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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Viernes, 12 de octubre de 2012. Corrida de la Cruz Roja

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de José Luis Pereda/La Dehesilla (bien presentados y de desigual comportamiento, descastados en general; destacó el 3º, muy noble).

Diestros:

Curro Díaz: estocada que asoma, seis descabellos y el toro se echa (silencio); pinchazo y estocada desprendida (ovación).

Matías Tejela: estocada baja (palmas); media estocada (silencio).

Antonio Nazaré: estocada tendida y dos descabellos (oreja); tres pinchazos y estocada tendida (palmas).

Incidencias: Curro Díaz fue atendido en la enfermería de “una herida inciso contusa en región frontal que requirió limpieza y puntos de sutura, de pronóstico leve”.

Banderillero que saludó: José Manuel Montoliú.

Presidente: Ana Isabel Moreno. Se guardó un minuto de silencio tras el paseíllo en memoria de Julián Salguero, presidente de la plaza recientemente fallecido. El palco presidencial lució crespón negro.

Tiempo: agradable.

Entrada: menos de media plaza.

Crónicas de la prensa: Diario de Sevilla, El País, ABC, El Correo de Andalucía, El Mundo.

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

En fin, se acabó lo que se daba en Sevilla, por esta temporada. Estábamos en familia en el tendido saludando a uno y a otro, pero no nos aburrimos. Interesante corrida de Pereda, con un par de zambombos fuera de tipo y otro que lo era pero que se quedó de sobrero, y otros que dieron opciones, como el buen tercero que aprovechó Nazaré. Qué de verdad toreó el de Dos Hermanas a ese “Triguerito”, que por ponerle un pero tenía una faena corta, la que realizó el torero. El sexto era distinto pero logró dominar su dificultosa embestida, aunque donde estuvo cumbre fue en el tercero. Qué más da que fallara el descabello, oreja merecida señora presidenta, bien hecho. Y pudo cortar otra en el sexto. El año que viene exige buen puesto en los carteles. Curro Díaz lo intentó y se lo valoraron, Tejela se tapó más con el quinto que con el segundo. El que se haya ido a la playa o al campo a la paella con el cuñao, se lo ha perdido. Mereció la pena echar esta última tarde en la Maestranza en 2012. El año que viene, si Dios quiere, estaremos de nuevo en la Puerta de Arrastre, donde siempre.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Esperanza nazarena

El cierre de la temporada sevillana, pese a la agradable temperatura inicial, resultó frío en cuanto a la entrada: tan sólo un cuarto de entrada. De la terna compuesta por Curro Díaz, Matías Tejela y Antonio Nazaré, se alzó como triunfador del festejo quien la cerraba. El diestro de dos hermanas, que cortó una oreja tras una espléndida faena, continúa ilusionando a los aficionados. Un torero que, tras un triunfo y caer herido en la pasada feria de abril, no ha contado ni con una decena de oportunidades para demostrar ese toreo profundo que lleva dentro.

Ayer, en la plaza de Sevilla, Antonio Nazaré tuvo la fortuna de encontrarse con el mejor toro de la corrida de pereda, bien presentada y con cuatro toros cinqueños. El tercero del encierro, el colorado triguerito, serio y bien armado, tuvo como mayor virtud la nobleza en la muleta, tras mansear de salida.

Nazaré, que ya se había marcado un quite por preciosas chicuelinas en su turno al segundo, jugó muy bien los brazos en tres verónicas y una media. La apertura de faena fue espléndida. En las afueras, siempre asentado y centrado, el sevillano se lució en una primera tanda diestra de muletazos largos y de mano baja. Rompió el público con una fuerte ovación y la música con un pasodoble. Otra serie, abrochada con un cambio de mano y un pase de pecho, fue muy aplaudida. en la siguiente imperó la quietud. Con la izquierda, brilló en un par de naturales, metiendo los riñones. Y logró una tanda de mano baja importante. Se gustó en un epílogo con bellos ayudados genuflexos. Y se tiró a matar con contundencia. Faena, sin duda, de gran calado. Algunos veían ya dos orejas en el esportón del torero. Pero la espada quedó trasera y tendida y el toro tardó en caer. Para colmo, el astado se levantó en un par de ocasiones cuando iba a ser apuntillado. Sonó un aviso. y el público se enfrió. Fue premiado con una oreja.

Con el sexto, al que le costaba embestir y que resultó incómodo por mirón, nazaré cumplió. La faena fue a menos en función del animal, cuando ya declinaba la tarde y envolvía los tendidos con una ligera brisa fresca que nos recordaba que estamos en otoño. Comenzó muy bien con la diestra, en una serie con ligazón muy aplaudida. por el pitón izquierdo únicamente pudo robar algunos naturales de bello trazo. con la espada, desacertado.

Curro Díaz abrió plaza con un precioso cárdeno, aplomadísimo y muy distraído, con el que no tuvo opción al lucimiento. Con el cuarto, un negro girón manejable, que se rajó pronto, el linarense dejó la impronta de su toreo con algunas pinceladas. Con la derecha hilvanó tres muletazos al ralentí, que fueron lo mejor de su actuación. Al matar, sufrió un fuerte golpe en la frente, que se produjo con la espada en un pinchazo previo. Tras despachar al animal, fue curado de un corte en la enfermería, de la que salió con paso marcial para incorporarse de inmediato a la lidia.

Matías Tejela, con un astado manejable, pero que fue a menos, pasó inadvertido. Al toro le faltó empuje y el torero únicamente consiguió un par de tandas diestras entonadas. Con el complicado quinto, un negro burraco de proporcionadas hechuras, el madrileño realizó una labor porfiona, cerrada con un serio arrimón, ante las embestidas descompuestas del animal.

Antes del cerrojazo a la temporada 2012 en la Maestranza, el temple llegó a cargo de un torero que nuevamente dio pruebas de su calidad y que, a día de hoy, mantiene todo el crédito y toda la esperanza para los aficionados: Antonio Nazaré.

El País

Por Antonio Lorca. Antonio Nazaré merece mejor suerte

Es curioso y preocupante el caso del torero Antonio Nazaré. Triunfó en la Feria de Abril de Sevilla y no le sirvió de nada; sorprendió en los Sanfermines y siguió en el paro. En total, solo ocho corridas, la mayoría de ellas en plazas de primera. Sin duda alguna, la suerte le es esquiva; o la justicia taurina se ha olvidado de él, o alguien importante le está pasando factura por vaya usted a saber qué cosa. Lo cierto es que no se comprende que un torero con condiciones, valeroso y con calidad en las muñecas, pase las tardes toreando de salón y alimentando sueños mientras muchos otros, -pero muchos-, con menos capacidad están anunciados en todas las ferias. Este es otro de los misterios de esta fiesta cuajada de oscuras aristas por las que se escapan ilusiones de jóvenes toreros que se encuentran con las puertas cerradas sin razón que lo justifique.

Volvió Nazaré a Sevilla en el cierre de la temporada y demostró otra vez lo que lleva dentro: buenas maneras, temple, sentido del gusto y torería. Lo anunció en el quite por ceñidas y vistosas chicuelinas que le hizo al segundo toro de la tarde, y lo cantó, después, ante el tercero, -un toro bravo en el caballo y noble y bonancible en la muleta-, al que muleteó con largura, suavidad, ligazón y personalidad por ambas manos. No mató bien, pero un público especialmente cariñoso le concedió una oreja que ojalá le sirva para la temporada que viene. Volvió a lucirse con el sexto, un animal sin clase, ante el que mostró un extraordinario deseo de triunfo para que no se olvide que es un torero válido que merece más oportunidades.

Distinto fue el caso de sus compañeros de terna, Curro Díaz y Matías Tejela. No tuvieron toros para el lucimiento, especialmente el primero, pero dieron la impresión de que no es la motivación una condición que hayan mantenido hasta el final del año. Díaz, torero elegante donde los haya, se desesperó ante el muy soso primero, un toro con el destino equivocado, tanto que más bien parecía una vaca lechera, y estuvo poco habilidoso con el quinto, también desclasado. Muy despegado y superficial fue el toreo de Tejela con el tercero, con el que no dijo nada, siempre despegado y ventajista; se afanó algo más con el inservible quinto, pero no despejó la impresión de que es un torero joven con el ánimo ya muy veterano.

ABC

<img src="http://www.portaltaurino.com/images/criticos/fdo_carrasco.jpg"/>Por Fernando Carrasco. Nazaré, torero de ferias

Importante, importantísima, la faena que cuajó Antonio Nazaré al tercer toro de la tarde. Faena de torero grande, de figura del toreo. Así lo siento y así lo escribo. Una de las faenas de la temporada en el coso del Baratillo que se quedó en una oreja por la «malajá» del toro, que se levantó por dos veces y hubo de echar mano el de Dos Hermanas, por dos veces, del descabello.

Aún así, nadie le puede discutir un trasteo macizo y profundo de principio a fin ante el mejor toro de Pereda. Pero a esos toros hay que torearlos. Y lo hizo Nazaré, que se emborrachó de toreo caro, largo y profundo; sentido en todo momento y con una dimensión de las grandes. Las series diestras resultaron compactas, dejando siempre la muleta para engarzar el siguiente muletazo. Y las dos tandas al natural, de las mejores que hemos presenciado este año en Sevilla. ¡Qué manera de arrastrar el engaño y de terminar el muletazo detrás de la cadera! El de Pereda colaboró pero Nazaré se salió del cuadro. Si esta faena es en plena Feria de Abril y con las cámaras de televisión, estaríamos hablando de un torero de ferias. Pues que se escuche bien alto: Antonio Nazaré es torero de ferias. A ver si se enteran ya, de una puñetera vez, los empresarios. ¿Qué tiene que hacer más este torero para estar considerado? Ahí están los ejemplos, sin ir más lejos, de este año en el ciclo abrileño o la tarde ofrecida en Pamplona ante una de Cebada Gago. O la faena que cuajó el año pasado en este mismo coso también el 12 de octubre. Otros, con menos méritos, están dando la vuelta a España. Cosas veredes, amigo Sancho…

El sexto le echó las manos por delante de salida. Brindó al público y comenzó la faena con suavidad e inteligencia para llevar a su enemigo en muletazos en los que no le obligó mucho. El astado tuvo una primera parte en la que se desplazó y posibilitó que Nazaré, dándole sitio, ligase un par de series diestras y una a zurdas, haciendo siempre él las cosas. Fue una faena justa por las condiciones del de Pereda, que se fue desinflando a medida que transcurría el trasteo. Hubo torero pero no toro. En esta ocasión, la espada no entró hasta el cuarto encuentro.

Curro Díaz se estrelló contra un primer toro que anduvo sin fuerzas desde que salió por chiqueros. El de Linares, que tiene muy buen concepto del toreo, prácticamente paso inadvertido en el tercio final, habida cuenta de cómo se aplomó su enemigo. Lo intentó por todos los medios pero el animal no pasaba y cuando lo hacía, no perdía de vista las tablas. A pesar de matar bien, se le atragantó el descabello.

Al cuarto, que se desplazaba cabeceando y algo rebrincado, le dejó un par de series sobre la diestra en las que bajó la mano e intentó hacer el toreo de clase. No era toro para eso, que necesitaba quizá un toreo más de sometimiento. No terminaba de humillar el de Pereda. Expuso mucho el linarense, que se golpeó con la empuñadura de la espada en la frente al pinchar, siendo, siendo atendido de una herida que necesitó puntos de sutura.

Matías Tejela se las vio con un primero suyo que repitió embestidas en los primeros compases aunque orientándose de lo que se dejaba detrás. Oficio tiene el madrileño, que dejó algunos muletazos de buen trazo a diestras. No así al natural, donde el astado no quería saber nada. Lo despachó de una buena estocada.

El quinto, un toro grande de hechuras, no terminó nunca de humillar y cuando embestía lo hacía sin fijeza. Tejela tiró de veteranía, robándole muletazos pero sin que aquello remontase vuelo. La faena resultó larga para acabar en las distancias cortas.

Punto final a la temporada en la Maestranza, con otro golpe en la mesa —de los empresarios— de Antonio Nazaré. A ver si no se hacen los sordos…

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Nazaré reivindica su sitio en las ferias

¿Qué tiene que hacer Antonio Nazaré para que se le abran de par en par las puertas del gran circuito de las ferias? Esta industria está podrida, muy podrida, si no facilita el paso a un torero que ya ha demostrado de sobra que tiene valor, capacidad, concepto y ambición de sobra para coger sitio en la gran temporada. Sólo hay que ponerlo y si no aprovecha su oportunidad que se vaya para casa. Así fue siempre en el toreo pero esta profesión camina ahora sendas extrañas que no premian la excelencia. Y así le va a este negocio obsoleto que tiene delante de sus narices un torero en plenitud que se están perdiendo en tantos y tantos sitios.

El máximo interés del cartel, para que vamos a andar con rodeos, recaía en el diestro de Dos Hermanas que quemaba ayer su octavo cartucho de una cicatera temporada en la que, en contra de los números, se ha sabido situar en la rampa de lanzamiento. Y cuando salió el tercero -un precioso y hondo ejemplar muy en Núñez que hizo esas cositas de manso que tan buenos augurios traen en esta sangre- muchos nos frotamos las manos pensando que con ése iba a ser. Y no nos equivocamos. Nazaré sorteó el mejor toro del encierro, es verdad, pero también le recetó el mejor toreo de una tarde que sirvió de paso para clausurar la temporada taurina en la plaza de la Maestranza. Pero es que el nazareno estuvo perfecto desde que se abrió de capote y descubrió la calidad de su enemigo en su comportamiento en la brega. El toro de Pereda humillaba, hacía cositas buenas y Nazaré apostó todo citándolo firmísimo y enterrado en el albero en el proemio de una faena que comenzó con desgarro y culminó con cadencia.

El gran torero de Dos Hermanas se entregó a tope y supo expresarse a la vez que el toro se empleaba en su muleta maciza. De los tanteos previos se pasó a una serie enorme que hizo romper la música. Pero había que dejarla siempre puesta, elegir bien los terrenos y esperar sin molestar a un animal un pelín rajadito que se acabó enhebrando por completo con la plenitud de Nazaré.

Quedaba lo mejor. El torero se vaciaría por completo manejando la muleta con la mano izquierda dictando dos sensacionales series consecutivas que hicieron crujir la plaza. Aún hubo ayudados sabrosos pero, sobre todo, la certeza de encontrarnos ante un gran torero que merece el salvoconducto definitivo a la gran temporada. En la yema de Abril, con otro ambiente, habrían caido dos orejas de peso a pesar de la tardanza en morir del toro de Pereda. No importa. Todo es cuestión de tiempo. Quizá con esos dos trofeos en la mano habría caído sin demasiada dilación la oreja del sexto de la tarde, un animal feote de hechuras y muy distraído en los primeros tercios al que supo administrar sabiamente. Fue un trasteo corto en el metraje pero perfectamente acoplado a las condiciones de un toro que duró demasiado poco. Y hubo cositas de buen gusto, naturales sedosos y sensación de torero poderoso y preciso, muy por encima de algunas miraditas y dudas del astado, pero la espada esta vez se empeñó en no entrar.

El cartel de clausura lo había abierto Curro Díaz, ausente en abril por cuestiones de política taurina, al que todavía le acompañaba el recuerdo de su gran faena otoñal del San Miguel de 2011. Esta vez no hupo arpas que tocar. El primero de la tarde rebrincó y tardeó de manso y puro flojo y no permitió al diestro de Linares pasar de tesonero y voluntarioso. Con el cuarto, emotivo y alegre en los primeros tercios parecía que iba a cambiar la decoración pero Curro buscó el desmayo antes de tiempo -hubo un puñado de muletazos con cierto sabor- y el ritmo del trasteo se acabó desmoronando. Poco hay que decir de Matías Tejela. Anduvo entre dos aguas con el segundo de la tarde, un animal de más a menos que le dejó estirarse a cuentagotas, y tampoco.

El Mundo

Nazaré corta la última oreja del año en la Maestranza

Antonio Nazarécortó este viernes la única oreja de la tarde en la corrida que ponía punto final a la temporada en la Maestranza sevillana. El torero de Dos Hermanas ha hecho una gran faena al tercero de la tarde que ha sido lo más destacado en una tarde en la que Curro Díaz y Matías Tejela se han ido de vacío ante toros de José Luis Pereda de juego variado.

El diestro de Dos Hermanas Antonio Nazaré ha hecho una importante faena en el cierre de la temporada sevillana, cortando una oreja que pudieron ser dos de haber muerto el toro antes. Sus compañeros de cartel no pudieron puntuar en una tarde en la que el protagonismo se lo llevó el diestro sevillano, que también estuvo muy inteligente en el segundo de su lote, según informa www.lamaestranza.es.

Curro Diaz se encontró con un primer toro de muy buenas hechuras y bonito pelaje, pero completamente parado. El de Linares se mostró insistente pero al toro le costó cada vez más arrancarse. Mató de estocada desprendida y seis descabellos y fue silenciado.

En el cuarto, Curro Díaz se gustó en la segunda serie por la derecha, haciendo un toreo vertical que llegó al tendido. En la siguiente llevó más a un toro al que le faltó final por el izquierdo. La faena decreció en intensidad aunque el torero se mostró muy dispuesto en todo momento. Mató de pinchazo y estocada, sufriendo un golpe en la frente con la espada. Fue ovacionado.

Tejela puso empeño con el capote en el segundo de la tarde y toreó con buena compostura en las dos primeras series diestras, en las que el toro de Pereda se desplazó bien. A partir de ese momento el astado empeoró y la faena perdió intensidad. Mató de estocada efectiva y fue silenciado.

Brindó al público el segundo de su lote, un toro que manseó en los primeros tercios, apuntando querencia a chiqueros y que en la muleta se movió sin clase y protestando. Tejela puso empeño en sacarle todo el partido pero la faena no pudo ser brillante.

Antonio Nazaré ya se dejó ver en el quite que realizó al segundo de la tarde, en el que toreó muy bien por chicuelinas rematando con media. También brilló en el recibo de capa al tercero, al que dio buenos lances y remató con media con una rodilla en tierra. Con la muleta tuvo un comienzo vibrante que caldeó el ambiente. La primera serie por la derecha ya fue redonda e hizo sonar la música y la segunda fue más cuajada aún. Cuando se echó la muleta a la izquierda bordó el toreo al natural en dos series profundas de muleta puesta y mano baja que hicieron crujir la plaza. La faena fue completa y Nazaré mató de estocada, pero el toro se levantó tres veces, teniendo que descabellar. Cortó una oreja después de un aviso.

Brindó al público la faena al sexto y cuidó al toro en las dos primeras series diestras. En la tercera se la dejó puesta y rompió a sonar la música. Al natural aprovechó de forma inteligente lo que tenía el toro. Fue una faena en la que puso mucho más el torero que el toro, pero que no remató con el acero.


©Imágenes: Antonio Nazaré, triunfador de la tarde. Crespón negro en el palco presidencial/Empresa Pagés.

Sevilla Temporada 2012.

sevilla_121012.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:23 (editor externo)