Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


sevilla_180514

Real Maestranza de Sevilla

<img width="300px" height="240px" src="http://www.plazadetorosdelamaestranza.com/images/stories/cronicas/2014/18mayo.jpg">

Domingo, 18 de mayo de 2014

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Cayetano Muñoz (bien presentados, descastados, faltos de raza, pitados en el arrastre; potables 3º y 6 º).

Diestros:

Juan Ortega. De sangre de toro y oro. Pinchazo, estocada (palmas); estocada en su sitio (saludos desde el tercio).

Posada de Maravillas. De blanco y oro. Debutaba con caballos. Cuatro pinchazos, estocada trasera y tendida (silencio); pinchazo, estocada (silencio).

Lama de Góngora. De blanco y oro. Estocada trasera (vuelta al ruedo tras petición); estocada tendida y contraria (oreja).

Presidente: Fernando Fernández-Figueroa.

Tiempo: soleado, agradable.

Entrada: media plaza.

<iframe src="//player.vimeo.com/video/95676785" width="500" height="275" webkitallowfullscreen mozallowfullscreen allowfullscreen></iframe>

Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Triunfo de la Lama. Un bonito y prometedor cartel conformaba la primera novillada del mes de mayo en Sevilla. Al final, debido al juego de los novillos tan sólo Lama de Góngora ha cortado una oreja del que cerraba plaza. Faena de más a menos, igual que las cualidades del animal. Lo mejor el comienzo de faena toreando con temple y estética. Mostró mucha disposición el sevillano, que se fue a portagayola para recibir a sus dos oponentes. Al tercero lo exprimió al máximo acabando al final entre los pitones. Posada de Maravillas debutaba con picadores en la Maestranza hoy. Sólo pudo dejar detalles de torería y buen gusto frente a un lote sin opciones. El mismo problema tuvo el cordobés Juan Ortega, que tampoco le sirvió el esfuerzo que hizo.

Lo peor: Igual que en Feria. El ganado sigue sin dar el juego esperado en Sevilla. La novillada de Cayetano Muñoz, bonita de presentación, pero con animales muy parados y sin fondo. Ahora la plaza de toros tiene un nuevo problema: los mosquitos. La invasión de estos insectos hizo insoportable la tarde para los tendidos de sombra.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Lama, con frescura y actitud

El cartel de la segunda novillada de la temporada sevillana unía a tres toreros interesantes del escalafón inferior: los sevillanos Juan Ortega y Lama de Góngora y el pacense Posada de Maravillas, que hacía su presentación con picadores en la Maestranza.

Con una novillada de Cayetano Muñoz, desigualmente presentada y, en conjunto, de juego deslucido, destacó Lama de Góngora, quien en su balance dio una vuelta al ruedo tras petición de oreja en el tercero y le concedieron un trofeo en el sexto.

Lama, que contó con el mejor lote, afrontó la tarde con valor, entrega y buenos pasajes de toreo, tanto con el capote como con la muleta. A su primero, el mejor novillo del festejo, lo recibió con una larga cambiada de rodilas frente a toriles y salió comprometido cuando se puso de pie. A punto estuvo de que el novillo, que voló como un obús hacia su cabeza, le propinara una cornada terrible en el cuello. Afortunadamente, el pitón izquierdo del astado impactó en el capote del torero, quien con raza, de nuevo de hinojos, enhebró dos faroles, escuchándose otra ovación más potente. En su variedad capotera añadió un quite por chicuelinas con una buena media. Con un novillo con movilidad apostó por la distancia larga en la apertura, con una tanda entonada. Con esa mano tiró bien en la siguiente del astado, ya con menos brío. Con la izquierda dibujó varios naturales sueltos de calidad y un obligado de pecho emotivo. A partir de ahí, robó muletazos con la diestra. En el epílogo apuntó detalles caros, como una trincherillla. Cayó este Algodonero de una estocada entera desprendida y el sevillano dio una vuelta al ruedo tras petición minoritaria de oreja.

Con el sexto, un ejemplar manejable, que fue a menos, realizó una labor desigual. De nuevo, se la jugó frente a toriles en un farol. Abrió faena a pies juntos con muletazos ceñidos. En las afueras, buena serie diestra. Sonó la música. El torero esbozó otra tanda buena por ese lado, bajando la mano. Pero al novillo le costó a partir de ahí embestir. El trasteo entró en declive. Lama levantó su obra con unas bernadinas en las que expuso mucho y que ovacionó el personal. Se tiró con garra para una entera defectuosa. El público volvió a solicitar un trofeo, que en esta ocasión concedió la presidencia.

Juan Ortega tuvo un mal lote. El que abrió plaza, justito de casta, topaba unas veces o se quedaba corto en otras. Porfió en un trasteo de imposible lucimiento. Ortega, dispuesto en su acto, recibió al novillo con una larga de rodillas junto a tablas. Con la muleta logró lo mejor con la mano diestra ante un animal que fue perdiendo gas, con el sevillano apostando por un arrimón.

Posada de Maravillas, tras ganar terreno a la verónica con buenos lances al segundo novillo, reservón, no pasó de una labor porfiona por ambos pitones. Con el quinto, un ejemplar a menos, desarrolló un argumento muy dispar, en el que lo único destacado lo alcanzó en algunos naturales sueltos. De nuevo, Lama, el protagonista de la tarde, dejó otro chispazo de torería en unos delantales abrochados con una airosa larga, en su quite correspondiente.

Lama de Góngora, quien levantó las máximas expectaciones en los aficionados cuando en una nocturna sin picadores abrió la Puerta del Príncipe, renovó ayer ilusiones. Desde entonces, parecía que aquel éxito le pesaba como una losa y, en algunos festejos, lo acusaba. De nuevo, en la plaza de su barrio, vimos al torero del Arenal con la frescura, la actitud y la entrega propias de un novillero prometedor.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Lama de Góngora toma aire

No es que llegara con el agua al cuello. O casi. El caso es que el joven Lama de Góngora volvía a hacer el paseo en la plaza de su barrio marcado por cierto escepticismo que convenía sacudir. Se lo debía a los aficionados que habían confiado en él desde aquel portazo principesco que ya empezaba a dibujarse brumoso. Pero también se lo debía a sí mismo para convencerse de cómo es realmente el verdadero y duro camino que hay que recorrer si se quiere ser torero.

El joven valor sevillano había salvado los muebles de su primera temporada con picadores con exceso de tibieza y la oreja de ese festival otoñal que despidió la temporada y, de paso y sin saber hasta cuando, a los toreros alzados que están dando que hablar más que los duros antiguos. Poco, muy poco, para un chico que había despertado muchas ilusiones. Pasado el invierno no había logrado entenderse el mejor ejemplar de la novillada de intermedio que precedió al ciclo continuado de festejos. Con este panorama y con el tren pitando en la estación, se dispuso a hacer su segundo paseíllo en la plaza de su tierra.

Pero esta vez cambiaron las tornas, la actitud y hasta la suerte en los corrales. Paco Lama no esperó el pitido del jefe de estación para saber que había que subirse de nuevo a ese tren que pasa pocas, poquísimas veces, y se dispuso a recibir a su primero con una larga a portagayola que fue el mejor certificado de un nuevo espíritu que ya no debe abandonar. A esa larga embarullada siguieron dos nuevos faroles de rodillas y una lidia calamitosa que no logró fijar el galope del novillo, que enseñó un esperanzador tranco y una movilidad que necesitaba el temple y la precisión de los de plata, que no dieron una. Ortega, en su turno, se marcó un bonito quite por chicuelinas. El novillo parecía servir, estaba enseñando cositas buenas aunque el desconcierto en la brega seguía siendo una constante que sólo retomó el orden gracias a los buenos pares de Cándido Ruiz.

Lamita brindó a la parroquia y citó al novillo desde los medios. El animal se vino a galope tendido pero el torero no acertó a ser generoso con las distancias y pecó de ahogar una embestida que pedía el centro del platillo y distancias largas. El joven lidiador sevillano se mostró tan entregado como embarullado en una faena que enseñó su mejor tono por el lado izquierdo y en una postrera serie diestra que precedió al arrimoncito tan en boga. El espadazo no fue efectivo y el novillo tardó en caer demasiado escamoteando la oreja que sí terminaría cortando del último de la tarde. Ese sexto se tragó otro farol a portagayola y unos delantales con cierto sabor. El novillo tenía movilidad, volvía a enseñar esas cositas buenas que se confirmaron cuando Lama de Góngora -después de brindar a El Rociero- inició su faena con un puñado de muletazos en las rayas, tan estéticos como bien hechos, que terminaron de hacer romper al utrero. La música brotó en la primera serie diestra. Aún hubo otra sobre ese lado que remató con un sedoso cambio de mano y un gran pase de pecho. Pero el trasteo se frenó cuando Paco se echó la muleta a la mano izquierda. Fueron un puñado de naturales de eco sordo pero enorme mérito. El toro era mucho más violento y remiso por ahí y el joven novillero supo afrontar la prueba sin volver la cara. Ahí se agotó casi todo el gas y el final de faena, mucho más amontonado, culminó con las inevitables bernardinas de catálogo. El espadazo contrario no impidió que el presidente concediera esta vez la oreja. Ánimo y a seguir.

Juan Ortega, veterano de guerra, era el cabeza de cartel. Este sevillano formado en tierras cordobesas dejó inédita su calidad con el inválido ejemplar que saltó en primer lugar. Con el cuarto, que resultó tardo y algo bronco en la embestida, pecó de destemplado en una trasteo alargado absurdamente cuando ya no tenía ningún rumbo. Un arrimón estéril hasta el punto de ponerse pesado precedió a una gran estocada de efectos fulminantes.

Se presentaba en Sevilla el valor pacense Posada de Maravillas, un torero de dinastía que rescata en sus formas el aire y la estética de los mejores de su casa. Sorprendió por la composición de su capote, que renueva las formas de los estilistas de los años 20. El chico tiene algo y los profesionale supieron verlo, especialmente en la lidia del segundo de la tarde, al que cuajó alguna verónica de tonos sepias y esbozos de muletazos que necesitan ser vistos con otro tipo de novillo. Tampoco se le puede negar cierto verdor y la necesidad de pulir algunos defectos, como esos tironcitos del codo que, más que templar, violentan el muletazo. El quinto tuvo una movilidad engañosa pero acabó desinflándose en la muleta de Posada, que necesita volver a ser visto.

ABC

<img width="80px" height="110px" src="http://www.apcnet.org/archivos/Lorena.jpg">Por Lorena Muñoz. Lama de Góngora recupera crédito

El interesante cartel de la primera novillada del abono congregó en el tendido a los abonados y poco más. Tres novilleros punteros del escalafón que lidiaron una novillada de Cayetano Muñoz que no dio opciones a Juan Ortega y a Posada de Maravillas y que aprovechó Lama de Góngora, más centrado que en su anterior paseíllo de este año en la Maestranza. Vuelta y oreja que le ayudan a recuperar un crédito que se le empezaba a cuestionar.

Sabedor de lo que se jugaba, Lama de Góngora se fue a chiqueros a recibir a sus dos novillos. La oreja la cortó en el sexto, faena en la que sonó la música y hubo más pañuelos, pero la faena del tercero fue mejor, labor para la que no hubo música y la petición fue minoritaria.

El recibo del tercero fue vibrante y emocionantes las dos largas cambiadas y el remate también de rodillas. Citó en los medios, el novillo acudió largo e hilvanó una buena serie con la diestra. Hubo varios naturales largos, templados y solidez en su actuación teniendo en cuenta que tragó mucho al astado que tuvo sus complicaciones a pesar de que no se vieran del todo en el tendido. Se tiró tras la espada al igual que en el sexto al que inició la faena con los pies juntos y citando de frente con la diestra. Continuó al natural y alternó por ambos pitones. La eficacia con la espada animó la petición del trofeo.

Juan Ortega no tuvo opciones con el primero y algunas más en el cuarto, aunque la buena noticia es que se mostró muy efectivo con los aceros. En el que abrió plaza manejó con gusto el capote en el recibo y estuvo templado en un quite a la verónica. Se le vio dispuesto pero fue lo más lucido que pudo hacer ante un novillo que se quedó sin fuerzas muy pronto, cabeceó en los muletazos por alto y no aguantó más de dos seguidos. La faena del cuarto fue prometedora al comienzo con una serie en redondo larga y templada pero al cambiar de mano, el novillo se quedó más corto punteando el engaño. La labor del novillero fue a menos como el de Cayetano Muñoz y saludó tras una gran estocada.

Posada de Maravillas, que se presentaba como novillero, sorteó un lote desigual. Se topó con un segundo al que no le sobraron las fuerzas, tardo en el capote, protestado en varas y sin fondo para la muleta. Lo intentó el extremeño por ambos pitones pero no hubo continuidad con un astado parado. El quinto tuvo tres series por el pitón derecho interesantes pero el de Badajoz prefirió torear al natural, pitón por el que se quedó más parado y con el que no consiguió remontar la faena.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Lama de Góngora recupera el crédito

Lama de Góngora, que estaba en tela de juicio después de sus prometedores comienzos y su frenazo posterior, recuperó en la primera novillada del abono el crédito que tenía con la afición sevillana. El diestro logró superar este envite que era poco menos que un ultimátum de cara a su futuro. Su balance fue el resultado de una actuación decidida con los atisbos de calidad que atesora este joven.

Se supone que tres novilleros de postín deben venir a la Maestranza a lidiar un encierro que sea capaz de medir sus posibilidades. Nada de eso. La de Cayetano Muñoz, bonita de hechuras, fue un conjunto descastado, noble, dulce a veces, pero no puede servir para calibrar el valor de cara al futuro de los aspirantes. Es lo que hay. El ganado está así. Los novillos pasaron por el tercio de varas de forma simbólica. Alguno de ellos ni sangró en dos estradas en las que los varilargueros fallaron a conciencia para no hacer daño. Así se deteriora la fiesta lentamente.

Lama fue el mejor por disposición y calidad. Sus dos novillos se movieron con mayor sentido, sobre todo el tercero. Su disposición quedó patente al ponerse de rodillas a portagayola en ambos. Toreó con el capote en algunos momentos con gracia y empaque, como en un quite por delantales. La faena al tercero comenzó bien con la derecha, se vino abajo con el mismo pitón y remontó por naturales de trazo largo con buenos remates de pecho. En algún momento ahogó al de Muñoz. Se tiró a matar y se pidió levemente la oreja. No era procedente.

La que logró del sexto fue el premio a su afán de triunfo. Se había ido a la puerta de chiqueros. En la faena hubo de todo, lo mejor el comienzo con trincherillas toreras y uno de pecho de lentitud pasmosa. La primera tanda con la derecha fue de calidad. Enganchó muy delante al novillo y lo templó. La faena tuvo altibajos, con buenos muletazos y de nuevo cierto amontonamiento. El novillo fue a menos y Lama acabó con torería y unas bernadinas. Mantiene en parte su sello de identidad y le ha añadido una entrega y disposición encomiables. La oreja fue el premio a toda la tarde. Veremos si le sirve.

Juan Ortega tiene unas maneras excelentes con las telas. Fue dejando algunos capotazos y muletazos de trazo muy hermoso en distintas fases del festejo. Tuvo mala suerte. El primero era un novillo de Guisando, es decir, una estatua. Con el cuarto pudo ofrecer una muestra de su calidad, pero debe tener en cuanta que se dejó enganchar mucho la franela. Por tanto, tarde en blanco. Es una pena, hay formas, pero no da el salto.

No fue afortunada la presentación de Posada de Maravillas, aquel novillo que deslumbró hace más de un año en su debut en Olivenza. No parecía el mismo. Es verdad que el primero de su lote le ayudó poco, pero difícilmente podía hacerlo con los toques violentos hacia fura y la mala colocación del novel. Los lances al quinto fueron lo mejor de su tarde sevillana. Después, repetición de la jugada. Mal situado, desplazando siempre al novillo afuera, así era imposible. Una tanda de naturales sin ligar dejó entrever que es novillero con más clase de la mostrada. El utrero se paró pronto, es verdad, pero le faltó dar un paso adelante. Lo dicho, una presentación desafortunada.

Toromedia

Vuelta al ruedo y una oreja para Lama de Góngora

Lama de Góngora ha hecho todo lo posible por convertirse en el gran protagonista de la tarde. A sus dos oponentes los ha recibido de rodillas a portagayola. A su primero, con una larga cambiada a la que siguieron otros dos faroles de rodillas y una media con la pierna flexionada. Hubo en este novillo un buen quite por chicuelinas por parte de Juan Ortega. Lama ha brindado la faena al público y ha comenzado el trasteo en los medios aprovechando el galope del novillo. No obstante, el animal no ha acabado de desplazarse en su embestida y esto ha limitado la labor del novillero. Lo mejor de la faena fueron dos series por el pitón izquierdo, valiente Lama en las cercanías con el animal más apagado y sabor en los ayudados por bajo finales. Lástima que el novillo tardara en doblar porque la petición de oreja hubiera sido mayoritaria.

La petición sí fue mayoritaria en el que ha cerrado plaza, al que recibió Lama con otro farol para después lancearlo bien a la verónica. Tras brindar al conocido taurino Marcelo, el inicio de faena ha tenido un trincherazo de cartel y de ahí, al tercio para hacer sonar la música tras una primera serie diestra de mano baja y trazo largo. El buen tono se mantuvo en la serie siguiente y el novillo se resistió algo más por el pitón izquierdo antes de quedar más apagadito. Tres bernardinas finales, ligadas al pase de pecho y una efectiva estocada contraria han puesto en manos de Lama la única oreja de la tarde.

Juan Ortega lanceó bien a la verónica al novillo que abrió plaza, que apuntó tanta calidad como falta de fuerzas. De hecho, el animal quedó muy parado ya en banderillas y sus embestidas fueron casi mortecinas en la muleta. Al cuarto lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio y de nuevo buen toreo de capa. Este novillo cumplió en varas y además se castigó clavando por dos veces el pitón en la arena. Esto explica que tras el brindis de Ortega y una primera serie por el pitón derecho, el animal quedara parado y muy a la defensiva. Con desarme incluido, Ortega se alargó más de la cuenta, aunque la estocada fue lo más contundente de su actuación.

Se presentaba ante la afición de Sevilla el extremeño Posada de Maravillas y, pese a no haber triunfo, ha sido grata la impresión. A su primero lo cuajó a la verónica por el pitón derecho, pues por el otro siempre le molestó el viento. Este novillo quedó paradísimo tras dos puyazos, tanto que Lama tuvo que desistir en su intento de quite por tafalleras. La faena de muleta empezó con un desarme, pero no se vino abajo el chaval y atacando logró medio hilvanar un par de series por el pitón derecho. Al quinto, sueltecito de salida, logró amarrarlo a la verónica en la misma boca de riego. Tuvo algo más de codicia en los primeros tercios este novillo, aunque a la muleta llegó algo rebrincado. Posada intentó templarse en dos series por el pitón derecho y el animal perdió fuelle en una tercera por el otro pitón. Tuvieron sabor los naturales del final citando de frente.


Sevilla Temporada 2014.

sevilla_180514.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:13 (editor externo)