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Torrecilla, punto final, tras 78 años de su fundación

Suertematador, 26 de mayo de 2010

La ganadería de Torrecilla es considerada uno de los criaderos de toros de lidia con mayor tradición en el territorio nacional, puesto que de la sangre de dicha casa ganadera se ha podido dar origen a otras dehesas. Torrecilla se ubica en el rancho El Sauz, a un costado de la carretera que une a Fresnillo con Durango, y donde se observa aún a los imponentes toros que buscan preservar la bravura y casta de la sangre Llaguno.

Fue en 1932 cuando don Julián Llaguno, con vacas y sementales de San Mateo, dio origen a dicha casa ganadera fue con toros de primer nivel que pronto se colocaron entre los más apreciados de las principales plazas del país. En 1956 falleció Don Julián Llaguno, por lo que la ganadería quedó en manos de sus tres hijos, pero fue José Antonio el que conservó el nombre y el fierro hasta su muerte en 1989.

A la partida de José Antonio tomaron las riendas sus hijos José Antonio, María del Carmen y María del Rosario Llaguno Sesma, quienes desafortunadamente observaron la caída del imperio ganadero. Fue en 2004 cuando don José Luis Bonilla realizó un quite para asumir la difícil tarea de continuar con la historia de una de las ganaderías con más arraigo. Don Luis Bonilla ha hecho una buena labor al frente de Torrecilla, sin embargo, el peso del nombre sigue recayendo sobre sus hombros, por lo que ha decidido poner punto final a la historia de la emblemática ganadería.

Así lo mencionó el propio ganadero en entrevista para el programa televisivo Barrera que se trasmite por canal 44 de TV Zac, en donde se dijo también cambiará el hierro que por más de 78 años ha identificado a los toros de la sangre de Torrecilla. Será entonces en un corto período cuando Torrecilla cambié el nombre a Luis Bonilla, para con ello cerrar una página histórica que ni con mágico borrador podrá desaparecer.