compañeros. Estuvo dispuesto con el capote y efectivo con la espada, pero la tarde ya tenía los tres nombres del triunfo: Jiménez, Garrido y Fuente Ymbro.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Borja Jiménez y José Garrido abren la Puerta del Príncipe

Nadie recordaba algo así. Había que retroceder casi dos décadas para recordar a un novillero con picadores saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe después de poner a prueba la memoria de los mejores aficionados. Pero la novedad es que eran dos. Borja Jiménez golpeó primero pero Garrido lo hizo después.

El sevillano había logrado cortar dos orejas del excelente animal que salió en segundo lugar. El novillo, de nombre Esmerado, llegó a la muleta con un excelente son, un galope continuado y una alegría en la embestida que sólo pasó desapercibida para la presidenta del festejo, que negó la vuelta al ruedo que el público pidió por aclamación.Era difícil estar a la altura de una embestida tan rebosante pero Borja Jiménez salió resuelta y sinceramente dispuesto a triunfar y tapó las lagunas de su corto oficio con esa alegría interior que transmitió al tendido. Se fue a portagayola y se mostró siempre tan fresco como resolutivo en una labor trepidante, de mano baja y muletazos largos, que brilló por ambos lados.

Jiménez se tiró a matar matando y logró cortar esas dos orejas que le dejaban entreabierta la Puerta del Príncipe. Dispuesto a no dejar pasar la oportunidad, volvió a echar toda la carne en el asador con el quinto de la tarde, otro animal de excelente comportamiento con el que le traicionaron los nervios. Hubo mejor comienzo que final de faena pero apostó todo en una estocada que terminó de descorrer el cerrojo.

Arrastrado ese quinto, los aficionados más avezados sabían que lo mejor podía estar aún por venir. Garrido había cortado una valiosa oreja del tercero gracias a una labor inteligente, templada y bien administrada que sirvió de carta de presentación a este novillero que destila aura de gran torero. Garrido ya había gustado gracias a ese capote pequeño que toma con las muñecas muy juntas y mueve con aire y expresión abelmontada. Ese tercero, un punto correoso, sí fue una prueba válida para comprobar que el joven novillero pacense suma calidad y capacidad y un inusual sentido de la escena que le permite apretar o aflojar la tensión argumental de sus faenas en el momento apropiado.

Pero el definitivo recital llegó con el precioso sexto, más ensabanado que burraco, al que supo cuidar desde que salió por los chiqueros para extraer su buen fondo. Garrido lo cuajó con el capote de cabo a rabo, especialmente en un garboso galleo por chicuelinas y en un excelso quite por verónicas rematado con una bellísima media a pies juntos que logró arrancar la música. Chacón, con los palos, y Fini, con el capote, mantuvieron el hilo de la lida. La faena fue un dechado de buen gusto, inteligencia, temple y sentido de la medida. Garrido logró administrar las series de muletazos trazando una labor de más a mucho más. Los muletazos compartieron relajo, pellizco y expresión y las sucesivas tandas -magníficamente rematadas- fueron creciendo en intensidad, calidad y cantidad a la vez que avanzaba el metraje del trasteo.

Hubo una serie final rematada con una trinchera de cine y un excelente pase de pecho que puso en pie a los tendidos. Había que rematar la obra y Garrido se tiró a matar con decisión. La lenta agonía del animal no fue inconveniente para que el público pidiera y obtuviera las dos orejas que validaban el paseo por la Puerta del Príncipe junto a Borja Jiménez. El cartel lo abría Fernando Adrián, más compuesto que profundo, que pasó desapercibido con el lote menos propicio.

Toromedia

Borja Jiménez y Borja Garrido hacen historia al salir por la Puerta del Príncipe

Los novilleros Borja Jiménez y José Garrido han entrado en la historia de la plaza de toros de Sevilla al cortar tres orejas cada uno y salir juntos por la Puerta del Príncipe. El sevillano y el extremeño han conquistado a la afición de la Maestranza con distintos argumentos, pero con el factor común de la entrega sin límites y gracias también al buen juego de la novillada de Fuente Ymbro que se lidió. El valenciano Fernando Beltrán no pudo unirse al triunfo de sus compañeros en esta tarde histórica.

El valenciano Fernando Beltrán mostró buenas maneras con el capote a pesar de sufrir un desarme en el primero de la tarde. El novillo estaba justo de fuerza y lo acusó en la muleta, donde Beltrán le dio una serie estimable con la zurda y poco más, ya que el novillo se fue desinflando rápidamente. Lo más destacado de su actuación fue la estocada. Silencio.

En el cuarto, Beltrán pasó algunos apuros con el capote. En este novillo se lució en un quite por delantales Borja Jiménez. A pesar de que comenzó entonado y de que puso voluntad, la faena no acabó de remontar pasando en blanco en este debut en Sevilla. Volvió a matar bien, dejando al novillo sin puntilla y por eso fue ovacionado.

Borja Jiménez recibió al segundo a portagayola, mostrándose después decidido con el capote. En este novillo hizo un buen quite por chicuelinas José Garrido, dejando su tarjeta de presentación. Jiménez brindó al público y comenzó la faena con pases cambiados por la espalda y buenos remates. En la primera serie citó de lejos y ligó muy bien, comenzando a sonar la música. La segunda también fue ligada y destacada, aprovechando la muy buena condición del novillo. Por el pitón izquierdo cuajó una serie muy buena a la que siguió otra diestra de buena factura. Cuando volvió a la zurda, el novillo empezó a distraerse y se fue a por la espada. Terminó con manoletinas antes de matar de estocada y le fueron concedidas las dos orejas.

En el quinto volvió a irse a portagayola, pero el novillo, muy suelto, impidió el lucimiento con el capote. La faena de muleta la comenzó de rodillas ligando una primera serie muy buena rematada con un pase de desprecio que creó ambiente de triunfo. Ligó bien la primera serie con la derecha y también la segunda. Al natural, el novillo se mostró gazapón y hubo menos acoplamiento. La faena bajó un tanto pero había méritos para redondear el triunfo y alcanzar la meta de la Puerta del Príncipe. El de Espartinas se fue detrás de la espada para amarrarlo y cortó la oreja que le abría la ansiada puerta.

Garrido mostró buenas maneras en el recibo a la verónica al primero de su lote y también en el inicio de la faena de muleta. Con ambas manos logró momentos de buen toreo, destacando en los remates de serie llevando mucho al novillo. Al natural logró meter al novillo, que no era fácil por ese pitón, dando imagen de capacidad y oficio. Una última serie por la derecha caldeó el ambiente. Mató de estocada desprendida y cortó una oreja.

El extremeño se lució con el capote tanto a la verónica de salida como en un galleo por chicuelinas y sobre todo el un quite con dos verónicas y media que hicieron sonar la banda. En banderillas se desmonteraron todos los miembros de la cuadrilla y Garrido brindó a Álvaro Domecq. Su gran virtud fue entender muy bien al novillo desde la primera serie. Destacó la segunda tanda, muy bien rematada con un gran pase de pecho. Al echarse la muleta a la zurda el novillo se vino a menos pero Garrido logró levantar el tono de la faena con una última serie por la derecha, la más redonda de todas. Se tiró a matar con fe y aunque el novillo tardó en caer, le fueron concedidas las dos orejas que le abrieron la Puerta del Príncipe.


Sevilla Temporada 2014.

sevilla_010614.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:09 (editor externo)