Sábado 5 de octubre Novillada sin picadores. Novillos de José González (1º y 2º) y Carmen Borrero para los alumnos de las escuelas Marco Polope (Escuela de Valencia), palmas tras aviso, Víctor (Arles), oreja; Bruno Gimeno (Valencia), vuelta al ruedo tras aviso, Nicolás Cortijo (Albacete), oreja tras aviso, Ian Bermejo (Castellón), silencio tras dos avisos, y Samuel Castrejón (José Cubero Yiyo de Madrid), vuelta al ruedo tras aviso.
Domingo 6 de octubre Novillada con picadores. Novillos de Rocío de la Cámara para Diego Bastos, silencio y oreja, Alejandro Chicharro, ovación y oreja, y Alberto Donaire, saludos tras 3 avisos y oreja y herido al matar.
Miércoles 9 de octubre Corrida de toros. Toros de Garcigrande (1º, 2º, 3º) y Juan Pedro Domecq para Enrique Ponce, que se despidió de los ruedos, oreja y ovación, Alejandro Talavante, oreja y petición y silencio, y Nek Romero, que tomó la alternativa, silencio y vuelta. Enrique Ponce regaló un toro, sobrero de Juan Pedro Domecq (dos orejas tras estocada y descabellos).
Nek Romero, silencio/ovación, Roberto Jarocho, ovación/ovación, y Samuel Navalón, oreja/silencio. Reses de (Núñez de Tarifa).
Diego Ventura, oreja/oreja, Fernando Adrián, oreja/palmas, y Juan Ortega, ovación/silencio. Toros de (Los Espartales para rejones, y Núñez del Cuvillo).
Sebastián Castella, ovación/ovación, José María Manzanares, silencio/oreja, Alejandro Talavante, silencio/silencio. Toros de El Pilar (primero aplaudido en el arrastre, segundo pitado y sexto impresentable) y de Victoriano del Río (tercero manso, cuarto protestado de salida y quinto manso. Todos anovillados y flojos). La Santa Paciencia del público de Valencia. Por José Luis Barrachina. El primero de El Pilar estaba anovillado y fue flojo, aunque a la postre se fuera aplaudido en el arrastre, y Castella lo mimó de principio a fin subiéndole la mano. Cuando sonó la música el publico le jaleó algunos muletazos y también la estocada defectuosa al segundo intento. Al cuarto, protestado de salida y pitado en el arrastre, quiso Castella iniciarle la faena cambiándolo por la espalda y eso fue todo amigos. Se reseña el caro toreo a una mano de José Chacón. Manzanares muleteó al segundo entre protestas cada vez que la res medía la arena. Como estuvo fatal con la espada quedó silenciado, no así el toro que escuchó pitos en el arrastre. El quinto salió manseando y un desangelado Manzanares lo saludó de capa en el tercio y poco más allá lo intentó con la diestra, en una faena insulsa que rubricó con una estocada desprendida. Para Talavante fue el primero de Victoriano del Río, flojo y manso, y aquel se inhibió de la lidia y se abstuvo en el último tercio, aunque al hilo de la pala sacó algunos pases muy aplaudidos antes para dar una estocada defectuosa a la de dos. Javier Ambel se desmonteró tras un buen par. Entre que el sexto de El Pilar parecía un boquerón en vinagre y que Talavante no estaba para farolillos, la faena y muerte súbita de este toro -se echó sin haber sido estoqueado, y apuntillado- fue el indigno colofón que merecía una tarde como esta. Santa Paciencia la del público.
Paco Ureña, aplausos, silencio y aplausos tras aviso, y Román, ovación tras aviso, dos orejas simbólicas y silencio. Mano a mano. Toros de Santiago Domecq, el primero fue pitado en el arrastre, segundo protestado de salida y aplaudido en el arrastre, cuarto indultado. Actuó como sobresaliente Manuel Dias, que quitó al sexto. Triunfan Román y Escondido con puerta grande e indulto en Valencia. Por José Luis Barrachina. Pudo haberse lesionado el primero de Santiago Domecq, que peleando en varas soportó encima el peso del caballo, porque pasó de embestir con clase a caerse con clase en la muleta de Paco Ureña, quien lo toreó entre protestas y mató de una estocada. A su segundo lo toreó por el lado derecho, llevándolo largo y abriendo el compás ante un buen toro. Lo volvió a probar por la izquierda antes y después de pincharlo, llegando a escuchar un aviso. Buen par de puyazos de Cristian Romero. Con el quinto Paco Ureña se vio en la tesitura del querer y no poder, porque no le diera el sitio suficiente al toro o bien porque este no le ofreciese su buena condición. No estuvo bien con la espada y fue avisado. Al segundo de la tarde, flojo y anovillado, se le lidió, picó y banderilleó en medio de un clamor de protestas que Román convirtió en olés toreando en los medios por el buen pitón derecho, pero falló con los aceros. Escondido, que hacía cuarto, fue indultado. Un gran toro al que Román lució en el caballo y al que con la muleta sometió por abajo, con exigencia, y le dio distancia por ambos pitones, haciendo crujir los tendidos. El último echaba la cara arriba en la muleta de Román, quien porfió para templar su embestida por el lado derecho, aunque no lograse el lucimiento. Estuvo muy mal con los aceros.
Sábado 9 de marzo. Novillada con picadores. Novillos de Chamaco para Alejandro Peñaranda, oreja/oreja, Samuel Navalón, ovación/oreja y petición, y Alberto Donaire, silencio/vuelta. Frío, poco público y triunfo de Peñaranda en la apertura de Fallas. Por José Luis Barrachina. Alejandro Peñaranda recibió al colorado primero de hinojos, casi en los medios, y quiso lucirse por chicuelinas. Pero manseaba el novillo y además lo picaron mal, con lo que todo quedó dicho en el primer tercio. El novillero puso su mejor voluntad y lo mató de una estocada que le valió la oreja. Antes en banderillas, había destacado un buen par de Paco Ramos. La lidia del segundo de Peñaranda, negro mulato, se convirtió en una capea que terminó de arreglar el picador. Brindó al público e inició el trasteo el tercio sobre la mano derecha, siendo jaleado e intentando lo propio con la zurda, sin éxito. Estocada trasera, dos avisos y otra oreja, que le valió para abrir la puerta grande. Samuel Navalón, que había hecho el paseíllo desmonterado, lanceó a la verónica para saludar al precioso negro burraco, segundo de la tarde, otro manso y flojo. Comenzó su faena de rodillas en los medios, y a partir de ahí puso su empeño por ambos pitones. Lo mató mal, escuchó un aviso y algunos pitos en medio de los aplausos. Navalón saludó al quinto, un toro, con una larga cambiada en el tercio, y tras quedar inéditos primer y segundo tercio, se fue a los medios para brindarnos, aunque la faena la comenzó paralelo a las tablas, con sentimiento y pasándoselo, logrando los momentos más lucidos de la tarde. Mató de una estocada que la valió una oreja con clamorosa petición de la segunda. Alberto Donaire no pudo dar ni un capotazo al marmolillo que salió en tercer lugar, un chico castaño, y el público la pagó con el picador. También nuevo en la plaza para este escalafón, acusó las carencias propias de su situación y sufrió algunas rachas de viento. Mala suerte, en la que el novillero abundó con una interminable faena. Finalmente dejó una estocada defectuosa y escuchó dos avisos mientras descabellaba una y otra vez. Al término del segundo tercio, hubo aplausos para Sergio Pérez Pechuán, quien se desmonteró para saludar tras un buen par. Donaire tampoco pudo hacer gala de su apellido con el que cerraba plaza, ante un público que protestó en varas y que se tragó otro tercio de banderillas a troquel. La faena no fue sustanciosa y sí que pudo dibujar algunos derechazos, pero se alargó de manera interminable. Dio una eficaz estocada y escuchó palmas. Con algunos síntomas de hipotermia salimos del coso hacia la calle de Játiva, para tomar con urgencia los típicos buñuelos con chocolate que serán reconfortantes.
Encerrona en solitario de Roman con toros de El Parralejo, ovación, Fuente Ymbro, oreja, Pedraza de Yeltes, silencio, Victorino Martín, silencio, Domingo Hernández, ovación, y Luis_Algarra, oreja. Román, el gesto y el susto. Por José Luis Barrachina. Plaza de Toros de Valencia, domingo, 10 de marzo de 2024. Segunda corrida de la Feria de Fallas, corrida de toros en tarde soleada y ventosa, con casi tres cuartos de plaza. Román -como único espada-, de celeste y azabache: Palmas, oreja, silencio, silencio, ovación de ánimo y oreja. Toros de distintas ganaderías, a saber según su orden de lidia: 1º Malanda, de El Parralejo. En tipo, flojo y con clase. 2º Sacacuartos, de Fuente Ymbro. Muy flojo y con mucha clase, aplaudido en el arrastre. 3º Deslumbretito, de Pedraza de Yeltes. Descastado. 4º Estufista, de Victorino. Aplausos de salida y pitos en el arrastre. 5º Rimbombante, de Domingo Hernández. Manso. 6º Zamorano, de Luis Algarra. Ovación de salida y en el arrastre. Actuó de sobresaliente el diestro Manuel Francisco Viera Pontes, de turquesa y oro, quedando inédito. Comenzó el paseíllo en Valencia con buen ambiente y una tremenda expectación en los tendidos, al ver la aparición de Román vestido en un precioso vestido azul cielo y azabache, en inspiración y añoranza de Granero, quien recibió la primera ovación de la tarde saliendo al tercio al cumplirse su décimo año de alternativa. El primero, de El Parralejo salió sin fuerzas, apenas pasó por el capote de Román y tras los dos señalamientos de puya reglamentarios ya iba con un palmo de lengua fuera. Tras el segundo tercio buscó el cobijo de las tablas, pero el diestro se lo llevó más allá de la cal, lo toreó por ambos pitones entre el molesto viento y lo mató de un pinchazo más una estocada. Recibió al segundo, de Fuente Ymbro, de rodillas en el tercio con dos largas cambiadas. El toro no se empleó en varas ni en banderillas, mostrando falta de fijeza, aunque sobresaliera el par de Fernando Sánchez. Sacacuartos metió bien la cara en la muleta, el tiempo suficiente como para que Román lo toreara por el pitón derecho antes de rajarse. Una estocada trasera le valió como premio la primera oreja de la tarde. El tercero, de Pedraza de Yeltes, salió sin pies y parado continuó, después del marronazo del picador, del quite del matador y de los pares de garapullos, muy meritorios los de Ángel Otero. Se dobló con el castaño para sacarlo a los medios con torería, y a medio camino inició el trasteo por el pitón derecho. El toro se le quedaba debajo del palillo y seguía sin emplearse, por lo que el diestro probó con la zurda, siendo parejo el resultado y abreviando la faena. En la suerte natural le asestó una estocada defectuosa que hubo de rematar con el descabello. Cruzó Román el ecuador con el cuarto, de Victorino, del que se esperaba más en el tercio de varas y que, sin embargo, apretó en banderillas dejando lucirse a Raúl Martín. Brindó al Soro, quien le floreó con la trompeta el cambio de tercio y lo invitó a irse a los medios, aunque el diestro optó por la primera raya y el pitón derecho para comenzar la faena. Pero el toro por ahí le cantó las cuarenta en copas, por el otro lado en bastos, y el aguerrido torero pasó un mal trago hasta tirar por la calle de enmedio. En el quinto, de Domingo Hernández, se fue Román casi a los medios para recibir a portagayola, como si se quisiera sacar la espina. El toro iba suelto y el tercio de varas fue una simulación, una vez más y van las cinco. Tras un gran par de banderillas de Fernando Sánchez, Román buscó el aplauso tomando un par y obteniendo una calamidad tras equivocarse. Con la muleta se inventó una faena al filo de las tablas, ante semejante toro, rajado y útil mansurrón, que lo cogió de manera muy fea por exceso de confianza y hasta le pudo costar un disgusto al caer sobre el cuello de esa manera que tantas veces hemos visto que termina mal. Con merma de sus facultades volvió a ser volteado al entrar a matar. Estuvo un buen rato Román entrebarreras, llorando, recibiendo cuidados y descansando un poco antes de la salida del que cerraba plaza, animado por los cariñosos aplausos de sus paisanos. El de Luis Algarra saltó a la arena con poderío y aunque quiso empujar no lo dejaron, y como tampoco a este lo picaron, van 6 de 6. No obstante, por fin consiguió Román enderezar la tarde cuajando al último por ambos pitones con aliño y matando de una defectuosa estocada que enloqueció al público. Tras descabellar le fue concedida la segunda oreja de la tarde, que le dio derecho a salir por la puerta grande. Antes del paseíllo se paseó por el callejón un nutrido séquito de autoridades políticas entre las que se encontraban la alcaldesa de Valencia y el alcalde de Madrid, y al término del mismo se guardó un minutito de silencio en memoria de don Julio Soriano Mestre, veterinario que fuera de esta plaza y fallecido en la jornada de hoy. Entre lo anecdótico que comentaban los espectadores de alrededor diremos, por ejemplo, que el diestro Vicente Barrera, actualmente Vicepresidente de la Generalitat, también celebró su décimo aniversario de alternativa encerrándose en esta plaza con seis toros, o que -otro ejemplo- para un compromiso de este tipo, además de poder con la corrida hay que tener un buen repertorio de suertes para evitar la monotonía. Por eso a Román habrá que volver a verlo otro día.
Novillada sin picadores. Novillos de José Cruz para Alberto Torrijos, de la Escuela Taurina de Valencia, vuelta tras peticióN, Víctor, de la Escuela Taurina de Arles, ovación con saludos, Alejandro González, de Escuela Taurina de Albacete, vuelta al ruedo, Ian Bermejo, de la Escuela Taurina de Castellón, ovación con saludos, Rafael de la Cueva, de la Escuela Taurina Yiyo, ovación con saludos, y Valentín, de la Escuela Taurina de Nimes, vuelta al ruedo.
Novillada con picadores. Novillos de Fuente Ymbro para Jordi Pérez El Niño de Las Monjas ovación y silencio, Roberto Jarocho oreja y vuelta tras petición y Javier Zulueta silencio en su lote. Jarocho corta oreja y roza la salida a hombros. Por José Luis Barrachina. Jarocho ha destacado en la cuarta de abono de la Feria de Fallas, segunda novillada con picadores del ciclo, celebrada hoy en la Plaza de Toros de Valencia. Oreja y vuelta al ruedo como premio a una tarde de compromiso y entrega. El Niño de Las Monjas saludó una ovación y Zulueta resultó silenciado en su lote. Se lidiaron novillos de Fuente Ymbro. Con muchas ganas llegó Jarocho a su presentación en Valencia. Recibió a su primer novillo en el tercio con dos largas cambiadas rodillas en tierra. Cogió los palos, al igual que haría en el quinto, consiguiendo dos buenos tercios de banderillas. También de rodillas lo inició de muleta largo y templado conectando con el tendido. Gustó la torería de Jarocho, que entendió la embestida repetidora y alegre del segundo de la tarde consiguiendo conectar con los tendidos. Las manoletinas pusieron el cierre a una seria actuación que coronó con una gran estocada para pasear la primera oreja de la tarde. Con el quinto estuvo muy asentado. Buscó siempre la colocación y dio los tiempos que el novillo requería para intentar ligar una embestida huidiza y sin entrega del Fuente Ymbro más deslucido del festejo. De nuevo entró el acero arriba y tras petición dio una vuelta al ruedo. Muy seguro y con las ideas claras durante toda la tarde se reencontró con su plaza y su ciudad de Valencia El Niño de Las Monjas. Predisposición y ganas mostró en su lote, sabedor la importancia de la tarde. Variado de capote, consiguió con el abreplaza una de las faenas de más peso del festejo. Lo recibió en la puerta de toriles. De muleta quiso ligarlo largo y templado por el derecho, el pitón por el que consiguió los mejores momentos. Cariño recetó el público a su paisano que exprimió a un Fuente Ymbro de embestida noble. El cuarto le permitió menos opciones. El desacierto con el acero en su lote lo privó de un premio mayor. El sevillano Javier Zulueta tiene una facilidad innata a pesar de su corto bagaje. Por ligadas verónicas recibió al tercero de la tarde. En la muleta, toreó con suavidad y gusto la embestida de más clase del festejo. Quiso imprimirle Zulueta ritmo llevándolo hasta el final, sobre todo por el derecho, donde consiguió los momentos más lucidos en una labor que no terminó de romper. En el sexto buscó de nuevo la colocación y consiguió por momentos ligarle muletazos dejándole la tela en la cara ante una embestida sin continuidad ni transmisión. Desacertado con los aceros fue silenciado en su labores
Corrida mixta. Toros de Carmen Lorenzo, Juan Pedro Domecq y novillos de la ganadería Talavante para la despedida de Valencia de Pablo Hermoso de Mendoza palmas y oreja, Morante de la Puebla ovación y siencio y Nek Romero oreja y petición y vuelta. Afrontaba Pablo Hermoso el primer compromiso de su temporada de despedida en España. Por José Luis Barrachina. Los mejores momentos llegaron ante el cuarto, segundo de su lote. Un buen toro de El Capea. A lomos de “Berlín” y “Malbec” disfrutó e hizo disfrutar Hermoso clavando banderillas arriba y luciéndose con piruetas y quiebros ajustados de una perfección fruto de años de maestría a caballo. Las banderillas cortas finales llegaron de manos de “Generoso”. Tras enterrar el acero cortó la oreja al toro de su despedida de Valencia. El abreplaza le permitió menos opciones de lucimiento y saludó ovación. Esperaba el público de Valencia a Morante en su cita con Fallas. A su primero lo recibió con verónicas de torería y gusto infinito, al igual que gusto tuvo el quite tras el primer puyazo. En la muleta no fue menos y Morante tiró de inspiración ante un Juan Pedro de embestida noble, aunque falto de emoción. Una faena bien estructurada con momentos de mucho gusto y largos finales de pecho. Tras pinchazo y estocada saludó ovación. Con el quinto no tuvo opciones de lucimiento. Si ganas había de ver a las figuras que abrían el cartel, no eran menos las de ver al novillero de la tierra Nek Romero. Y con ganas y compromiso afrontó el valenciano la tarde. Con el capote quiso hacerlo muy bien parando al primero de su lote por verónicas y dejando un buen quite por chicuelinas. De muleta lo inició por ayudados por alto y luego por bajos de mucho gusto ante una embestida repetidora y humillada. Alegre se venía el novillo de Talavante y largo llevó Nek la obediente embestida por ambos pitones. Una faena bien estructurada que conectó con el tendido. Los mejores momentos llegaron al natural. La eficacia con la espada desató la petición que concedió la presidencia. Con el sexto estuvo Nek nuevamente dispuesto y entregado, ante un novillo de embestida áspera. La espada no entró al primer intento y dio una vuelta al ruedo.
Toros de Victoriano del Río/Toros de Cortés para Sebastián Castella, aplausos y palmas tras aviso, Andrés Roca Rey, silencio tras aviso y oreja, y Pablo Aguado, aplausos y silencio. Un par de Chacón y la media de Aguado, por ese orden. Por José Luis Barrachina. Toros de Victoriano del Río. Desiguales de presentación y flojos. Primero, tercero y cuarto con clase, segundo anovillado y pitado en el arrastre, en un encierro decepcionante. Sebastián Castella, azul turquesa y oro. Aplausos y palmas tras aviso. Roca Rey, rosa y oro. Silencio tras aviso y oreja. Pablo Aguado, azul marino y oro. Aplausos y silencio. Al comienzo del paseíllo había un llenazo hasta las flameantes banderas, en tarde soleada y agradable, con ambiente de runrún por la expectación que el cartel había despertado. El primero, castaño bragado, salió duró de pelar y el picador se las vio para meterle las cuerdas. Tras el segundo puyazo tuvo lugar un duelo de quites entre Roca Rey, saltilleras, y Castella por verónicas con revolera de remate, como hacía tiempo que no se veía. Brindó Castella a Ponce entre el regocijo del respetable, para después iniciar la faena sobre la diestra, doblándose, y continuar con el torero en redondo. Al probar por el pitón izquierdo el toro buscaba las de Villadiego, y hasta aquí puedo escribir, salvo que lo mató de una estocada caída. Con el cuarto logró Castella interpretar su peculiar toreo a la verónica antes de pasarlo por el caballo, al que apretó un poco las tuercas. Comenzó su faena toreando con la diestra sobre la primera raya, en el espacio de dos euros, pasándoselo cuatro veces y vaciando la embestida con uno de pecho. El toro, que se ceñía bien por el pitón derecho, salía de la suerte con la cara descompuesta, y no dio más opciones. El presidente le envió un recadito antes de montar la espada para finalizar la faena con una media defectuosa. En el segundo tercio hubo gran par de José Chacón, de poder a poder, siendo obligado a saludar montera en mano. El público, que estaba a muerte con Roca Rey, protestó la salida del negro y anovillado segundo con toda la razón, como se vio en su aterrizaje al salir del caballo, aunque de Roca Rey lo seguían esperando todo. Tal era el silencio que había en la plaza, que los pasodobles que sonaban fuera servían para amenizar los intentos del torero peruano, que acabó aburriendo a media plaza y enardeciendo a la otra mitad. Mató mal. Hay quintos entre regulares y malos, muchos como este quinto destartalado, al igual que hay veces que Roca se muestra como desangelado. Pocas como hoy. El colorado anduvo por el ruedo como si quisiera vivir su propia vida, cuadrilla mediante, hasta que el matador lo buscó de hinojos, despertando a algunos espectadores que no querían irse sin verlo torear. Continuó el trasteo en los medios, con más aseo y lucimiento por el pitón derecho, porque con la izquierda se le quedaba muy corto, pero toro y torero se fueron yendo por sus fueros. La faena fue subiendo de intensidad y también ascendiendo por los predispuestos tendidos, que celebraron la estocada como si Gayá hubiera marcado un gol que diera al Valencia la Champions League. Pablo Aguado saludó al tercero por verónicas muy aplaudidas. El castaño derribó al caballo de Mario Benítez en un arreón, y Aguado lo puso de nuevo en suerte galleando por chicuelinas para después quitarlo por suaves delantales y deslucidas verónicas bien rematadas por una media colosal. El sevillano se lo llevó de las tablas del 8 hasta el tercio, con torería y suavidad, porque al toro había que cuidarlo amorosamente para que no se cayera. Y de tal guisa lo pasó sobre la diestra y lo probó con la otra hasta que arrancó la música, providencial para que la faena adquiriese mejor fuste. Ejecutó una estocada trasera. Con el que cerraba plaza apenas pudo Pablo Aguado esbozar su toreo de capa al rematar la soberbia media del quite, una lástima de tarde. Al inicio del trasteo el animal ya tenía un palmo de lengua fuera y tanto el diestro como el director de la Banda intentaron lo posible. Aguado con la muleta a media altura, la música interpretando Cielo Andaluz y la gente con las palmas, pero no pudo ser.
Toros de Jandilla y Vegahermosa (4°) 3° de vuelta para José María Manzanares, oreja/silencio, Alejandro Talavante, silencio y silencio, y Andrés Roca Rey, dos orejas y oreja. Roca Rey revalida su corona en Valencia. Por José Luis Barrachina. Los corredores de una plaza de toros cuando falta una hora para que empiece la corrida, ofrecen una buena toma del pulso de la tarde. A priori, lógicamente, y no sirve como vaticinio de nada, porque hoy los de Valencia eran los jameos antes de que les entrara el agua. Las Fallas han cogido una buena linde, por lo menos en lo climático y ya nadie recuerda que el primer día casi acabamos congelados, porque esta tarde de nuevo ha sido primaveral al inicio del paseíllo, que comenzó entre pitos de impaciencia en tarde primaveral y con la bandera abrazando el asta. Prácticamente lleno y con magnífico ambiente en los tendidos. Con el primer toro siguieron los silbidos cada vez que medía la arena, y lo mismo al entrar al caballo. Quitó Talavante por aplaudidas chicuelinas, aprovechando su turno.Manzanares pedía calma en banderillas, pero el comienzo del trasteo no resultó lucido por la invalidez del astado. Sin embargo, el alicantino tiró de recursos por ambos pitones y trató de aprovechar la clase de este Subersivo. Lo mató al encuentro con una estocada contraria. Y en el cuarto también quedó prácticamente inédito el capote de Manzanares, un toro flojo y reservón que al salir del caballo ya mostraba su lengua esplendorosa. El trasteo por aquí por allá fue a base de vaselina e ibuprofeno, porque ese León sólo quería que lo cuidaran con esmero. Lo mató de un pinchazo y una estocada. Talavante paró al segundo con faroles por alto y se salió con él a los medios toreando a la verónica, y así mismo debe decirse que el público aplaudió al final del tercio de varas. La notable actitud de Talavante quedó sin lugar a dudas en su quite, por chicuelinas y tafalleras entreveradas. Se echó la muleta a la izquierda inmediatamente, logrando mejor conexión con el tendido que claridad en su toreo, basado en lo natural ante un toro que no se empleó. Le propinó una estocada trasera poco eficaz. El quinto salió abanto por lo que a Talavante le costó hacerse con él, e incluso se fue muy suelto del simulacro de tercio de varas, apretando después en banderillas. Puede que por eso se doblase con él al inicio de la faena, con la pretensión de meterlo en cintura, pero el mansurrón no quiso y el matador abrevió, aunque la ejecución fue defectuosa. Al tercero, un bonito chorreado, lo toreó de capa Roca Rey en los medios, poco antes de que salieran los picadores. Durante el segundo tercio el toro apuntó una clase extraordinaria en cuanto a su embestida, planeando, y Roca lo toreó de rodillas en los medios ante un público entregado. Tras cerrarlo un poco lo toreo al natural con la mano muy baja y le buscó las vueltas para echar leña en la caldera. Parte del público pidió el indulto, careciendo este del menor fundamento, y recibiendo como respuesta del palco el primer aviso para el torero. Pese a que no lo mató bien fue premiado con las dos orejas y el toro con la vuelta al ruedo. El último de la tarde fue recibido por Roca Rey de rodillas y a portagayola, para proseguir en los medios con un vibrante toreo de capa. En varas dio señales de mansedumbre y de falta de fuerzas, pero tras las banderillas sonó la diana floreada para cambiar el tercio. La faena se inició al filo de las tablas y adquirió fuste en los medios a los sones de Concha Flamenca, sin que hubiera en la sala argentinos que ofender. Y cuando quiso cantar la gallina, Roca ya tenía las orejas cortadas, pero sólo fue una por su media estocada defectuosa. Dentro del coso de Monleón todavía quedan dos cartuchos preparados, que ojalá no se sumen a los miles y miles de petardos que los valencianos van tirando a cada paso por la calle.
Toros de Juan Pedro Domecq y Puerto de San Lorenzo/La Ventana del Puerto para Cayetano ovacion y silencio, Juan Ortega ovación y silencio y Borja Jiménez oreja y vuelta tras petición. Borja Jiménez, oreja y vuelta al ruedo en la penúltima Fallas. Por José Luis Barrachina. Borja Jiménez ha dejado lo más destacado del festejo en una tarde en la que molestó mucho el viento. Al tercero, primero de su lote de El Puerto, lo paró muy bien de capote con largas verónicas. En la muleta entendió a la perfección una embestida enclasada y repetidora y largo y profundo lo llevó por ambos pitones. Una labor que llegó mucho al tendido. El cierre por ajustadas manoletinas terminó de culminar una obra de premio. Tras estocada paseó el trofeo. El compromiso con la tarde lo volvió a demostrar ante el sexto. Un toro de Juan Pedro de embestida noble pero de menos emoción que sus hermanos, con el que lo puso todo Borja Jiménez. Tras media estocada y fuerte petición, dio una vuelta al ruedo. Los mejores momentos de Juan Ortega llegaron en el recibo capotero al primero de su lote. Paró el tiempo y ralentizó la embestida del toro de Juan Pedro con unas templadísimas verónicas de un corte excepcional. En la muleta no terminó de acoplarse y la faena no tomó vuelo. El quinto no le dio opción. Cayetano tiró de garra y arrojo en los momentos donde más molestó el fuerte viento. Con su primero fue todo ambición. Un buen toro de Juan Pedro con una clase y un recorrido excepcional. Ante el cuarto, de El Puerto, no pudo lucirse.
Corrida de rejones. Toros de Fermín Bohórquez para Sergio Galán, oreja y ovación, Lea Vicens, oreja y ovación, y Guillermo Hermoso de Mendoza, ovación y oreja.
Toros de Montalvo (desiguales de presentación y flojos en general. Segundo, tercero -pitado en el arrastre- y quinto mansearon, pero este tuvo clase y se aplaudió en el arrastre. Al sexto lo protestaron algunos aficionados). David Fandila El Fandi, de blanco y plata, oreja y oreja, con salida a hombros. Paco Ureña, de coral y oro. Ovación y ovación. Emilio de Justo, de azul marino y oro. Silencio y silencio. ¿Y si Tomatillo le hubiera tocado a Paco Ureña?. Por José Luis Barrachina. Cuentan los viejos aficionados, esos que nunca mueren, que hubo un tiempo en el que el día grande de las Fallas era este de San José, y que no faltaba algún diestro valenciano en el cartel. Hogaño ni hay valencianos, ni siquiera hay un triste Pepe. Al comienzo del paseíllo había cerca de los tres cuartos de plaza en tarde apacible pero nubosa, fresca – que se fue tornando polar- y con un público que desde el pañuelo blanco mostró sus habituales ganas de aplaudir. El primero enseñó su falta de fuerzas apenas llegó al capote de El Fandi, quien lo llevó al caballo galleando por chicuelinas de libre interpretación y recibiendo la réplica de Ureña, por gaoneras. En el segundo tercio, la heterodoxia de este torero al clavar los garapullos, ortogonalmente al guarismo, levantó a la gente de sus asientos. Con la muleta buscó el alivio y los eficaces recursos de su repertorio, suficiente para que le pidieran la oreja tras una estocada trasera. Larga cambiada en el tercio de El Fandi para saludar al cuarto que se desplazó bien de salida pese a ser alto de agujas, lo cual favoreció el segundo tercio. Inició la faena dándole la muleta de rodillas por el lado derecho y, entre la algarabía de sus partidarios, por ahí siguió pasándolo al ponerse de pie. Media estocada y oreja. No tuvo suerte este colorado Tomatillo en el sorteo. El encuentro entre el segundo y Paco Ureña tiene similar relato al anterior, añadiendo que manseó en el caballo. Brindó en los medios y se fue a torear en la puerta del 7, donde el toro metió bien la cara por el pitón derecho. Lo abrió para pasarlo al natural pero ahí se aturulló la faena y se paró el toro. La estocada quedó desprendida pero resultó suficiente. El quinto apenas rozaba la mayoría de edad y Ureña lo cuidó con primor en todo momento, aunque no pudo evitar que el toro se parase y que después se amorcillara. Entre esos dos puntos el diestro de Lorca logró torearlo al natural con pureza, dibujando los muletazos, y lamentando no haber acertado con los aceros. Emilio de Justo miró impasible como al tercero le daban vara a base de bien, quedando el toro como un marmolillo. Probó a iniciar el trasteo en el tercio pero tuvo que salirse casi a los medios para dar algunos insulsos muletazos, porque el blando toro echaba la cara arriba y no fue posible el lucimiento. Estocada trasera al segundo intento. De salida el sexto tardeó aunque después empujó bien al caballo, por lo que de Justo se encontró en ese atolladero y con el público a la contra. Optó por torearlo cerrado en tablas para ir saliéndose con él casi a los medios, pero ahí el toro se paró y protestó, a pesar de la buena voluntad que el diestro tuvo por torearlo. Mientras al toro le hacía efecto la media estocada, la plaza se fue a la carrera. Quiero que el último recuerdo de esta feria sea para el pequeño Adrián, porque sólo muere aquel que cae en el olvido, ¡va por ti!, #eternoadrian
Novillada con picadores. Novillos de José Cruz para Manuel Caballero, Ismael Martín y un triunfador valenciano.